Cinco pasos a seguir para evitar las consecuencias del frío en el auto; uno por uno en detalle
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El invierno trae consigo no solo temperaturas bajas, frío y, en determinadas regiones, paisajes nevados, sino también una serie de desafíos para los conductores y sus vehículos. Esto se debe a que afectan el funcionamiento de muchos componentes y sistemas de los rodados, y a que muchas veces pasan desapercibidos.
En este sentido, hay que prestar atención a los consejos que brindan los centros especializados para preservar el buen funcionamiento del vehículo. El primer punto a tener en cuenta es que no conviene arrancar el auto inmediatamente cuando hay bajas temperaturas: dejarlo regulando unos minutos para que calienten todos los componentes antes de ponerlo en movimiento es lo recomendable.
El Neumen Performance Center compartió una serie de consejos útiles para optimizar el funcionamiento del auto durante esta época del año y, potencialmente, para tener en cuenta antes de salir a la ruta en vacaciones.
1. Cambiar el aceite y los filtros
En climas extremadamente fríos, uno de los principales componentes afectados es el aceite del motor, puesto que este se espesa y puede dificultar su flujo a través del motor.
Esto puede causar un incremento en el desgaste del motor durante el arranque el cual, junto a la batería se verán también afectados, ya que se necesita más energía para hacer que el motor gire.
Por esto, es imprescindible realizar el cambio de aceite y filtro de aceite una vez comenzado el invierno, respetando los intervalos de mantenimiento preventivo establecidos por el fabricante del vehículo.
2. Líquido refrigerante y sistema de refrigeración del motor
Las temperaturas frías pueden tener varios efectos tanto sobre el líquido refrigerante como sobre el sistema de refrigeración del motor.
Si el refrigerante no tiene la mezcla adecuada de anticongelante, puede congelarse a bajas temperaturas, y esto puede causar daños en los componentes del sistema de refrigeración, como el radiador, las mangueras o incluso el block del motor.
En este sentido, es pertinente revisar el estado del líquido refrigerante y reemplazarlo considerando los períodos estipulados por el fabricante para mantener el buen funcionamiento del sistema y por supuesto de la calefacción, en esta etapa del año.
3. Revisar la batería
Los vehículos modernos tienen cada vez mayor tecnología, lo que requiere de un mayor equipamiento, siendo la batería el corazón para su correcto funcionamiento.
El frío extremo reduce la capacidad de arranque, incrementa la resistencia interna y genera una descarga más rápida de la batería, lo que redunda en una disminución notoria de la vida útil.
Es fundamental controlar el estado de la misma (y reemplazarla en caso necesario), ya no sólo si se piensa en salir a la ruta bajo estas condiciones climáticas sino también considerando que los sistemas electrónicos del vehículo requieren, en todo momento, de una batería en perfectas condiciones de uso.
4. Verificar la presión de los neumáticos
El frío hace que el aire dentro de los neumáticos se contraiga, lo que puede llevar a una presión insuficiente. Cada 10°C de descenso en la temperatura, la presión de los neumáticos puede disminuir entre 1 y 2 PSI.
La dureza del caucho se ve afectada y con ello el comportamiento en cuanto a capacidad de frenado y adherencia, comprometiendo la seguridad de los ocupantes. Además, manejar con neumáticos desinflados puede afectar negativamente la tracción, la eficiencia del combustible y aumentar el desgaste irregular de los neumáticos.
Por eso es imprescindible el inflado con nitrógeno y cuidar el estado general de los neumáticos.
Lo recomendado es revisar la presión de los neumáticos al menos una vez al mes durante el invierno y ajustarla según las recomendaciones del fabricante.
5. No subestimar al aire acondicionado
El sistema del aire acondicionado puede experimentar varios efectos debido al frío extremo y, un funcionamiento ineficaz, puede perjudicar el desempañado de los cristales, responsable de mantener a estos libres de los efectos de la condensación y del hielo, y afectar la visibilidad durante la conducción.
Además, la inoperancia del sistema o pérdida de rendimiento puede interferir en alcanzar la temperatura deseada dentro del habitáculo del vehículo.
Es recomendable realizar un mantenimiento regular de este sistema, incluyendo la verificación de los niveles de refrigerante y la lubricación adecuada del compresor. Además, mantener el sistema activo periódicamente puede ayudar a prevenir problemas de sellado y mantener el sistema en funcionamiento óptimo.
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