Un refugio que se inunda y falta de comida: así viven, hace más de un mes y medio, los evacuados en Concordia
En medio del traspaso del gobierno local y del provincial, los vecinos afectados cortaron calles para exigir alimentos y arreglos en los centros; “ayer había más agua adentro que afuera”, sumó uno de los perjudicados
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Al igual que otros 266 vecinos de la costa de Concordia, en Entre Ríos, Jorge Miño, su esposa y sus dos hijos tuvieron que dejar su hogar hace un mes y medio debido a las inundaciones provocadas por el desborde del río Uruguay. Pero la situación en la que viven desde entonces, dentro de un centro municipal de evacuados, los hace dudar si no sería mejor volver a su casa, pese a que se espera que el caudal del río vuelva a subir en las semanas venideras.
“El centro se inunda, pero no por el río, sino por las lluvias. El techo tiene filtraciones y las ventanas no tienen vidrios. En el segundo piso se arma un piletín y el agua baja por las escaleras”, detalla Miño, que vive temporalmente, junto a otras 10 familias, en el Centro ex-Bagley, una antigua fábrica que quedó abandonada cuando la empresa alimenticia se fue de la ciudad. Entre los 40 vecinos trasladados allí hay un bebé de dos meses y una embarazada diagnosticada con sífilis
Ayer, a pocos días del cambio de gestión local y provincial, se vivo un temporal que azotó a varias localidades de Entre Ríos. La situación impactó especialmente a Concordia, debido a la inundación reinante. Durante la tormenta, que destrozó instalaciones, los vecinos que viven en los cubículos de durlock improvisados dentro de la ex-Bagley sacaban el agua con baldes del interior del edificio. También hicieron un agujero en una de las paredes del segundo piso para facilitar la filtración de los charcos internos. “Parecía que había más agua acá adentro que afuera”, afirma Miño.
A esta situación, destaca Luján Gallardo, de 29 años, una de sus vecinas, se suma la escasez de suministros de alimentos por parte de las autoridades. “Desde el jueves pasado que no recibíamos comida, y por eso anoche cortamos la calle. Hoy nos enviaron a cada familia una bolsa de garbanzos, una de lentejas, una caja de leche, una de yerba y un rollo de papel higiénico”, afirma Miño, que trabaja podando frutales. Y señala que no puede trabajar porque las quintas que lo emplean están bajo el agua.
Fuentes del gobierno provincial, que comenzó su gestión el lunes pasado, reconocen que hubo problemas de abastecimiento y explican que estuvieron relacionados con el desajuste generado a partir del cambio de mando. A su vez, remarca el flamante intendente Francisco Azcué (Juntos por Entre Ríos), la asistencia “se vio comprometida en estos primeros días de gestión debido a la deuda dejada a proveedores por parte del gobierno municipal anterior”.
“Al asumir, la primera acción del gobernador Rogelio Frigerio fue ir a Concordia para activar el Comité Operativo de Emergencias Sanitarias, que estaba funcionando con muchas falencias. Cuando llegamos, el martes, la Secretaría de Acción Social de la Municipalidad de Concordia no tenía comida”, sumaron fuentes de la gobernación.
Hace dos semanas, antes de asumir, Azcué afirmó a LA NACION que la situación de los centros de evacuados era un “desastre” y se comprometió a solucionarla. Hoy adelanta que se está realizando un relevamiento para evaluar las condiciones edilicias de los centros donde se encuentran alojados y llevar adelante mejoras de las instalaciones. “La excusa del gobierno saliente era que la ex-Bagley no era municipal, sino que se las prestaban, entonces no podían invertir”, y suman: “Lo urgente es darles de comer a los evacuados y limpiar. Lo importante es que vivan bien e ir intentando que, de a poco, vuelvan a sus casas”, suman desde el entorno de Frigerio.
El nivel del río ha descendido en los últimos días. Pero según fuentes gubernamentales, así como bajó, puede volver a subir. También subrayan que se espera una creciente para este mes y otra para marzo. “Cuando vuelvan a sus casas, van a tener que hacer una limpieza importante. No puede pasar lo mismo que en la inundación de 2015, que hubo un muerto por leptospirosis”, suman. Es por ello que desde la Secretaría de Desarrollo Urbano se dispuso un operativo integral de limpieza de los hogares, llevado adelante por personal de la Municipalidad de Concordia.
“Un rollo de papel higiénico por familia”
Gallardo, quien vive en el Centro ex-Bagley, junto a su marido y sus dos hijos, afirma que esta mañana, en el módulo, recibieron “un solo rollo de papel higiénico por familia”, después de ocho días sin suministro, y que carecen de productos para la limpieza de los baños químicos del establecimiento.
“Antes éramos 11 familias. Una se fue la semana pasada porque tuvieron que internar a la nena por una picadura de mosquitos que se infectó”, dice, mientras que destaca que la invasión de mosquitos es otro de los grandes problemas que viven desde que comenzaron las inundaciones. Gallardo está pensando en volver a su casa, pero teme una futura nueva crecida del río.
Plantea que su marido, carpintero, está yendo todos los días al aserradero, pero ella, que vende ropa en una galería, no puede trabajar. “Tengo que cuidar a mi hija. Y, además, si me voy de acá, nos roban. A mi hermana, que está en el box de al lado, ya le robaron el celular y una olla”, relata.
Medidas de largo plazo
En diálogo con LA NACION, el nuevo intendente de Concordia había afirmado hace dos semanas que una de las líneas de su gestión iba a ser encontrar soluciones de largo plazo para los vecinos de la Cota 14, la zona de Concordia que más se inunda. En promedio, ocurre una inundación cada seis o siete años, indican desde el gobierno. Azcué dijo en su momento que su equipo todavía no contemplaba un proyecto en particular para solucionar esta problemática.
En la Cota 14 viven 350 familias que tienen título de propiedad de sus casas, a su vez hay cientos de familias en situación de vulnerabilidad que se han asentado en la zona.
“El proyecto que piden las familias que tienen propiedades en la Cota 14 es que se haga la defensa central”, había afirmado a LA NACION hace dos semanas el por entonces intendente Enrique Cresto (PJ). Así se refería al proyecto de construir un terraplén que aplaque el avance del agua y la redireccione. “La obra es de 50 millones de dólares. Por el monto, para hacerla, se necesita financiamiento internacional”, había explicado, a la vez que había dicho que no se descartaba la posibilidad de organizar la mudanza de los asentados en la zona a urbanizaciones sociales y de indemnizar a los propietarios para que puedan adquirir casas en otros barrios menos inundables.