Monovolúmenes: del furor al ocaso

Ya no se ven por las calles, y mucho menos en los concesionarios. Habrá, quizás, que explicarles a las nuevas generaciones qué era un monovolumen.

Quizás con una silueta menos agraciada, apuntaban a la funcionalidad: al integrar baúl, habitáculo y motor en el mismo cuerpo, ganaban en espacio interior, en capacidad de carga y en distancia entre ejes para tener mayor comodidad en las plazas traseras. Sin embargo, con la voracidad de los SUVs, que conquistaron mercado a fuerza de devorar otros segmentos -como los hatchback y los sedanes-, los monovolúmenes se fueron despidiendo a ritmo acelerado en los últimos cinco años. Y de una extensa oferta que había en el país solo sobrevive el Chevrolet Spin.

“Desde el restyling en 2018 enfocamos la Spin con un concepto crossover, esto es la funcionalidad de un monovolumen en sus dimensiones y espacio interior pero con líneas de diseño y tecnología propias de un SUV”, explicó a LA NACION Agustín Mazzola, gerente de marca Chevrolet en GM Argentina, sobre la fórmula que le permitió mantener a Spin, modelo que actualmente sigue disponible a través de Plan de Ahorro Chevrolet. “De la misma forma ofrece un diferencial único en el mercado, ya que es el vehículo siete asientos más económico de su segmento. De esta forma buscamos atender a un público que demanda este tipo de productos, con un alto nivel de equipamiento y versatilidad”, agregó Mazzola.

La marca del moño supo tener dos clásicos del segmento, como Meriva y Zafira, que se despidieron en 2012 y 2011, respectivamente.

Discontinuados

Son muchos los modelos que fueron desapareciendo. Y el reemplazo en general fue un SUV. Un caso emblemático se dio en Peugeot, con los 3008 y 5008, que sin cambiar el nombre del modelo transformaron la silueta de monovolumen a SUV en 2016. La novedad se descubrió en el Salón de París y llegó pronto al país. En ese año, además, se dejó de fabricar otro monovolumen que había ganado terreno en las calles argentinas, como el Fiat Idea.

También resultó simbólico el final de Volkswagen Suran, ya que era el único monovolumen que se producía en el país. Hoy, la planta de la automotriz en General Pacheco lo reemplazó justamente con un SUV, el Taos, en términos industriales. Mientras que su casillero en el mercado lo ocuparon los SUVs T-Cross y Nivus, ambos de origen brasileño.

Otro paso al olvido en el mercado automotor es el del apellido Picasso, del célebre pintor español, que había sido adoptado por Citroën para nombrar una serie de modelos que también fueron discontinuados. Xsara Picasso, C4 Picasso y Grand Picasso pasaron al panteón de los monovolúmenes. Ese mismo camino siguió el C3 Picasso, cuya carrocería uniforme luego pasó a llamarse C3 Aircross con retoques estéticos, y fue el último que abandonó los concesionarios.

Más cerca en el tiempo tuvieron su propia batalla dos modelos japoneses, que habían conquistado patentamientos a fuerza de funcionalidad. El Honda Fit fue pionero en acercarse al formato hatch con una propuesta de gran espacio interior, y luego le siguió el Nissan Note, ambos del segmento B y con una semejanza estética. Hoy, corrieron el eje de la disputa entre los modelos chicos, y se centra en los SUVS: HR-V vs Kicks.

En mayo de este año, medios europeos anunciaron el final para Renault Scénic tras 26 años en venta. El modelo había abandonado mucho tiempo antes las vidrieras argentinas. Ahora, la marca del rombo planea un retorno, pero con silueta a confirmar y mecánica 100% eléctrica.

Otro monovolumen que se había afirmado en el país fue el Ford S-Max, que tenía hasta siete asientos. Producido bajo la plataforma del Mondeo, se dejó de vender en 2019. La estrategia global del óvalo apunta a concentrarse en pick ups y SUVs.

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