Elon Musk siempre quiere llamar la atención y las letras que eligió para bautizar a los modelos de Tesla tenían un propósito; por qué no pudo formar por completo la palabra “sexy” que pretendía y qué hizo para solucionarlo
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Innovador, disruptivo, arrogante, pionero, vendehúmos y controversial. La imagen pública de Elon Musk en el mundo puede variar. Algunos lo ven como un visionario y líder en un mundo cada vez más tecnológico, mientras que otros creen que es un empresario egoísta que solo piensa en cómo agrandar su capital. Después de casi un año con el título de persona más rica del mundo, en diciembre de 2022 pasó a ocupar el segundo lugar, en el que se mantiene hasta el día de hoy.
Según medios como Rolling Stone, su estrategia comercial se basa en la “frat boy culture” (cultura de chico de fraternidad): divertida, picante y típica de un varón en su temprana edad. Ejemplos de esto son su escandalosa compra de Twitter en 2022, sus despidos masivos y repentinos de personal en las fábricas de Tesla y sus declaraciones polémicas sobre el sistema de conducción autónoma de sus autos después de haberse registrado accidentes varios por fallas en su funcionamiento.
Los guiños al humor y madurez típicos de chico universitario son reiterados en el historial de Musk. El multimillonario supo entretenerse compartiendo tuits con memes sobre el “69″ y la marihuana, diciendo que quiere comprar Coca-Cola para que la fórmula vuelva a tener cocaína y anunciando la fundación de una universidad llamada Texas Institute of Technology & Science (TITS), cuya merch va a ser épica por sus iniciales.
It will have epic merch
— Elon Musk (@elonmusk) October 29, 2021
S3XY: el motivo detrás de los autos eléctricos de Tesla
En esta línea humorística, en julio del 2020 el CEO de Tesla lanzó una venta limitada de shorts rojos con la palabra “S3XY” estampada en la parte de atrás. Lo que no todos saben es que esta palabra explica también los nombres de sus autos eléctricos. Sí, los Model S, Model 3, Model X y Model Y recibieron estas siglas para formar la palabra “sexy”.
Los primeros en salir fueron el S y el X. El primero un sedán deluxe, y el segundo un crossover con puertas ala de gaviota. Ambos fueron hits comerciales en el mercado de los autos eléctricos. Fue el tercer estreno el que creó problemas.
Musk quería bautizar a su segundo sedán como Model E, para lograr la palabra “sex”, pero Ford entró en la escena. En el 2014 la automotriz del óvalo se pronunció sobre una infracción de marca registrada, ya que el nombre de Model E ya había sido elegido para uno de sus modelos, y amenazó con demandar a la firma del multimillonario.
Esto, sin embargo, no lo detuvo, y aunque el sudafricano disfruta de vender el discurso de que sus decisiones son espontáneas y poco premeditadas, posiblemente cuando sucedió esto ya contaba con el plan B. Fue así como en 2016 el pensado para ser Tesla Model E se presentó al público convirtió como el Tesla Model 3 (aunque en su logo está representado por tres rayas horizontales que están más cerca de ser una E que un número). Al tercero en discordia lo siguió el Model Y, un SUV compacto, y Musk logró lo que tanto quería: patentar la palabra “sexy”. Aunque sea con un 3 que puede ser visto como una E, al revés.
En 2022, tanto el Model 3 como el Model Y se ubicaron en el ranking mundial de los 10 autos más vendidos. El éxito comercial de este último es un caso sin precedentes en el campo de los eléctricos. De acuerdo con Jato Dynamics, consultora que mide 53 mercados, el Tesla Model Y patentó 747.500 unidades en 2022 y registró un crecimiento del 91% en sus ventas con respecto al año anterior. El ritmo comercial se mantiene: en el primer trimestre del 2023 el último modelo tesliano no solo volvió a aparecer en el ranking, sino que lo lideró, desplazando al Corolla de Toyota. China es su mayor mercado.
La fina línea entre el humor y la transgresión
El eslogan de Musk resulta polémico y no por pocos motivos. Son varias las quejas y denuncias hechas públicas dirigidas al directivo y a la ética predicada en sus compañías.
Un ejemplo es el de Alisa Blickman, que en 2021 entró a trabajar a Tesla. En una entrevista con un periodista de Rolling Stone explicó que, ni bien entraron a una sala de conferencias, un hombre con una camisa de la línea S3XY hizo una breve introducción a los nuevos empleados entre los que ella se encontraba. Según relató Blickman, el sujeto hacía demasiado énfasis en la importancia de la sensualidad de los Tesla. “No entendía por qué en una reunión informativa de una corporación global hablaban tanto sobre la sensualidad”.
En diciembre de 2021 Ashley Kosak, exingeniera de SpaceX publicó un ensayo detallado alegando la presencia del acoso sexual en la organización.
A este hito lo siguió la declaración de un grupo de empleados unidos para protestar sobre el comportamiento infantil y vergonzoso de Musk, como una constante distracción. Este último reclamo resultó en una “investigación” de 24 horas y, lejos de ser escuchado, terminó en el despido de varios de los involucrados, según publicaron los medios.
Pero la cosa no termina ahí. Las quejas provienen también del propio equipo de Musk. En 2022, un accionista de Tesla presentó en una de las reuniones una moción para que la empresa emita un informe anual sobre sus iniciativas para prevenir el acoso sexual. Musk, sin embargo, decidió ignorarlo, y la petición fue un fracaso. “La junta continúa oponiéndose a las iniciativas que buscan dirigir las decisiones comerciales estratégicas de Tesla y sus operaciones diarias en formas que no son esenciales para su misión principal o su promoción”, sentenció.
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