Algunos países empezaron a implementar medidas para regular la carga de los autos eléctricos; cuál es el peligro que buscan prevenir
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Durante los últimos meses se empezó a escuchar, tanto en Asia como en Europa, que los gobiernos de algunas ciudades decidieron imponer -o están considerando imponer- restricciones sobre los vehículos eléctricos en relación con su nivel de carga al estacionar en lugares públicos: aquellos que cuenten con más del 80 o 90% no podrán estacionar el auto en estacionamientos cerrados.
Esta nueva regulación repercute específicamente sobre autos con tecnología de carga eléctrica y surge como una respuesta a incidentes recientes, incluidos incendios en baterías de iones de litio.
El caso de Corea del Sur es el más conocido y mejor para ejemplificar. Hace poco más de un mes en Seúl, un Mercedes-Benz EQE que estaba estacionado en una cochera cerrada al lado de un complejo de departamentos se incendió y el fuego, que creció y se esparció rápidamente, afectó a un total de 880 vehículos y dejó sin agua y electricidad a 1600 hogares durante una semana.
A raíz de este suceso, las autoridades de la capital surcoreana crearon una ley -ya vigente- para prohibir en los estacionamientos subterráneos a los autos eléctricos que tengan la batería con una carga superior al 90%.
Lejos de ser un caso aislado, el del EQE es uno de los 139 incendios en autos eléctricos registrados durante los últimos tres años en Corea del Sur. Según los informes elaborados, de la cifra total, 68 se iniciaron con los vehículos en circulación, 36 cuando estaban estacionados y 26 cuando se estaban cargando.
En la misma línea, existe otra normativa cuyo proceso de implementación está en curso -y según los medios locales, se espera entre en vigor a antes de que termine el 2024-, que propone limitar los cargadores de autos eléctricos ultrarrápidos (de 100 kW de capacidad) y públicos para que frenen automáticamente cuando el vehículo llega al 80% de la carga total.
En teoría, el objetivo sería no solo prevenir este tipo de accidentes, sino también mejorar la disponibilidad de los cargadores al reducir el tiempo que los vehículos permanecen conectados, puesto que la última fase de carga es más lenta y ocupa innecesariamente el espacio en las estaciones.
Hay quienes sugieren que esta modalidad, a su vez, mejoraría el ciclo de vida útil de las baterías.
Sin embargo, esta medida generó controversia entre expertos y usuarios que argumentan que no hay pruebas sólidas de que las baterías completamente cargadas representen un mayor riesgo de incendio y, por otro lado, que los autos eléctricos están diseñados para no alcanzar una carga completa real, incluso cuando el tablero indica lo contrario.
Aquellos que se oponen a esta nueva regulación argumentan que, en la práctica, la movilidad sostenible sufrirá retrasos.
Dentro de Asia, en China también se están debatiendo medidas similares y, en ciudades como Ningbo, se empezó a pedir a los propietarios de autos eléctricos que estacionen en lugares alejados donde haya mayor espacio entre los vehículos.
En una escala menor y más moderada, en Europa -más a modo recomendación que imposición- también se empiezan a escuchar conversaciones alrededor de esta temática.
En el hospital Alder Hey de la ciudad británica de Liverpool, por ejemplo, se prohibió (temporalmente) el estacionamiento de autos eléctricos bajo el argumento de que podrían explotar.
Por otro lado, en países como Alemania, Países Bajos y Noruega se comenzó a sugerir a los propietarios de vehículos eléctricos cargar sus baterías debajo del 80% para evitar el sobrecalentamiento y, algunas estaciones ya ajustaron los niveles de carga máxima a este porcentaje.
¿Por qué se incendian las baterías de iones de litio?
Los incendios en las baterías de litio, que son las más utilizadas en los vehículos eléctricos, están relacionados con su diseño y la naturaleza química de sus componentes. Si bien generalmente los disparadores están relacionados con el sobrecalentamiento, los cortocircuitos o los daños físicos, los riesgos pueden aumentar en ciertas condiciones, como cuando las baterías están cargadas a altos niveles de capacidad, cerca del 100%.
Esto se debe a que, cuando una batería se acerca a una carga completa, las celdas están bajo más presión debido a la alta densidad de energía. Además, cuanto mayor es la carga de la batería, mayor es la probabilidad de una fuga térmica en caso de que las temperaturas internas o externas aumenten.
En espacios reducidos con techos bajos, donde el sistema de ventilación no es ideal hace que, en el caso de que se hubiera un incidente, el daño se propague exponencialmente más rápido y, por ende, su control se dificulte.
En este sentido, limitar la carga a un 80% o 90% reduce el estrés de las celdas y disminuye la posibilidad de sobrecalentamiento, picos de temperatura y fugas térmicas. Con una carga limitada, la cantidad de energía almacenada es menor y se previenen los fallos que podrían causar incendios.
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