Un youtuber prestó tres superdeportivos de alta gama a una pizzería para hacer entregas a domicilio; sus clientes se sorprendieron y algunos fueron testigos de trucos impensados
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Un aficionado de los autos y de contribuir de alguna manera a las causas nobles se tomó un día para meterse en el papel de los repartidores de comida. Se trata de Steve Hamilton, un youtuber que posee una colección de autos de alta gama, entre ellos varias unidades de la firma Bugatti, y que dona todas las ganancias que hace con su canal (The Hamilton Collection) a distintas organizaciones todos los meses.
Digno de llevar su apellido, Hamilton hace videos en los que exhibe sus joyas automotrices mientras realiza buenas acciones, con el fin de ayudar -o al menos alegrar- a distintos personajes de la escena estadounidense. El lema de su canal es #DriventoGiveBack (impulsados con el fin de retribuir), y una de sus frases de cabecera es: “Cuidado, podríamos llegar a pedirte que manejes uno de estos superdeportivos algún día de estos”. En algún punto, su iniciativa se parece a la de usuarios como Mr. Beast: personas con mucha plata que eligen invertir grandes sumas de dinero en buenas causas y registrar dichos gestos a través de videos emotivos en las redes sociales.
En esta oportunidad, Hamilton decidió prestar dos de sus autos a empleados de un local de pizza, y a su vez quiso entregarse en cuerpo y alma al trabajo de ser “chico delivery”, por un día, también arriba de uno de sus autos. Eso sí, se comprometió con la misión sabiendo que iba a ser un delivery un poco más picante que el estándar.
La elección del restaurante no fue aleatoria. Resulta que hay una pizzería local en Warrenville, una ciudad ubicada en el estado estadounidense de Illinois, de la cual Hamilton es fanático empedernido, y que decidió empezar a brindar la opción de entrega por delivery: Al’s Pizza. “Es uno de los únicos lugares que conozco en donde solo venden pizza. En otras palabras: mi lugar ideal”, explica el hombre. “Además, Al’s Pizza es el proveedor de pizza con más antigüedad del condado. Sus pizzas son alucinantes, doy fe”, agrega.
El fin último de Hamilton es convencer a los primeros clientes de que las entregas de Al’s Pizza son en tiempo récord, y además tienen estilo. En otras palabras: ayudar a su local de pizzas favorito a fidelizar a sus clientes de una manera efectiva.
Las naves seleccionadas para realizar las entregas fueron tres Bugatti Chiron. Para meterse a fondo en el personaje, el estadounidense consiguió unos señaladores de Domino’s Pizza (ya que Al’s Pizza no tiene porque hasta el momento no hacía delivery) para pegar en el techo de cada uno de los autos, con cinta scotch. Fue el primer obstáculo de la misión delivery, porque pocos metros después de arrancar el motor, los señaladores de Domino’s empezaron a flaquear y casi se vuelan con el viento.
Así y todo, esto no logró apagar el entusiasmo de Hamilton, que llegó al domicilio de la primera entrega con una sonrisa como la de un niño llegando a un cumpleaños. “Es mi primer delivery de pizza, ¡estoy muy emocionado!”. La entrega también fue una novedad para el que recibió la pizza: “Wow, muchas gracias por venir hasta acá”, dijo el primer cliente entre risas.
Las sensación de entusiasmo, sin embargo, no fue precisamente la misma para uno de los empleados de Al’s Pizza. “Esto me está dando una ansiedad tremenda”, confesó Tommy, el chico al volante del Bugatti amarillo. El segundo inconveniente no tardó en llegar. A Hamilton se le cayó la pizza que trató de entregar a los segundos clientes. Para su suerte de principiante, Tommy acudió al rescate y fue rápido en disculparse y darles una nueva pizza.
La última entrega fue particular, porque el cliente que hizo el pedido resultó ser también parte de la audiencia de seguidores del canal de Hamilton. Naturalmente, también un fanático de los superdeportivos, que no tardó en sacarles charla y mostrarles a su bebé que reposaba en el garage. Además, al ofrecerle “flambear” su pizza con el fuego de los propulsores del auto, el hombre aceptó sin dudarlo. “Mmmm. Nada mejor que una pizza crocante”, coronó con humor.
El video concluye con el equipo de repartidores -el falso y los verdaderos- dando un saludo divertido al público. “Compren pizzas a Al’s. Son los mejores, sin dudas”, finaliza Hamilton.
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