En el marco del programa “Educación para un Nuevo Mañana”, la automotriz busca actualizar las 41 escuelas que construyó entre 1968 y 1982
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La historia de la escuela N°103 “Gauchos de Güemes”, en Villa Lago Rivadavia, es un claro ejemplo de resiliencia. Desde sus inicios como una escuela rural ha superado grandes desafíos, incluyendo un incendio devastador que casi la destruye por completo. Sin embargo, lo que comenzó como una tragedia se convirtió en una oportunidad para resurgir más fuerte de las cenizas gracias al compromiso de la comunidad y el apoyo solidario de algunas instituciones.
Ubicada en un pequeño paraje rural, a dos horas de Esquel, la escuela inició sus actividades en casa de Don Andrés Poblete, un vecino de la zona que prestaba su vivienda para que los chicos de la zona se eduquen, antes de que se funde la institución formalizada. No fue hasta 1938 cuando el Estado Argentino trasladó formalmente el colegio a Villa Lago Rivadavia. Pero en 1971, un incendio consumió gran parte del edificio escolar.
Es aquí donde entra Ford, que en 1968 había lanzado un plan para construir escuelas en zonas rurales a lo largo y ancho del país. A través de un trabajo conjunto con su red de concesionarios, la automotriz construyó y donó 41 escuelas entre 1968 y 1982. Nueve meses y 17 días después del incendio, el 23 de septiembre de 1972, Ford inauguró lo que hoy se conoce como la parte “vieja” de la escuela N°103, que incluye las aulas, la cocina y una galería, cerca de la Ruta Nacional N°71.
En los últimos años, la escuela ha seguido creciendo. En 2022, el Ministerio de Educación de Chubut completó nuevas obras, incluyendo un Salón de Usos Múltiples (SUM), una cocina, baños y una sala de informática. Meses después se sumó la Fundación Mundo Sano, que construyó un nuevo hall de entrada y una sala para el nivel inicial. “Este edificio es la suma de muchas voluntades y ganas de hacer”, explicó Andrea María López, directora de la escuela.
El pasado 24 de septiembre, se realizó el acto de reinauguración en el que participaron vecinos -muchos de los cuales eran alumnos en la época del incendio-, estudiantes, ejecutivos de Ford y autoridades locales y provinciales. También estuvieron presentes las autoridades del concesionario Pedro Corradi, que apadrina a las tres escuelas rurales de la compañía en la provincia.
Acompañó al grupo en el evento Agustina Albertario, integrante de Las Leonas y dos veces medallista olímpica, quien compartió una tarde de charla junto a los chicos, habló sobre la importancia del deporte y les prestó sus medallas de los juegos en París y Tokio para que las pudiesen ver de cerca.
La escuela N°103 cuenta en total con 28 alumnos de todos los niveles. Según López, “los chicos están muy ligados a las actividades rurales de sus familias y traen ese bagaje a la escuela y disfrutan de esas actividades en familia, donde todos participan”. La institución funciona con jornada completa de 8:30 a 15:30 y ofrece desayuno y almuerzo. Además, tiene un enfoque educativo personalizado gracias a sus siete maestros y pocos alumnos.
Uno de los orgullos de la directora de la escuela es el alto índice de alfabetización logrado: “No tenemos ningún chico que haya pasado de tercer a cuarto año sin estar completamente alfabetizado. El plan de la provincia viene a fortalecer mucho la actualización y capacitación docente para ayudar con los alumnos que tienen dificultades”.
Sin embargo, la vida en la Patagonia no está exenta de desafíos. El clima en la zona puede ser complicado, especialmente en invierno. Los fuertes vientos y nevadas pueden generar cortes de luz, por lo que la escuela tiene un acuerdo con las familias para que los chicos ingresen una hora más tarde en esos casos, cuando la luz solar ya permite dictar clases con normalidad. Afortunadamente, la calefacción no depende de la electricidad en el establecimiento, lo que permite que las clases sigan sin mayores interrupciones.
Desde 2002, Ford lleva a cabo un proceso de relevamiento y reacondicionamiento de las 41 escuelas que construyó y la escuela N°103 es la número 32 en ser renovada. Las mejoras en este caso incluyeron el reemplazo de aberturas, la renovación de baños, el agregado de dos invernaderos -donde los alumnos cultivan verduras como lechuga, acelga y zanahoria-, la reparación de techos y del patio de juegos, que además cumple una especie de función de plaza pública para la comunidad.
“Nuestro fundador Henry Ford definió el propósito de nuestra empresa allá por 1903: construir un mundo mejor donde cada persona sea libre de moverse y perseguir sus sueños. Y qué manera más libre y linda de moverse que a través de la educación”, expresó Osvaldo Santi, gerente general de Comunicaciones de Ford, durante el acto de reinauguración.
Además de esta iniciativa, la compañía cuenta con otros programas de acción social empresarial como “Impulsando Sueños” y “Ford Enter”, donde la compañía busca evitar la deserción escolar y capacitar a jóvenes en habilidades tecnológicas.
Los cambios en Chubut se suman a los ya realizados en otras provincias. En 2022, Ford renovó las escuelas de Malargüe en Mendoza y la del Tala en San Luis. El año pasado, la empresa también completó la remodelación de una escuela en Bagual -San Luis- como parte de su plan “Educación para un Nuevo Mañana”.
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