Las normas de circulación varían según la regulación de cada país; estas son algunas multas impensadas que el conductor puede recibir por hacer cosas “normales” al volante
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Cuando se aprende a manejar no solo entran en juego las habilidades propias al volante, sino que también es crucial entender al sistema de conducción del lugar en donde se transita. Estos sistemas, en general, tienen una base común que supone que existe un conjunto de normas compartidas por varios países. Entre ellas están respetar los límites de velocidad establecidos en las rutas, mantener una distancia segura entre vehículos, usar el cinturón de seguridad y asegurarse de que todos los pasajeros también lo usen, no conducir bajo la influencia del alcohol y respetar las señales de tráfico y luces de semáforo.
Sin embargo, existen normas que no son tan comunes o lógicas, y que varían mucho de país en país. En el Reino Unido, por ejemplo, hay varias acciones que conducen a multas significativas. La premisa que las une es la importancia que se le da a la atención y responsabilidad del conductor.
Según la regla 148 del Código de Circulación del país los conductores deben “evitar distracciones al manejar, y pueden ser sancionados por manejar sin el debido cuidado y atención”. Naturalmente, esta declaración supone matices, ya que existen miles de gestos que -en teoría- pueden denotar falta de atención o descuido frente a los posibles riesgos de determinado camino.
La normativa del Código de Circulación inglés ejemplifica con acciones como leer mapas, ajustar asientos, encender, sincronizar o cambiar el volumen de cualquier sistema de música o radio de la cabina, e ingerir alimentos o bebidas, mientras que, en simultaneo, se maneja. En definitiva, cualquier acto que suponga una distracción de la atención que debería demandar la tarea del volante.
Estos gestos podrían, según el Código de Circulación, considerarse como contribuyentes a un delito de “conducción descuidada y desconsiderada” o clasificarse como una “conducción sin el debido cuidado y atención”. Las multas pueden ser de hasta 5000 libras esterlinas. Además, este tipo de infracciones pueden descontar hasta nueve puntos en la licencia del conductor y, en casos extremos, inhabilitarlos temporalmente.
Por otro lado, de acuerdo con la última actualización del Código de Circulación, abrir mal la puerta del auto puede significar una multa de 1000 libras esterlinas.
Dicho esto, Inglaterra no es el único país rígido a la hora de controlar a los autos y proteger al peatón. En Japón, por ejemplo, salpicar a los peatones puede significar una multa. Esto es, si la escena es captada por las cámaras o policía de tránsito. De hecho, en el país asiático, todos los autos 0km deben, por ley, contar con protecciones en las salpicaderas, con el fin de evitar mojar a los peatones. Si no las incluyen -porque son modelos viejos o usados- deben de bajar su velocidad considerablemente cuando llueve; de lo contrario serán multados.
En Alemania, por otro lado, quedarse sin nafta en medio de la ruta es considerado un gran peligro y un acto merecedor de multas. Esto se debe a que, de acuerdo con la normativa germana, un vehículo a altas velocidades puede chocar contra otro, y ocasionar un accidente fatal.
LA NACION