El auto fue encontrado en la casa de un acumulador junto a un avión espía no tripulado, jarras de cerveza y equipo médico de la Segunda Guerra Mundial
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Harold Carr era un acaparador compulsivo. Tal y como describen medios británicos, el doctor oriundo de Pensilvania padecía el síndrome de acumulación compulsiva y era, por definición, una persona que guardaba varios objetos en su casa por compulsión. Lo que él no sabía es que dentro del abarrotamiento de cosas, tenía uno de los Bugatti más famosos, caros y exclusivos del mundo.
Originalmente perteneció a Earle Howe, uno de los primeros presidentes del British Racing Driver’s Club. El entusiasta de las carreras y fanático de los vehículos clásicos lo compró en 1937 recién salido de fábrica y, se cree, estuvo en su posesión durente ocho años. Sin precisiones de que sucedió en el medio, para 1955 el dueño era otro. Y fue ese otro al que Carr le compró el auto. Se estima que pagó aproximadamente £895, que se traducen a casi £30.000 si se tomaran en cuenta los parámetros actuales. Una ganga al tratarse de un Bugatti Type 57S, uno de los más exclusivos de la firma.
“Sabíamos que tenía algunos autos pero no teníamos idea de cuáles eran. Este era uno de los súper deportivos originales, podía alcanzar los 200km/h de velocidad cuando, en esa época, la mayoría de los autos alcanzaba los 80km/h”, relató un miembro de la familia de Carr a The Daily Mail.
Cuando Carr falleció en 2017 tenía 89 años. Después del duelo, la familia se acerco a su casa para revisar sus pertenencias y ocuparse de las cosas que ya no tenían dueño. Encontraron de todo y junto a un avión espía no tripulado de la Segunda Guerra Mundial, más de 1000 jarras vacías de cerveza y un centenar de recibos viejos, estaba el particular Bugatti.
Tan pronto como notaron que era un ejemplar de colección, se pusieron en contacto con expertos en la materia para acondicionarlo y subastarlo. El auto había estado 50 años juntando polvo y sin uso, factor que le dio un plus por no contar -casi- con desperfectos en la mecánica general.
Finalmente, la familia de Carr entró en contacto con la firma Bonham’s Retromobile para que lo pusiera en subasta. Tras una puja anónima y muy reñida, y tal y como consignó el portal The Sun, el auto fue vendido en £3.043.293, número que equivaldría aproximadamente a US$3.804.344. Una suma millonaria que, aseguraron miembros de la familia, será “distribuida entre todos los parientes” de Harold Carr.
LA NACION