La ola polar afecta el funcionamiento del auto y causa inconvenientes, como la formación de escarcha en el parabrisas; cómo hay que removerla sin provocar daños en el vidrio
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La ola polar que afecta a todo el país demanda un mayor cuidado del auto, y uno de los efectos más problemáticos de la inclemencia climática es la formación de escarcha en el parabrisas en los vehículos que no están bajo techo. ¿Cómo hay que removerla?
El primer paso para responder la consulta es tener en cuenta lo que no hay que hacer, pese a ser una práctica bastante habitual en zonas frías durante los días de invierno: arrojar agua caliente sobre la capa de hielo.
Según explican expertos, el contraste de agua hirviendo sobre la escarcha provoca un cambio repentino de temperatura en el parabrisas del auto que puede resquebrajarlo si se hace repetidas veces.
Otro error común es encender los limpiaparabrisas para despegar la escarcha sin haberla removida previamente. La fricción en ese caso puede rayar el vidrio y deteriorar además las escobillas.
Para remover la escarcha, entonces, los especialistas recomiendan como primer paso encender la calefacción del auto y orientar el flujo del aire hacia el parabrisas, de modo que la temperatura vaya subiendo gradualmente. Luego, utilizar un paño con un poco de alcohol, que ayuda a limpiar el cristal.
Si la capa de hielo que se formó es más gruesa, se puede luego rascar el vidrio con una espátula de plástico o improvisar con una tarjeta plástica, evitando usar cualquier artículo de metal que provocaría rayones.
Un punto importante en los días de frío intenso es cuidar las escobillas de los limpiaparabrisas. Al estar expuestas a bajas temperaturas constantes pueden pegarse al vidrio y sufrir un mayor desgaste. Para evitarlo, una recomendación sencilla es colocar una capa delgada de corcho entre el parabrisas y las gomas para que el frío no provoque su adhesión al cristal.
Otras consideraciones que hay que tener presente para cuidar al auto del frío:
1. Cambiar el aceite y los filtros
En climas extremadamente fríos, uno de los principales componentes afectados es el aceite del motor, que se espesa y puede dificultar su flujo a través del propulsor. Por esto, es imprescindible realizar el cambio de aceite y filtro de aceite una vez comenzado el invierno, respetando los intervalos de mantenimiento preventivo establecidos por el fabricante del vehículo.
2. Líquido refrigerante y sistema de refrigeración del motor
Las temperaturas frías pueden tener varios efectos tanto sobre el líquido refrigerante como sobre el sistema de refrigeración del motor. Si el refrigerante no tiene la mezcla adecuada de anticongelante, puede congelarse a bajas temperaturas, y esto puede causar daños en los componentes del sistema de refrigeración, como el radiador, las mangueras o incluso el block del motor.
3. Revisar la batería
Los vehículos modernos tienen cada vez mayor tecnología, lo que requiere de un mayor equipamiento, siendo la batería el corazón para su correcto funcionamiento. El frío extremo reduce la capacidad de arranque, incrementa la resistencia interna y genera una descarga más rápida de la batería, lo que redunda en una disminución notoria de la vida útil.
Es fundamental controlar el estado de la batería (y reemplazarla en caso necesario), ya no sólo si se piensa en salir a la ruta bajo estas condiciones climáticas sino también considerando que los sistemas electrónicos del vehículo requieren, en todo momento, de una batería en perfectas condiciones de uso.
4. Verificar la presión de los neumáticos
El frío hace que el aire dentro de los neumáticos se contraiga, lo que puede llevar a una presión insuficiente. Cada 10°C de descenso en la temperatura, la presión de los neumáticos puede disminuir entre 1 y 2 PSI.
La dureza del caucho se ve afectada y con ello el comportamiento en cuanto a capacidad de frenado y adherencia, comprometiendo la seguridad de los ocupantes. Además, manejar con neumáticos desinflados puede afectar negativamente la tracción, la eficiencia del combustible y aumentar el desgaste irregular de los neumáticos.
Por eso es imprescindible el inflado con nitrógeno y cuidar el estado general de los neumáticos.
Lo recomendado es revisar la presión de los neumáticos al menos una vez al mes durante el invierno y ajustarla según las recomendaciones del fabricante.
5. No subestimar al aire acondicionado
El sistema del aire acondicionado puede experimentar varios efectos debido al frío extremo y, un funcionamiento ineficaz, puede perjudicar el desempañado de los cristales, responsable de mantener a estos libres de los efectos de la condensación y del hielo, y afectar la visibilidad durante la conducción.
Además, la inoperancia del sistema o pérdida de rendimiento puede interferir en alcanzar la temperatura deseada dentro del habitáculo del vehículo.
Es recomendable realizar un mantenimiento regular de este sistema, incluyendo la verificación de los niveles de refrigerante y la lubricación adecuada del compresor. Además, mantener el sistema activo periódicamente puede ayudar a prevenir problemas de sellado y mantener el sistema en funcionamiento óptimo.
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