Los hábitos lo son todo a la hora de preservar el estado de los autos; qué cosas no hay que hacer al volante para extender el ciclo de vida útil del vehículo
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Como en cualquier esfera de la vida personal, los hábitos son los responsables de acercar o alejar objetivos. Cuando se habla del cuidado de objetos materiales, son los pequeños detalles cotidianos los que determinan su ciclo de vida útil. Los autos no son la excepción y hay costumbres generalizadas que pueden resultar nocivas no solo para el estado del rodado, sino también para el bolsillo del propietario.
Es por eso que es preferible evitar, dentro de lo posible, estos siete hábitos que pueden acortar el ciclo de vida útil de los vehículos. Dado que pueden implicar acudir al service del auto antes de tiempo.
1. Usar los frenos en exceso
Usar los frenos en exceso es el primer error común, y sobre todo en las primeras experiencias al volante. Los frenos son un elemento indispensable y su uso adecuado puede ser determinante en un accidente vial. Sin embargo, usarlo de manera continuada o de golpe puede tener consecuencias en su estado.
Esto sucede porque al usarlos en exceso se sobrecalientan y, con el tiempo, desgastan, cosa que termina reduciendo la capacidad de frenada y, paradójicamente, aumenta el riesgo de su disfunción ante cualquier incidente. La recomendación es, en la medida de lo posible, prever las frenadas bruscas y no esperar al último momento para pisar el pedal.
2. No controlar la presión de los neumáticos
La presión errada de las ruedas del auto puede afectar la estabilidad del vehículo y acelerar su desgaste. Si los neumáticos están demasiado inflados pueden perder agarre (cosa que puede resultar en accidentes cuando llueve o las calles están mojadas), aumentar la distancia de frenado y las chances de que se pinche. Por otro lado, si están desinflados, su desgaste se puede acelerar y aumentar el consumo de nafta.
En este sentido, cada fabricante estipula cuál es la presión indicada para sus vehículos y es importante controlarla todos los meses para que estén en forma. Otra de las cosas que requieren atención especial son los golpes contra los cordones de las veredas cuando se busca estacionar, ya que pueden generar grietas internas que desemboquen en un reventón inesperado.
3. Abusar del aire acondicionado
El aire acondicionado en los autos es un invento que nadie no agradece. Salva del calor, amansa el frío extremo, y desempaña los vidrios. Resulta tentador no acudir a él cuando se presenta la más mínima incomodidad atmosférica. Por eso, estos son algunos puntos que hay que tener en cuenta antes de entregarse a su uso libre.
Para empezar, cuando el problema es el calor: conviene resistir la tentación de activar el aire acondicionado al instante, y abrir las ventanillas primero, dejar que el aire corra -para que baje la temperatura interior- y luego encenderlo.
Otro tip es el del botón de recirculación del aire (para algunos secreto). Tiene la función de reciclar el aire interno del vehículo y evitar que entre viento contaminado, con polvo o mal olor; pero también hace que el frío dentro del habitáculo se preserve de manera más eficiente; y también reduce el consumo del combustible hasta un 30%.
4. Usar mal la caja de cambios
Usar mal la caja de cambios del auto puede ser nocivo por varias razones. Pero primero hay que entender: ¿qué es usarla mal? Algunos ejemplos son cambiar de marcha de manera brusca, dejar la marcha puesta en un semáforo largo, mantener el pedal del embrague pisado constantemente o poner marcha atrás sin parar el auto primero. Todos estos hábitos pueden contribuir al desgaste prematuro de los componentes internos de la caja de cambios, además de afectar la eficiencia de la transmisión de potencia y del consumo de nafta, y la estabilidad del vehículo en curvas y al frenar.
¿Cómo evitar el desgaste de la caja de cambios? Para empezar, hay que acostumbrarse a hacer los cambios suavemente, y no de golpe. Por otro lado, en caso de que el auto tenga que estar parado, es preferible dejarlo en punto muerto. Cuando se habla del embrague, conviene pisarlo solo cuando se quiere cambiar de marcha y no viajar con el pie apoyado en el pedal ni usarlo cuando no es necesario. Por último, frenar el auto antes de empezar a hacer marcha atrás.
5. Circular con sobrepeso
En la categoría de viajes ruteros o roadtrips, maximizar la capacidad de carga del auto para que todos los pasajeros estén satisfechos con las cosas que llevan consigo es un lugar común. ¿Quién no viajó en un auto lleno de valijas, bolsos y viandas?
Si bien, de base, es preferible evitar la sobrecarga, si la situación no puede evitarse, hay que extremar cuidados, porque cuanto mayor la carga más inestable el vehículo y mayor el esfuerzo que van a tener que hacer la transmisión, la suspensión y los frenos ante cualquier inconveniente.
6. Subestimar los pozos y lomos de burro
Una de las causas más comunes del desgaste del sistema de suspensión de los autos se debe a los pozos y lomos de burro. Los primeros son inevitables y pueden aparecer en cualquier lado, pero sobre todo en países con falta de infraestructura vial. Los segundos fueron creados para prevenir los excesos de velocidad imprudentes. En cualquiera de los dos casos, estar atento a ellos y disminuir la potencia cuando se aproximan no solo contribuye a las normas de respeto al peatón, sino que también es funcional para preservar el estado del auto.
7. Procrastinar la carga de nafta
Sobre todo en tiempos de crisis y aumentos descabellados en los precios, esperar a que sea indispensable cargar el tanque de nafta es moneda corriente entre los argentinos. Además de traer el riesgo de llegar al momento en el que ya es demasiado tarde y la estación de servicio está demasiado lejos, esperar a último momento para cargar el tanque y usar la reserva puede dañar la mecánica del auto.
¿Por qué? Por un lado, porque la bomba necesita un flujo constante de combustible para no dañarse y, si el nivel del tanque es muy bajo, empieza a aspirar aire, algo que la obliga a hacer un mayor esfuerzo que acelera su desgaste. Por otro, porque la misma bomba cuenta con un filtro que retiene impurezas y, con el tiempo, estas se depositan en el fondo del tanque. Cuando la carga de nafta es baja, se acumulan y concentran y pueden obstruir el filtro y terminar por afectar al motor.
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