La sostenibilidad en materia de movilidad avanza a pasos agigantados y moldea el futuro; qué están planeando los países más avanzados y por qué se espera un gran crecimiento de las bicicletas
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Terminó un 2022 en el que la movilidad urbana ha ganado terreno en la agenda pública, la política, el mundo emprendedor y la sociedad en su conjunto, en un contexto en el que la crisis climática y el impacto tecnológico obligan a repensar el modelo actual de movilidad y transporte en las ciudades.
Así, el enfoque sostenible de la movilidad ya no es una opción. El futuro de la sostenibilidad debe comenzar por la movilidad urbana, pues el transporte continua siendo el mayor productor de emisiones de CO₂ relacionadas con la energía. No obstante, en este panorama, no hay dudas de los beneficios que vienen de la mano de las tecnologías, los datos, la analítica urbana y el enfoque de la movilidad como servicio (Maas).
Aquí, las principales tendencias que se delinean para este año:
1) Movilidad compartida
La diversificación del uso de diferentes tipos de transporte (coches, ciclomotores, bicicletas y scooters) a través de plataformas compartidas se reafirma, contribuyendo a un cambio de actitudes y prácticas en todo el mundo, con una tasa de crecimiento anual compuesta esperada del 25,1% para 2025.
2) Incentivos financieros para la movilidad sostenible
Varios países vienen implementando cierto tipo de incentivos para la compra de vehículos eléctricos. Ahora todo parece indicar que este tipo de ayudas se hará con los nuevos tipos de micromovilidad, como e-bikes, bicicletas de carga, microcoches, bicicletas de velocidad. Por ejemplo, Portugal ha reducido el IVA sobre las bicicletas del 23% al 6%. También varios bancos y entidades financieras ya cuentan con créditos y financiamientos especiales para la compra de bicicletas y motos eléctricas.
3) Planes de movilidad sostenible
Nuevas normativas, mayor control y regulaciones, incentivos y políticas ESG impactan en municipios, empresas, empleados, proveedores y socios comerciales. Se espera la exigencia de planes de acciones específicas que fomenten la adopción de movilidad sostenible para toda la cadena de valor, así como para medir la huella de carbono. Un ejemplo de ello es la ley española de movilidad sostenible que obliga a empresas de más de 500 trabajadores a tener planes de movilidad sostenible para que sus empleados acudan al trabajo mediante distintas alternativas como potenciar la movilidad activa (a pie o en bicicleta), la eléctrica, la compartida o el transporte colectivo o bien apostar por flexibilizar los horarios de entrada y salida y el teletrabajo. Además, los municipios de entre 20.000 y 50.000 habitantes deberán dotarse de planes de movilidad urbana y las empresas de transporte tendrán que calcular su huella de carbono y trasladar esa información a los usuarios.
4) Expansión de la movilidad eléctrica
Las tendencias muestran un aumento de ventas global de los autos electrificados, pero hablar de movilidad eléctrica no es solo hablar de autos, sino de autobuses eléctricos, bicicletas y motos eléctricas, vehículos de logística y reparto, hasta trenes eléctricos. Todo ello fomenta la expansión de las redes de carga, tanto públicas -en la calles y autopistas de las ciudades- como privadas -casas, edificios corporativos, hoteles y demás.
5) Futuro sobre dos ruedas
Se espera un enorme salto en el uso de bicicletas urbanas, gracias a bicicletas eléctricas cada vez más potentes y convenientes, al uso compartido de bicicletas y a una infraestructura creciente de ciclovías y estacionamientos para bicicletas, así como políticas públicas de incentivo. El estudio “Mobility Futures” de la empresa británica Kantar predice que el tráfico de bicicletas en las principales ciudades del mundo aumentará un 18% ciento para 2030. Ningún otro sector está creciendo más rápido.
6) Digital twins
Los ‘gemelos digitales’ -réplicas virtuales de ciudades o parte de ellas, como puede ser sus sistemas de transporte o aeropuertos- continuarán posicionándose como una importante herramienta de planificación urbana permitiendo realizar pruebas en entornos seguros, analizar consecuencias, anticipar problemas, planificar e, incluso, predecir. Londres, Singapur y Hong Kong ya las aplican en subterráneos y aeropuertos; aunque sus usos son tantos como la imaginación disponga: proyección de espacios públicos, creación de zonas peatonales, creación de nuevas estaciones de subte, ampliaciones de autopistas, entre otras posibilidades.
7) Data spaces
Los datos de movilidad son la clave del cambio, pero uno de los principales retos de la movilidad es el intercambio de datos, en un entorno de confianza, seguridad y soberanía de estos datos y la propuesta para responder a este reto son los Data Spaces. Los ‘espacios de datos’ proponen conectar datos actualmente fragmentados y dispersos de varios ecosistemas, de los sectores público y privado, ofreciendo un entorno informático interoperable para el tratamiento de datos, y un conjunto de normas de carácter legislativo, administrativo y contractual que determinen los derechos de acceso y tratamiento de los datos.
8) Integración de medios de pago
El modelo de ciudad ‘touchless o contactless city’ que se consolidó forzosamente por las medidas sanitarias del Covid-19 parecen haber llegado para quedarse. Son cada vez más las ciudades que complementan las modalidades tradicionales de pago del transporte, es decir el ticket o tarjeta de transporte, por el ‘tap and go’ efectuado con cualquier tarjeta de débito o crédito de entidades bancarias, así como billeteras digitales como Google Pay o Apple Pay. Esta opción de pago ya es una realidad en el transporte público de Londres, Curitiba, Bogotá y Río de Janeiro. Estos mismos medios de pago permiten hoy desde tomarse el transporte público (un bus o sistema de bicicletas compartido) hasta alquilar un monopatín o bicicleta de un proveedor privado.
9) Eco-design
Un nuevo enfoque en proyectos con impacto en lo urbano viene asomando con fuerza, reemplazando el ‘human-centered design’ por el ‘eco-design’, es decir ya no se trata de pensar la movilidad exclusivamente para confort y comodidad de las persona sin hacer doble click en el impacto en el ambiente. El enfoque ‘eco-design’ propone pensar espacios, productos y servicios, en este caso de movilidad, considerando el ecosistema, es decir las personas en armonía con la naturaleza.
10) Urbanismo para una movilidad sostenible
La planificación urbana, el ordenamiento territorial y las regulaciones deben acompañar los cambios que atraviesa la movilidad urbana del hoy y la que se delinea para el futuro. El urbanismo táctico –entendido como proceso colaborativo para recuperar el espacio público y maximizar su valor compartido, a través de intervenciones ligeras, de bajo costo y rápida implementación- es implementado también para mejorar la movilidad. Zonas libres de autos (car-free-zone), disminución rotunda de la velocidad, reemplazo de estacionamiento de autos por estacionamiento para bicicletas, creación y/o ampliación de ciclovías, zonas de baja emisiones (low-emission zone), estacionamientos exclusivos para autos eléctricos o monopatines, espacios públicos itinerantes (pop-up public spaces), son algunas de las acciones que observamos en aumento en ciudades de diferente escala.
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