Su dueño anterior había sido un célebre guionista de los 60; tras su muerte, el imponente Mercury Montclair quedó abandonado y los roedores lo hicieron su casa
- 3 minutos de lectura'
Cuatro ruedas esconden más historia de lo que aparentan. La carrocería habla de épocas pasadas, discusiones y victorias; de éxitos y fracasos; de fama, reconocimiento y abandono. John Vlahos fue un célebre guionista de la época dorada de la televisión, ganador de un Emmy por la escritura de un episodio de The Defender y uno de los máximos exponentes del arte de los 60 y 70. Murió en 2004 en su casa y años después, su esposa falleció cuando tenía 93. La propiedad quedó abandonada y el Mercury Montclair de 1962 que manejó en sus años de gloria, guardado en un garage por décadas.
26 años después, Larry Kosilla, quien administra un canal de YouTube bajo el nombre de AMMO NYC, se topó con este histórico vehículo y se propuso darle la primera lavada en mucho tiempo. Lo que encontró no solo lo sorprendió -y asqueó- sino que le permitió darle una nueva vida a un auto que pasó mucho tiempo bajo llave.
En una primera mirada, el exterior logró impactarlo pero no sorprenderlo del todo: polvo, alguna que otra rayadura, el paso de los años en las llantas y un poco de óxido. El esmalte estaba claramente desgastado por lo que, luego de una profunda limpieza con detergente y agua a presión, Kosilla tuvo que encerar todo el auto nuevamente. Con éxito, logró devolverle el brillo caracteristico de ese tipo de pintura; sin embargo, los rayones llegaron para quedarse porque, de querer conservar el tinte original, algunas grietas no podrían ser eliminadas.
Sin embargo, el verdadero problema apareció cuando se abrió el capot. Ya el agua que caía por debajo del vehículo daba la nota: se desprendían avellanas. Los roedores habían convertido a ese auto en su hogar y al abrir la tapa delantera del Mercury Montclair apareció la primera evidencia. Algunos pequeños nidos de ratas y los restos de una comida que atravesó todo el aparato digestivo. “Es súper desagradable”, exclamaba Kosilla mientras observaba.
Debido al tiempo y a la sorpresa de haber sido casa de roedores, tuvo que contactar a un mecánico para parchear lo mejor posible a todo espacio que el agua podía llegar a dañar. “Hay posibilidades, 50 y 50 de que esto vuelva a andar después del súper lavado”, le explicó el profesional. Proceso encarado, manos a la obra. Jabón, agua y desinfectante.
Si así estaba el interior del capot, los asientos no iban a ser la excepción. Tras retirar cada butaca, alfombra y piso, eliminarle los restos de nido de ratas, gusanos y otros residuos y lavarlos con toda la presión que la hidrolavadora le permitiera, llegó el momento de desinfectar el interior. Para ello, usó una poderosa pastilla de ácido que actuó durante varios días para eliminar todo tipo de virus y bacteria y luego aplicó bicarbonato de sodio y más agua para darle los toques finales.
Tras tres días de batallar contra el paraíso de las ratas y el abandono, Kosilla logró su cometido. El auto estaba impecable y apenas se notaba el deterioro. La mecánica no funcionaba por lo que la restauración y puesta a punto era el siguiente paso, pero en su taller eso no iba a suceder. A través de Instagram, se contactó con una pareja oriunda de Washington D.C., Estados Unidos, que aceptó llevarse el vehículo a cambio de US$1000 que fueron donados a causas benéficas en nombre de Vlahos y el mítico e histórico Mercuy Montclair encontró un nuevo hogar. Acorde a los dichos del youtuber, se estima que en pocos meses el clásico volverá a circular por las calles estadounidenses.