Los costos de tener un auto son inminentes pero algunos de ellos se pueden evitar; en qué país cobran una multa de £1000 por estacionar el auto debajo de un árbol primaveral
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Tener un auto demanda costos fijos de mantenimiento y combustible que suelen ser esperables para sus dueños. Lo que no todos saben y lo cual genera reacciones adversas entre los conductores es que estacionar el auto en determinados lugares puede generar multas para nada baratas.
Cada país, y a veces cada ciudad, cuenta con sus propias leyes de tránsito y regulaciones en la vía pública y conviene, antes de comprometerse con el alquiler o compra de un vehículo en un nuevo lugar, enterarse antes de no haber vuelta atrás.
En este sentido, la novedad del día para los conductores curiosos es que, en el Reino Unido, estacionar el auto abajo de un árbol podría no solo causar daños irreversibles en la carrocería del rodado, sino también desembocar en una multa de £1000. Los responsables son los árboles y los pájaros.
¿Por qué? En primer lugar, porque si la savia de los árboles o la suciedad de los pájaros tapan significativamente el parabrisas o las ventanas del auto, el propietario del vehículo podría ser amonestado por caer dentro del espectro de manejar con “visibilidad reducida”, infracción que existe no solo en el Reino Unido, sino en varios países del mundo.
Cómo limpiar la suciedad de los árboles para que no dañe la pintura
Pero, más allá de la multa, están los daños que estas sustancias pueden ocasionar a la carrocería del auto. Al entrar en contacto con la pintura del rodado, la savia de los árboles -por más inofensiva que pueda parecer- puede ser extremadamente corrosiva. Primero penetra la cera superficial y el acabado de la capa transparente que se asienta sobre la pintura de color, para luego seguir penetrando, y dañando. Esto se debe a su composición química, que tiene sustancias pegajosas y resinosas que se adhieren con menos esfuerzo del que salen. De hecho, si no se limpia adecuadamente, las manchas pueden perdurar y hasta obstruir los conductos de drenaje del techo del auto que, en última instancia, podrían ser responsables de filtraciones de agua en el interior.
Por otro lado está los excrementos de pájaro. No hay quien no se haya llevado una sorpresa -y no de las lindas- cuando fue a buscar su auto estacionado.
Además de resultar desagradable, y, si uno tiene la casualidad de estar transitando un mal día, asociar el evento con la desgracia personal, el excremento de pájaro es extremadamente ácido y puede corroer la pintura del auto rápidamente.
En esta línea de advertencias entran también los mosquitos y bichos que quedan impregnados en los parabrisas. Aunque esto posiblemente sea un tema que concierna más a aquellos que pasan mucho tiempo en el campo, no está de más aclarar que su composición también es ácida y, por lo tanto, potencialmente corrosiva si se los deja estar.
Por estos motivos, tanto para la savia, como la suciedad de pájaro, como para los mosquitos o cualquier mancha sobre tela o mugre sobre superficie, el principio de cuanto antes se actúe sobre ella, mejor, es válido.
Para todos los casos expuestos basta un paño húmedo o una esponja, agua tibia, detergente apto para autos y un poco de maña. Lo más eficaz es frotar suavemente hasta que la mancha se ablande y después enjuagar.
LA NACION