El efecto de la devaluación paralizó momentáneamente el mercado de autos usados, pese a que los precios, medidos al dólar blue, bajaron hasta 30%; esperan que en septiembre el mercado termine de reacomodarse
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Crisis, dicen, también es oportunidad. Al menos eso suele ocurrir con algunos sectores y beneficia a quienes tienen el capital para invertir, el ojo entrenado, la reacción suficiente. Por lo pronto, la devaluación del peso impactó de lleno paralizando momentáneamente el mercado de los vehículos usados y, sin embargo, puede haber una buena noticia detrás de esto.
De acuerdo con datos actualizados del segmento, entre enero y agosto del corriente año el mercado ajustó a la baja en un 27% en dólares. Es decir que quien compre ahora un vehículo usado con billetes verdes ganará aproximadamente un 30%.
Los referentes de la plaza advierten también que la situación es temporal, “hasta que el mercado se acomode”, pero que en definitiva se trata de una oportunidad para comprar un bien barato en divisas aprovechando la coyuntura. Capitalizarse en tiempos de alta inflación tiene sus ventajas.
Si los precios iban al trote hasta el lunes 14 de agosto, luego de la devaluación impuesta por el Banco Central se lanzaron a un galope furioso. Impera un clima brumoso, incierto. Sólo se sabe que tener dólares en el bolsillo en este contexto puede llegar a ser una oportunidad dorada en el mercado del usado.
“Hablando exclusivamente del segmento de usados, lo que vemos es que en momentos de devaluaciones altas la oferta se retira del mercado: cuando no hay precios claros es probable que alguien no venda o postergue la opción de comprar”, señala Jaime Macaya, CEO de Kavak Sudamérica, la plataforma de compraventa de autos usados. Y aclara que “como en Kavak nuestros precios son públicos y transparentes, nunca dejamos de cotizar o de vender”.
El ejecutivo explica que “el mercado se mueve siguiendo el dólar blue: cuando hay volatilidad en el tipo de cambio libre vemos que la demanda aumenta y la gente busca opciones de inversión que, en medio de la inestabilidad, le asegure mantener su poder adquisitivo. El auto, especialmente el usado, es una excelente opción en ese sentido”. Y agrega: “El mercado de autos usados es muy resiliente: en la última década mantuvo operaciones por encima de 1.5 millones de unidades, y este año no es la excepción. En el primer semestre se comercializaron 797.930, y vemos que tras las PASO la demanda se sostiene”.
Todos miran la evolución del dólar. “Obviamente la devaluación del dólar oficial impacta directo en el precio de los autos. Nosotros siempre decimos que el auto es dólar. Se necesitan dólares para comprar el auto, se necesitan para fabricarlos también –afirma Alejandro Lamas, secretario de la Cámara de Comercio Automotor-. No hay ningún país del mundo que cuente con toda la tecnología y se autoabastezca al momento de fabricar”.
En cuanto a las cotizaciones, sostiene que en el segmento de los vehículos usados la actualización de precios osciló entre el 6 y el 12%. “Muchas fábricas decidieron corregir rápidamente. Otros suspendieron la venta, y otros no modificaron nada. Esto en lo que tiene que ver con la producción nacional. Eso obviamente también desequilibró al mercado del usado. Había incertidumbre sobre la proporción en que podían aumentar los cero kilómetro”.
En distintas agencias apuntan que las operaciones en la segunda parte de este mes, luego de las elecciones, cayeron hasta 70%.
Expectativas
Los actores del mercado saben que siempre los precios terminan por encontrar su equilibrio. Todos, por estas horas, conjugan el verbo acomodar. Mientras tanto hay quienes orejean el dólar como si fuera un ancho de espadas después de aceptar un vale cuatro.
Desde Kavak plantean que la estrategia es clara. “Seguir ajustando nuestra propuesta para ofrecer alternativas atractivas en la coyuntura, para la mayor cantidad de públicos posible. Una alternativa muy demandada es que compramos y vendemos autos en dólares, lo que permite tener una rápida liquidez en moneda extranjera, o invertir ahorros y verlos valorizarse, según el caso”, recalca Macaya.
“También ofrecemos la posibilidad de comprar financiado: quienes tengan la posibilidad de comprar a tasa fija enfrentarán desembolsos importantes los primeros meses, pero luego la cuota se diluye y uno adquiere en pesos un activo dolarizado”, indica.
Las miradas convergen. Lamas resalta que “el mercado se tiene que terminar de acomodar. Hay terminales como Stellantis, Volkswagen y Renault que modificaron sus precios rápido, Ford y Toyota todavía no”, en referencia a lo ocurrido los días posteriores a la devaluación del lunes 14. A partir de septiembre, habrá nuevos valores de todas las terminales.
Lamas alude además al impacto que está causando la escala del impuesto al lujo, que cambia a partir del primer día del próximo mes. “Había muchos modelos que estaban topeados y, entre el aumento que se aplicaba todos los meses, más el aumento surgido de la devaluación, surgieron paradojas como que un auto de entrada de gama iba a ingresar en la zona de cobro de los impuestos internos o mal llamado impuesto al lujo. Era un disparate. Por eso se suspendieron las ventas y están esperando que se corrija la base de cálculo y ver cómo queda todo. Creo que vamos a tener un panorama algo más claro después de la primera quincena de septiembre”, concluye.
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