Elon Musk confirmó que Tesla construirá una planta en México aunque no dio detalles de nada y las decepciones superaron las especulaciones
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Tesla confirmó el pasado miércoles que va a empezar a construir una fábrica en México para producir un vehículo eléctrico más barato que cualquiera de los autos que hoy comercializa. Sin embargo, la empresa decepcionó a los inversores que esperaban escuchar productos y estrategias concretas.
Accionistas y analistas contaban con que la firma de Elon Musk revelara información aclarando cuál es el plan de acción concreto, y cuál es la estrategia para mantener su estatus como principal fabricante mundial de vehículos eléctricos en un contexto en el que la oferta se está ampliando y abaratando cada vez más; por un lado porque desde las grandes automotrices son cada vez más los proyectos y lanzamientos de EVs y, por otro, porque son cada vez más los nuevos fabricantes chinos que buscan posicionarse en el mercado en auge.
En lugar de datos, los ejecutivos de la empresa ofrecieron un seminario sobre sus procesos de fabricación, organización de la cadena de suministro y software. El mensaje que se concentraron en transmitir fue claro: Tesla está muy por delante de otros fabricantes de automóviles en tecnología y eficiencia, con un objetivo de producción de -algún día- 20 millones de unidades por año, o sea el doble de la cantidad que hoy produce Toyota.
Como sustento de dicha ambición, Tesla proporcionó algunas de las iniciativas estratégicas que ya había presentado en presentaciones previas con inversores. Su CEO, Elon Musk, tampoco desaprovechó la oportunidad para referirse a Tesla como una empresa con la misión de eliminar la dependencia global de los combustibles fósiles.
“Quiero que el día de hoy no se trate solo de inversionistas que busquen poseer acciones de Tesla porque sí, sino de cualquiera que desee invertir en el destino de nuestro planeta”, dijo Musk al principio del evento en la fábrica de la compañía en Austin, Texas. “La Tierra puede pasar a una economía sostenible y lo hará durante su vida”, dijo Musk, antes de ceder el escenario a otros ejecutivos que dieron presentaciones extravagantes sobre temas como la fabricación de electrodos, el negocio de almacenamiento de energía de Tesla y cómo la empresa va a empezar a producir electricidad en el futuro.
“Terminamos escuchando más sobre los objetivos generales en relación a la energía sostenible, y no tanto sobre las condiciones concretas del mercado de los vehículos eléctricos”, señaló Tammy Madsen, profesora de la Escuela de Negocios Leavey de la Universidad de Santa Clara.
Musk esperó hasta el final del evento, que duró más de tres horas, para confirmar los informes de que Tesla construiría una fábrica, su quinta planta de automóviles, en Monterrey, México.
“La presentación de Tesla del miércoles se pareció más a un evento de reclutamiento de ingenieros que a una presentación de inversionistas” indicó Vincent Pluvinage, director ejecutivo de OneD Battery Sciences, una empresa de tecnología de baterías, y agregó: “Se trataba de eficiencia, de cómo obtener más dando menos. No creo que a Musk le importen los inversionistas”.
Por su parte, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, confirmó el martes que la empresa de autos eléctricos decidió construir la planta de Monterrey.
Fue en esta última instancia de la presentación cuando también habló de que la producción de un modelo significativamente más asequible allí, y hubo especulaciones con que el magnate revelaría más información sobre el diseño, rendimiento o precio del vehículo. En teoría, se trataría de una nave menos cara que el Model 3, cuyo precio inicial es de US$43.000 en Estados Unidos. Sin embargo, Musk se negó a ofrecer detalles.
En 2020, Musk ya había hablado de un auto que se consiguiera por US$25.000, aunque se trató de una idea que luego anuló. Por otro lado, en 2017 antes de su lanzamiento oficial, Musk desde Tesla había dicho que el Model 3 tendría un valor de US$35.000. En la práctica, muy pocas unidades se colocaron en el mercado por ese precio, y el número fue subiendo de manera constante, hasta el pasado enero, en el que el precio bajó levemente.
Analistas e inversores ya expresaron sus preocupaciones frente al crecimiento lento de Tesla en materia de nuevos modelos, ya que fabricantes como Hyundai, Volkswagen y Ford Motor se destacaron estos últimos años por tener mucha actividad en el mundo de los eléctricos, lanzando nuevos modelos, más diversos y asequibles que los de la firma de Musk.
Este año, por ejemplo, General Motors prevé dar inicio a la comercialización de tres vehículos eléctricos, incluida una versión eléctrica del crossover Chevrolet Equinox que tendrá un precio inicial de alrededor de US$30.000.
Los inversores también contaban con que Musk hiciera un anuncio sobre la tecnología de las baterías, uno de los principales puntos de la firma, ya que brindan más alcance y se cargan de una forma más rápida que la de muchos de los modelos ofrecidos por otros fabricantes. Sin embargo, en este rubro, tampoco se hicieron anuncios relevantes.
El evento del miércoles fue interpretado por algunos como una respuesta a los inversionistas que se quejaron de la compra de Twitter por parte de Musk en 2022, alegando que esta acción no era nada más que una distracción innecesaria para el empresario. Sin embargo, los intentos del estadounidense para impresionar a los inversores no parece haber tenido buenos resultados. De hecho, el precio de las acciones de Tesla -a menudo volátil- bajó alrededor de un 5% en las operaciones extendidas del miércoles a la noche.
En China, el fabricante de autos BYD superó a Tesla en ventas de vehículos eléctricos, una vez más desafiando el liderazgo y dominio de la compañía de Musk en la electromovilidad. La firma china está centrando sus esfuerzos en Alemania y otros países del viejo continente, con la idea de empezar por romper con el dominio de Tesla en Europa, y luego continuar con el resto del mundo.
Cuando se le preguntó sobre China, Musk derivó la pregunta a Tom Zhu, que supervisó la construcción de la fábrica de Tesla en Shanghái y ahora supervisa todas las fábricas de la compañía. “Mientras Tesla ofrezca buenos productos a precios razonables no tendrá que preocuparse por la demanda”, respondió Zhu. “No estoy demasiado preocupado por China”.
China tiene el mercado de automóviles más grande del mundo y la fábrica de Tesla en Shanghái produce más unidades que cualquiera de sus otras plantas.
Después de caer un 65% el año pasado, el precio de las acciones de Tesla recuperó parte de su valor, aunque todavía está casi un 50% por debajo de su máximo en noviembre de 2021, cuando la compañía valía más de US$1 billón.
Con la fábrica en Monterrey, Tesla está siguiendo el camino que tomaron casi todos los demás grandes fabricantes de autos, que durante mucho tiempo fabricaron autos y componentes en el país hispanohablante, atraídos por mano de obra más barata y acceso libre de impuestos al mercado estadounidense. Ford fabrica el Mustang Mach-E eléctrico en Cuautitlán, al norte de la Ciudad de México. BMW anunció en febrero que construiría vehículos eléctricos en San Luis Potosí, donde ya tiene una gran operación de fabricación.
Monterrey, en el estado de Nuevo León, tiene una historia menos prominente en la industria automotriz que otros estados mexicanos como Guanajuato, donde tienen operaciones GM, Toyota, Honda, Volkswagen y Mazda. El punto a favor, sin embargo, es que está a solo siete horas en auto de Austin, donde Tesla comenzó a fabricar vehículos el año pasado.
Tesla también tiene fábricas en Fremont, California y Berlín. Las fábricas de Austin y Berlín todavía se están poniendo al día, lo que sugiere que será un desafío para Tesla gestionar la puesta en marcha de una planta más.
The New York Times