Cada vez más marcas chinas dejan estacionados sus autos eléctricos en las terminales portuarias por períodos de tiempo prolongados; qué hay detrás de este fenómeno
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El campo de la movilidad atraviesa tiempos de cambios y relativa inestabilidad desde hace ya algunos años. Con la pandemia, la parálisis de los mercados y la escasez de microchips y, en paralelo, la avanzada de los vehículos eléctricos y el fomo (fear of missing out, o miedo a quedarse afuera en español) de las automotrices por no quedarse atrás de la ola de la electrificación, el escenario se reconfiguró y trajo nuevas tendencias: algunas duraderas, y otras no tanto.
En este sentido, uno de los últimos grandes fenómenos fue el de la megaproducción de autos híbridos y eléctricos de China. Primero silenciosa y luego evidente para todo el mundo, el gigante asiático forjó su propio imperio de movilidad sostenible, con marcas como BYD, que emergieron de la nada misma para posicionarse en el podio de los principales fabricantes de este tipo de vehículos a nivel global, y que hoy presentan ambiciosos planes de expansión en distintas regiones del mundo, entre ellas Europa y Latinoamérica.
El problema es que la capacidad productiva de China parecería haber alcanzado un punto de desequilibrio y superó la demanda -por ahora, en el viejo continente-, en un contexto en el que la movilidad eléctrica se está desacelerando. A raíz de esto, los vehículos de varias marcas chinas se están acumulando en puertos europeos.
Según lo informó el Financial Times, tanto en el puerto de Amberes-Bruja, en Bélgica, como en el de Bremerhaven, en Alemania (las principales terminales a las que llegan vehículos para ser distribuidos dentro de la Unión Europea), hace meses se saturó la capacidad de almacenamiento de unidades y, como resultado, muchos autos quedan estacionados por lapsos prolongados de tiempo, que en algunos casos llegan hasta los 18 meses o, según informaron desde el sector de la logística automovilística a medios internacionales, hasta venderse al usuario final.
De hecho, de acuerdo con lo comunicado, varias automotrices alquilaron grandes superficies en los puertos y proximidades, para poder almacenar vehículos que todavía no tienen clientes.
“Los fabricantes chinos de autos eléctricos usan cada vez más los puertos como estacionamientoso depósitos”, señaló un vocero de una empresa de logística al Financial Times, a lo que un directivo del puerto de Amberes agregó: “En lugar de ubicarlos en los concesionarios, los venden con retiro directo en la terminal portuaria”.
Los motivos detrás
1. Una caída en las ventas de autos 100% eléctricos
Ahora bien, la acumulación de vehículos de marcas chinas en puertos europeos no se debe a la falta de permisos para nacionalizar unidades, sino a la desaceleración de ventas de autos eléctricos que se está produciendo en Europa -aunque no exclusivamente- y que, como consecuencia, genera un menor flujo de tránsito entre los puertos y distribuidores designados para cada marca.
A esto se agrega el hecho de que, desde el principio del 2024, algunos países de la UE deidieron retirar las ayudas económicas para comprar autos eléctricos, que en una instancia inicial había promovido el salto a este tipo de movilidad. Ejemplo de esto es el caso de Alemania, pionera en este tipo de beneficios y también en retirarlos. Puntualmente en este país, el pasado marzo se registró una baja de ventas del 29%.
2. Una China ambiciosa que no quiere dar marcha atrás
Esta realidad de bajo consumo choca con las ambiciones que no sorprenden pero sí impactan de China, cuya ofensiva en Europa en el campo de la movilidad eléctrica -con productos de calidad y precios comparativamente muy bajos- estaba clara desde hace ya un tiempo pero, si cabían dudas, el 2023 fue el año de la gran confirmación.
En comparación con 2022, las exportaciones de autos eléctricos chinos a Europa se incrementaron un 58%. Las protagonistas de esta hazaña fueron Great Wall, Chery, SAIC y BYD. Esta última, además, compró ocho buques cargueros para aumentar exponencialmente sus volúmenes de exportación.
Todo esto suma a que, puesto que dominan la cadena de valor del auto eléctrico y muestran ofensivas más ambiciosas de expansión, las marcas chinas sean vistas, cada vez más, como depredadores sin rival. Aunque por ahora no hay resoluciones en concreto, no sorprendería empezar a ver en los próximos meses imposiciones de aranceles más fuertes a los vehículos importados desde China.
En el otro extremo, sin embargo, hay quienes piensan que el de la acumulación de autos en las terminales portuarias no es un fenómeno nuevo. “Los puertos están saturados desde hace mucho tiempo”, aseguró Wolfgang Goebel, presidente de la Asociación Europea de Logistas de Vehículos Terminados. “Tenemos un mercado débil, lo que provoca pocas salidas. Las importaciones chinas de vehículos son solo una parte”.
3. Huelga de transporte en Europa
Por último, en paralelo con la caída en la demanda de autos eléctricos y la apuesta de China a la expansión intra europea, existe un tercer punto conflictivo: la falta de camiones. Sucede que, en distintos puntos de Europa, desde el comienzo del año hay episodios de huelga en el sector del transporte, que generó una falta crónica de conductores dispuestos a realizar este tipo de traslados.
Desde el sector también comentaron que, debido a la escasez de camiones, hay una interna paralela entre fabricantes por asegurar sus transportes y que, en general se favorece a las marcas más establecidas. En este campo de batalla, las marcas chinas no serían priorizadas. La misma fuente dijo que varios camiones habían sido reservados por Tesla, la marca de autos eléctricos de Elon Musk.
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