La guerra a los SUV no se detiene: qué hicieron ahora los “desinflarruedas”
Activistas ecologistas pincharon las llantas de más de 200 camionetas en tres noches; cuáles son sus motivos y por qué dicen que no van a parar hasta ver cambios netos
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LA NACIONSol Valls
Los Tyre Extinguishers, activistas que para protestar contra el cambio climático desinflan las llantas de SUVs alrededor del mundo, volvieron a actuar y de manera contundente. Podría argumentarse que, en realidad, nunca dejaron de hacerlo. Las últimas novedades publicadas primero a través de su cuenta oficial de twitter (@T_Extinguishers), y rápidamente difundidas a través de varios medios de comunicación, mostraron que en solo dos noches “desarmaron” a un total de 149 vehículos en dos ciudades de Europa.
El primer foco de acción fue en Brno, República Checa, en donde en una cuestión de horas desinflaron neumáticos de casi 40 camionetas; y el segundo fue en Berlín, Alemania, en donde en el curso de dos noches interceptaron a 110 vehículos, argumentando que mientras el cambio climático no pare, ellos tampoco. “Eslovenia sufre graves inundaciones. El aumento en los eventos climáticos extremos es causado por las emisiones de CO2 de diversas fuentes. En Berlín, atacamos a 110 de ellas”.
Sin embargo, la noticia que se hizo más viral fue alrededor de una acción llevada a cabo en una concesionaria de Jaguar ubicada en Exeter, un pueblo universitario de Inglaterra, y aplicando un método más extremo que el tradicional. Según informaron, los victimarios recurrieron a taladros para perforar los laterales de los neumáticos de al menos 60 camionetas marca Land Rover estacionadas en el playón de estacionamiento del local.
Desde sus redes indicaron que, aunque la acción se separó en cuanto a metodología del manual establecido (donde la consigna es desinflar, no pinchar), como referentes del movimiento, asumieron la responsabilidad de los hechos. Además, hicieron hincapié en que la secuencia no es casual, sino una represalia por la reciente tragedia de Wimbledon, donde una camioneta Land Rover chocó contra la valla del colegio Study Prep, ubicado en la localidad británica, y mató a Selena Lau y Nuria Sajjad, dos nenas de ocho años.
Esta secuencia no es menor, ya que uno de los puntos en los cuales se fundan los miembros de esta acción climática es la importancia de la seguridad vial. Según manifestaron con el respaldo de estudios como el del Insurance Institute for Highway Safety (IIHS), los SUV son más letales para los peatones que los autos normales, y la probabilidad aumenta para los infantes.
“Los SUV tienen ocho veces más probabilidades de matar niños en accidentes que los autos más chicos. Este acto de represalia tiene como objetivo ser una demostración pacífica y no violenta para llamar la atención sobre la presencia de vehículos privados extremadamente inapropiados en nuestras ciudades y pueblos”, expresaron después de describir al choque de Wimbledon como un “asesinato desgarrador” e instar a los políticos a aplicar políticas firmes para cambiar las bases de una cultura obsesionada con los autos responsable de muertes diarias.
“Esperamos que esta acción sirva como una llamada de atención para que todas las partes interesadas se unan en sus esfuerzos para prevenir futuras tragedias y hacer que nuestras calles sean más seguras para todos”, comentaron.
En respuesta a los sucesos con sede en el suroeste de Londres, un portavoz de Vertu Motors, propietaria de Jaguar Exeter, dijo que la intrusión y el daño a la propiedad privada no son aceptables, y que “el asunto está ahora en manos de la policía”.
¿Quién está detrás de los Tyre Extinguishers?
“Sé que estás enojado. No te lo tomes personal. No sos vos, es tu auto”, es el puntapié inicial de los ecologistas para abrir el diálogo. La frase impresa queda plasmada en una hoja impresa y colocada en el parabrisas de cada una de las víctimas, y la carta concluye con un mensaje pacífico invitando a la reflexión.
Una de las particularidades de los Tyre Extinguishers es que, más que una agrupación, se trata de una acción climática internacional anónima y, aparentemente, acéfala, a la cual cualquier persona en cualquier lugar del mundo puede sumarse.
El fundamento del activismo que predican es que, ante la inefectividad de las autoridades gubernamentales para imponer medidas regulatorias, y la falta de compromiso de los ciudadanos para reducir el impacto ambiental nocivo, en pos de preservar el planeta, casi todo vale. En otras palabras: la propuesta es tomar al toro por las astas y hacer algo concreto e inmediato para combatir las emisiones contaminantes que contribuyen a la aceleración del cambio climático y todas las consecuencias que este conlleva, entre ellas la destrucción de ecosistemas, pérdida de biodiversidad, escasez de recursos naturales y aumento de eventos climáticos extremos.
“Somos personas de todos los ámbitos de la vida con un único objetivo: Hacer imposible tener una gran 4x4 contaminante en las áreas urbanas del mundo. Nos estamos defendiendo contra el cambio climático, la contaminación del aire y conductores inseguros”, sostienen. “Nos ponemos en acción porque los gobiernos y los políticos no lograron protegernos”.
¿Por qué los SUV?
En este sentido, el target elegido no es aleatorio. Según explican en su suerte de manifesto, el segmento automotor que corresponde a los SUV (Sports Utility Vehicles) es el responsable de gran parte de la contaminación proveniente de los vehículos.
En primer lugar, por su mayor tamaño y peso. En segundo, por sus motores poco eficientes que requieren más energía para moverse, lo cual se traduce en un mayor consumo de combustible. También por estos motivos, estos rodados necesitan más recursos en su fabricación.
Un estudio que la Agencia Internacional de la Energía (IEA) publicó en 2019 reveló que los SUV fueron la segunda causa del aumento de las emisiones de dióxido de carbono en la última década, más que el transporte marítimo, la aviación y la industria pesada.
“Todos los odian, excepto las personas que los manejan”, expresan en su mensaje al público. Y los que los manejan, en general, pertenecen a la clase media-alta. Por eso, también en su guía para potenciales adeptos, comparten que es preferible buscar presas en los barrios “elegantes” y aconsejan evitar vehículos destinados a personas con movilidad reducida o pertenecientes a comerciantes.
El caso de los Tyre Extinguishers es una de los representaciones más contemporáneas del activismo moderno: grupos visibles de personas sin cara que operan silenciosamente pero se hacen notar. Sin líder, sin sede fija ni demasiado problema por lo que puedan pensar los demás. Entregados a una causa pero mantienen una vida normal. Por eso es difícil identificarlos, porque no tienen una impronta. Un Tyre Extinguisher podría ser una amiga, un hermano, el mozo del restaurante en el que acabás de comer o tu mamá. “Pedir y protestar amablemente por estas cosas falló. Es hora de actuar”, sentenciaron.
Por Sol Valls
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