Punto por punto, los cinco pasos que ayudan a que tu auto se mantenga en buen estado; los consejos para el uso diario
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Mantener un auto en buenas condiciones no solo es una cuestión de comodidad, seguridad y estética, sino también de ahorro a mediano y largo plazo. Como cualquier máquina, un vehículo necesita cuidados especiales para evitar un desgaste prematuro y prolongar su vida útil.
En esta línea, expertos automotrices y sitios especializados (como Autobild) comparten cinco prácticas sencillas que cualquier conductor puede incorporar a su rutina para sacarle el máximo provecho a su auto.
1. Calentamiento y enfriamiento graduales
El aceite del motor necesita tiempo para alcanzar la temperatura adecuada y lubricar correctamente todas las piezas. Un arranque brusco con el motor frío puede generar un desgaste excesivo en los componentes. En un día frío, dedique al menos un minuto a que el motor gane temperatura antes de salir. En climas templados, bastan unos segundos.
Después de un viaje largo, especialmente con autos turbo, es clave dejar que el motor se enfríe durante por lo menos dos minutos antes de apagarlo. Esto permite que el turbocompresor se desacelere gradualmente y no sufra daños por el cambio brusco de temperatura.
2. Usar combustibles de calidad
Siempre que sea posible, va a convenir optar por combustibles de calidad. Cuando hablamos de este tipo de combustibles, nos referimos a la nafta y al diésel que suministran las grandes petroleras, que cuentan con aditivos específicos que ayudan a alargar la vida útil del motor, entre otras cosas.
A pesar del mayor costo por kilómetro, la inversión vale la pena por múltiples motivos.
Para empezar, se traduce en un mejor rendimiento, puesto que los combustibles de alta calidad, por un lado tienen un mayor poder calorífico (más potencia y menos consumo) y, además, queman de manera más completa, generando menos residuos y depósitos en las cámaras de combustión, lo que significa un ciclo de vida útil prolongado, al evitar la obstrucción y el desgaste de piezas como inyectores, válvulas y bujías.
Por otro lado, porque son menos contaminantes, puesto que la combustión eficiente produce menos gases nocivos como monóxido de carbono, hidrocarburos y material particulado.
Por último, la combustión limpia y eficiente de combustibles de calidad superior genera menos vibraciones y ruido en el motor, mejorando la experiencia de conducción.
3. Cambios de aceite en tiempo y forma
El aceite del motor es como la sangre que lo mantiene vivo y funcionando. Un aceite sucio o vencido pierde sus propiedades lubricantes y protectoras, lo que puede provocar un desgaste acelerado de las piezas del motor.
Para saber qué tipo de aceite usar, hay que seguir las recomendaciones del fabricante de su auto en cuanto al tipo de aceite y la viscosidad.
En cuanto a frecuencia, el cambio del aceite va a depender de varios factores, como el tipo de motor, el uso que le da al auto y las condiciones climáticas. En general, se recomienda cambiar el aceite cada 5000 a 10.000 kilómetros, o según el plan de mantenimiento del fabricante.
¿Qué pasa si no cambio el aceite a tiempo? El aceite viejo puede generar depósitos en el motor, obstruir los filtros y provocar daños graves. Además, el rendimiento del motor disminuye y aumenta el consumo de combustible.
4. No sobrecargar el auto
Transportar pesos mayores a los recomendados por el fabricante aumenta el consumo de combustible, desgasta más rápido los neumáticos y la suspensión, y puede afectar el manejo del vehículo.
El peso excesivo obliga al motor a trabajar más duro, lo que aumenta el consumo de combustible, la fricción y el desgaste de sus componentes internos. La transmisión también se ve afectada, ya que debe transmitir más potencia para mover el vehículo cargado. Esto puede provocar un desgaste prematuro de los engranajes, embragues y otros componentes.
Por otro lado, el peso extra ejerce una mayor presión sobre los amortiguadores, resortes y demás componentes de la suspensión, provocando su desgaste prematuro y una pérdida de confort en la conducción y; además, los neumáticos pueden perder presión con mayor facilidad y ser más propensos a reventones.
Como si fueran pocos los motivos para evitarlas: un auto sobrecargado tiene una mayor inercia, lo que dificulta el frenado y aumenta la distancia de este, además de afectar la estabilidad del vehículo, especialmente en curvas o al realizar maniobras bruscas. Todo esto aumenta el riesgo de accidentes.
El manual del propietario de tu vehículo indicará el peso máximo que puede soportar sin comprometer su rendimiento y seguridad. Va a ser clave distribuir la carga de manera uniforme en el baúl o habitáculo para evitar concentrar el peso en un solo punto.
5. Mantenimientos preventivos
El último consejo es el más intuitivo y también evitado: llevar al auto al service para mantenimiento general, antes de que sea tarde. Los mantenimientos preventivos permiten detectar posibles fallas a tiempo y evitar daños que después salen caros.
¿Qué incluye un mantenimiento preventivo? Dependiendo del modelo y la antigüedad del auto, un mantenimiento preventivo puede incluir la revisión de niveles de aceite, refrigerante, líquido de frenos, dirección hidráulica, el cambio de filtros de aire, aceite, combustible y polen, la verificación del estado de los neumáticos, frenos, suspensión, luces, batería y otros componentes del vehículo.
La frecuencia de los mantenimientos preventivos suele ser cada 10.000 a 15.000 kilómetros, o según las recomendaciones del fabricante. Es recomendable llevar el auto a un taller autorizado por la marca o a un mecánico de confianza.
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