Determinante al igual que cualquier componente del vehículo, el entrenamiento que efectúan los automovilistas deportivos es primordial para lograr buenos resultados
El entrenamiento físico y mental de los pilotos de automovilismo de esta época es determinante. Ya no alcanza con llegar con el buzo, el casco y subirse al coche de competición. Esa imagen, clásica, de Juan María Traverso fumando instantes antes de salir y acelerar hoy es inviable: ningún piloto, por más capacidad que posea, puede hacerle frente a un par que sí realice una preparación adecuada. Cuando José María López regresó a correr en el país en 2007, sorprendió a muchos por la preparación que hacía tanto entre carrera y carrera como en la previa a cada actividad en la pista. Si bien varios de sus colegas realizaban un entrenamiento, a partir de aquel momento se masificó. "Pechito" trajo la metodología de preparación de Europa.
Precisamente uno de los pilotos que compartió equipo con el cordobés de Río Tercero fue Leonel Pernía. "Mi paso por el fútbol hizo que nunca pierda el nivel de entrenamiento y que se me haga fácil mantener una exigencia elevada", asegura el tandilense, actual campeón del Súper TC2000, quien remarca que su preparación siempre la planifica igual: alrededor del 20 de enero, un mes antes de su primera competencia, la comienza con tres semanas intensas de trabajo en doble turno guiados por Matías Servín, quien también se encarga de la preparación de Brian Castaño (boxeador). "Con eso llego bien fuerte a la primera carrera y de ahí en adelante me entreno dos días en doble turno. Habitualmente, uno de ellos es el lunes, después de las carreras, para bajar la intensidad. En general trabajo mucho el tren superior, antebrazo, hombros, trapecio, cuello", afirma el piloto de 44 años, quien a su entrenamiento físico lo acompaña con una dieta bien balanceada.
Siempre se sostiene, con fundamentos, que el Dakar es la competencia más dura y exigente del mundo. A ella le hizo frente en ocho ocasiones Emiliano Spataro. Abocado en la actualidad únicamente al Turismo Carretera, el de Lanús lleva adelante un entrenamiento focalizado en la conducción de este tipo de autos. "Al no contar con dirección hidráulica y como tienen neumáticos de dimensiones grandes, más la gran carga aerodinámica que generan los ingenieros para que tengan buena velocidad de curva, la dirección genera mucha resistencia, se pone realmente pesada. A esto hay que sumarle la temperatura interna de los autos que no tienen ninguna aislación térmica entre el motor/escape y el habitáculo, de modo que puede llegar a los 60 grados", expresa quien este año disputa su 19ª temporada en el TC.
En cuanto a su preparación, el bonaerense asegura que trabaja tres veces por semana: "Hago entrenamiento de fortalecimiento (pesas) en antebrazo, hombros, pecho, espalda y zona media. Dos días de la semana, intercalados, entrenamiento aeróbico (running o mountain bike). Y un día en la semana realizo ejercicios explosivos que ayudan a ganar masa muscular. Tener una buena preparación física es fundamental al momento de mantenerse manejando al límite y mantener la concentración durante los 45 minutos de carrera", resume Spataro.
La actualidad de Facundo Ardusso se presenta con actividad todos los fines de semana dado que compite en tres categorías: TC, Súper TC2000 y Turismo Nacional. Por eso, el santafesino de Las Parejas precisa de un excelente estado físico y mental. "Le destino la cantidad de tiempo a las dos cosas. Respecto de la parte física, por mi contextura le dedico más tiempo a la parte aeróbica, la cual trabajo con cinta de correr y con remo; mientras que la anaeróbica la hago con mi propio peso. Mientras que lo mental lo encaro sobre la fatiga luego del entrenamiento físico con programas de computación. Ahí trabajo lo que es la flexibilidad mental, la memoria, la atención y la reacción", relata el bicampeón del Súper TC2000 en 2017 y 2018 quien cada 45 días, aproximadamente, asiste al centro de entrenamiento que Facundo Garayalde posee en Rosario para comparar y evaluar su trabajo con el de los pilotos que se entrenan habitualmente ahí.
Cambios en el exterior
Por segundo año consecutivo, Néstor Girolami competirá en el World Touring Car Cup (WTCR). El cordobés de 30 años está radicado en Barcelona, España. Ahí junto a otro argentino, Esteban Guerrieri, además de ser compañeros de equipo también comparten el entrenamiento. "Fue un cambio importante de lo que venía haciendo en la Argentina porque el primer punto que modifiqué fue el entrenador, hoy estoy con Javier Capitaine quien hace mucho tiempo que está en el alto rendimiento; entrenó, entre otros, a Guillermo Coria, David Nalbandian, Carlos Ferrero y María Sharapova", relata el oriundo de Isla Verde.
Uno de los puntos de trabajo que destaca de Capitaine es el concepto. "Se dedica a hacer un tipo de entrenamiento que se llama GSA (Global Systemic Activation); consiste en una activación completa de todo el cuerpo, donde se trabajan no sólo la fuerza, sino que también se hacen tareas en función de tener una buena elongación y una buena dinámica", expresa Girolami quien empezará el torneo 2020 entre el 24 y 26 de abril en el Hungaroring de Mogyoród, Hungría.
Con la particularidad de competir en Europa y Asia, de acuerdo con la estación del año se hace un trabajo distinto, reforzando la intensidad aeróbica para el verano por el calor. "Usamos muchísimo la bicicleta para entrenar la parte aeróbica, además de hacer un ejercicio en conjunto con el simulador: con la bicicleta subimos las pulsaciones y luego tenemos que tomar decisiones arriba del simulador como si fuese la realidad –asegura Bebu–. También tenemos otro aspecto de entrenamiento que se trata de reacción y toma de decisión. Eso lo trabajamos con anteojos antireflex para poder poner dificultad a la vista, son anteojos que van titilando y van bloqueando por sectores la vista, y lo usamos en el simulador para poder entrenar el ojo", concluye el cordobés.
Palabra de entrenador
En el gimnasio del SportClub Palmas del Pilar, Carlos Mellado recibe a muchos pilotos del automovilismo local, y algunos que corren en el exterior también, para realizar su preparación física. "El entrenamiento que hacemos es de alto rendimiento, apuntado a la importancia de la movilidad lumbar y la movilidad escapular, priorizando el fortalecimiento de la zona media. Se trabaja mucho en la prevención debido a los movimientos que tiene piloto, a las ondulaciones de algunas pistas o la incomodidad de la butaca", asegura este licenciado en Deporte y Salud.
Uno de los aspectos más duros para los pilotos que compiten en categorías de Turismo es el calor que deben soportar en el interior de los autos. "Trabajamos mucho la parte aeróbica, sabemos que la temperatura en el habitáculo es el doble de la de ambiente, sumado a los gases. Entonces, utilizamos una máscara hipoxia que regula el ingreso de oxígeno para simular esa deuda de oxígeno que tiene el piloto adentro del habitáculo, también lo hacemos con un chaleco de sobrecarga para contemplar la vestimenta del piloto más el casco", relata Mellado.
"Hacemos hincapié también en la parte de coordinación óculo-manual, la disociación de movimientos; el piloto realiza un tipo de movimiento con los pies (de frenaje y de aceleraciones) y otro con las manos conduciendo el vehículo y obviamente rebajando y ascendiendo cambios. Entonces, tratamos de llevar todos los movimientos que requiere y demanda el deporte al entrenamiento. Desde un estímulo que dura una hora y media aproximadamente, ejercitamos todas esas demandas y terminamos con 20 minutos de sauna para adaptar ese calor dentro del habitáculo. Dentro del sauna también hacemos los movimientos específicos del piloto ", expresa Mellado.
La kinesiología, también vital
Desde hace una década el licenciado Julio Panza es un integrante más en el equipo Toyota Gazoo Racing Argentina de Súper TC2000, donde se ocupa de la tarea kinesiológica de los pilotos. "La patología estrella que tenemos es la contractura cervicodorsal, que sería que un acortamiento involuntario y duradero con manifiesto grado de dolor de uno o varios grupos musculares de la zona", expresa el cordobés. Su tarea en los fines de semana de carreras las divide en tres: fisiokinésica precompetitiva, competitiva y poscompetitiva. También se le controla la tensión arterial máxima y mínima, el pulso y la saturación de oxígeno en sangre antes de que el piloto se suba al auto.
"Hacemos mucha masoterapia y, si hace falta, también algunas maniobras quiroprácticas y osteopáticas para que el piloto quede de la mejor forma posible y se suba al auto sin ningún tipo de problema", específica quien es el jefe del servicio de rehabilitación de Sport Médica en la ciudad de Córdoba.
Antes no existía
"Cuando corría, yo no hacía ningún entrenamiento. Lo máximo que podía hacer era agarrar una bicicleta y salir a andar; esto lo hacía sobre todo en la parte final del año cuando hacía más calor o previo a las carreras más largas. El tiempo del entrenamiento físico me lo absorbía el auto. Así que era ponerse el buzo y el casco y subirse al auto".
"Hoy no se puede correr sin preparación. Físicamente los autos actuales exigen más que los de antes; son mucho más pesados en la dirección porque tienen mayor carga aerodinámica y los neumáticos son más anchos. Por otro lado, la velocidad de maniobra en nuestra época era más lenta (hoy los tiempos entre maniobra y maniobra son muy cortos). Si hoy no estás preparado, en las últimas vueltas el ritmo de los pilotos cae muchísimo. Nada que ver el requerimiento físico de ahora con el de antes."
Las declaraciones son de Oscar castellano, tricampeón del TC entre 1987 y 1989.