Un youtuber compartió un video de cómo “accidentalmente” su Ferrari y minivan de alquiler se prenden fuego en el medio de un maizal
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El contenido que se ve en las redes sociales es cada vez más viral y, muchas veces, ridículo. Son cada vez más los jóvenes que se aventuran con el título de influencers en la creación y difusión de videos, y la premisa es siempre: conseguir reproducciones. Para alcanzar este fin, pareciera ser que todo vale. Prueba de esto es la documentación del incendio “accidental” de dos autos (uno de ellos marca Ferrari) en el medio de un campo y en manos de un grupo de veinteañeros.
El protagonista de esta secuencia es, una vez más un estadounidense, cuyo nombre es Cody Detwiler y su usuario de YouTube, “WhistlinDiesel”. Cuenta con más de seis millones de suscriptores y se define a sí mismo como un “ingeniero del caos” y “CEO de la destrucción” como un entusiasta de los autos. La descripción que eligió para su canal es: “¿Estás cansado de hacer clic en un video engañosamente amarillista solo para encontrarte con alguien haciendo la misma m... que viste la semana pasada? Sí, yo también. Por eso nunca pierdo tiempo subiendo un video estúpido y aburrido. Aunque, quizá sí sean estúpidos. LOL. Disfrutá”.
Su última pieza, publicada el 19 de agosto, y titulada como “La forma más rápida de perder medio millón de dólares. Mi Ferrari se fue” alcanzó más de ocho millones de reproducciones. El video empieza mostrando cómo el joven entra con su máquina -un Ferrari F8 de 720 CV de potencia valuado en alrededor de US$400.000- en un maizal ubicado en algún lugar de la localidad de Waco, en el estado de Texas, con el fondo de un perfecto atardecer.
Conforme se va metiendo en las profundidades del terreno, Detwiler acelera. Lleva puesto un sombrero de vaquero y lo filma su copiloto desde el interior del auto por un lado, y -posiblemente- un dron desde el exterior. Lo acompaña una van en la que van otros amigos y observan y graban la secuencia desde el baúl abierto.
Todos gritan como en éxtasis hasta que se escucha la palabra clave: “Fuego” y se observa cómo el freno trasero derecho empieza a largar humo y, a los pocos minutos, fuego. A partir de este momento, la cosa se desvirtúa progresivamente.
Lo que muestra el clip audiovisual (editado) es que la reacción de todos es bastante rápida. El protagonista, Detwiler, frena de inmediato, se desabrocha el cinturón y sale. Así y todo, su acompañante no deja de filmar en ningún momento. De acuerdo con el análisis posterior de los hechos, la causa del incendio radica en que el calor que se desprende del sistema de frenado y de escape, en roce constante con las hojas secas del terreno que quedan entre las llantas y los elementos de suspensión empezaron a generar chispas, luego llamas, y ya se sabe cómo termina la historia.
Lo siguiente es un collage de tomas que muestran progresivamente cómo, ya con todos afuera, el superdeportivo de la casa de Maranello se va prendiendo fuego -y no metafóricamente-, y los múltiples pero flojos intentos de apagar las llamaradas. En una oportunidad hasta intentan con RedBull, aunque finalmente desisten y empiezan a gritar que hay que llamar a los bomberos, que llegan al rato y toman control de la situación.
El relato, sin embargo, está lejos de terminar ahí y el F8 no es la única víctima. Al rato se empieza a ver que la Chrysler Pacifica en la que iba el resto del grupo -que, luego revelan, fue alquilada con el sólo propósito de grabar dicho video, y tiene un valor de aproximadamente US$40.000- también empieza a prenderse fuego.
¿Casual o meticulosamente planeado?
Al margen de lo trágico de los hechos, lo interesante fue el revuelo que se generó alrededor de la publicación: hay quienes la aplauden y envían augurios positivos a Detwiler y, por otro lado, quienes critican al joven, a su grupo de amigos, e incluso a toda la generación Z, a quienes le atribuyen las cualidades negativas por querer subir todo a las redes sociales y ganar audiencia a toda costa.
De este lado de la grieta los comentarios apuntan a que las prioridades de los jóvenes están ridículamente desdibujadas, y que crear y subir contenido “estúpido, peligroso e ilegal”, parece ser la fórmula para ganar fama y plata. “Menudo futuro nos espera”, dice un comentario.
Aunque Detwiler asegura que no era su intención quemar los vehículos, y que absolutamente nada de lo que se muestra en cámara fue planeado, podría aplicarse perfectamente el refrán de “como quien no quiere la cosa”, ya que calor y un campo de maíz seco no van bien de la mano. “No puedo enfatizar lo mucho que esto no estaba planeado. Aunque esté sonriendo ahora mismo”.
Una vez con los bomberos y los esqueletos de los vehículos carbonizados de fondo el video toma un tono documental y enfoca a Detwiler, quien empieza a reflexionar sobre lo vivido. De a ratos serio y en otros momentos riéndose, el joven dice estar en una suerte de shock y se dirige a la cámara con total naturalidad, como si se tratara de un reality show de su vida.
“¡Wow! Ok. Acabo de perder medio millón de dólares. El auto está perdido. Pero... no puedo decir que no fuera a suceder de todos modos”, dice el joven como implicando de que el auto ya tenía una falla y, eventualmente, la cosa iba a terminar así. “Está bien, chicos. Nos recuperaremos de esto algún día”.
También reflexionó sobre la situación desde un punto de vista -si se quiere- más filosófico. “No estoy enojado por nada de esto. Hace una hora estaba manejando y divirtiéndome y ahora mi Ferrari es, literalmente, un montón de metal derretido. Esos bomberos ni siquiera saben que es un Ferrari, de lo destruido que está. Parece un Buggy”, cuenta y agrega “¡Estoy más enojado por el auto que alquilamos. Ahí se nos fueron otros US$5000 por lo menos. Acabamos de volar medio millón de dólares en pocos minutos. La pucha, y mis zapatos estaban adentro. Eso sí lo lamento”.
Al final del video de 12 minutos, una toma muestra al youtuber de espaldas frente a una concesionaria de Ferrari, contemplando un F8 cero kilómetro, que concluye con una insinuación de que la historia se va a continuar. “Planeaba filmar muchísimas cosas más con este Ferrari. Tomo esto como una lección para hacer más cosas locas con tu auto antes de que se prenda fuego. Esto no es nada más que un raspón. Estaremos de vuelta Ferrari”.
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