De 2022 a la fecha se contabilizaron 17.478 denuncias por abandonos en la vía pública de los cuales 1435 ya fueron removidos; en detalle, qué ocurre con los “autos sin dueño”
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Los primeros días, pasan inadvertidos. A las semanas, algún ojo curioso empieza a preguntarse de quién es y por qué nadie lo fue a buscar. Es recién cuando se llenan de basura, signos de deterioro o señales de alguna incursión delictiva que los vecinos levantan la cabeza. Durante 2022, el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires recibió 15.292 denuncias de autos abandonados en la vía pública y en los primeros meses que transcurrieron de 2023, ese número ya oscila los 2186.
No todas esas denuncias terminan en remociones. Por ejemplo, en el período anterior, de esas más de 15.000 denuncias, se removieron 1351 vehículos y de las contabilizadas a la fecha, ya se trasladaron 84. Son conocidos como “los autos sin dueño” y los barrios donde se encuentran, los “cementerios de autos”. Esos son, generalmente, barrios con casas bajas como Coghlan, Saavedra, Villa Urquiza y Villa Pueyrredón, todos pertenecientes a la Comuna 12, la de mayor registro de procesos iniciados.
El problema de los autos abandonados es que se convierten, además de acarrear problemáticas ambientales como consecuencia de su deterioro, en puntos de interés para la actividad delictiva, incrementando la inseguridad en los barrios más afectados. “Son usados como puntos de venta de drogas y son, además, un lugar utilizado por rateros y carteristas para descartar lo que no les sirve o dejar lo que van robando mientras escapan de la Policía”, explicó Eugenio Burzaco, ministro de Justicia y Seguridad de la Ciudad de Buenos Aires ante la consulta de LA NACION.
Es esa acumulación de complicaciones lo que hizo que en el último tiempo, se impulsara con más fuerza el Programa de Descontaminación, Compactación y Deposición Final de Automotores (PROCOM). Según informaron a este medio, en colaboración con los vecinos se procede a la denuncia y resolución de la situación individual de cada auto abandonado. Pero la pregunta es: ¿cómo se identifica a un vehículo abandonado?
Los signos de deterioro: denuncia e intimación
Acorde a la Ley 342/2000, “cuando los vehículos automotores o sus partes que sean hallados en lugares de dominio público en estado de deterioro y/o inmovilidad y/o abandono, implican un peligro para la salud, seguridad pública o el medio ambiente, quedan sujetos al procedimiento establecido en la presente Ley”. Ese “estado de deterioro” se identifica con, por ejemplo, cuando las ruedas están pinchadas o bajas, los vidrios están rotos, hay un significativo faltante de autopartes o bien ya se evidencia un auto quemado, desmantelado, con faltantes en el interior, puertas abiertas, hay presencia de acumulación de agua o residuos y el motor está expuesto. A su vez, si los vecinos denuncian su abandono y pasa una cierta cantidad de días sin que nadie lo reclame, también se lo considera abandonado.
A partir de la detección de un vehículo con estas características, empieza el proceso. Cualquier persona que circule por la calle se puede contactar con el 147 o elevar una denuncia a través de la app MiBA o vía WhatsApp a través de Boti. En todos los casos se le pedirán dos fotos mostrando el estado de abandono y, si es que todavía tiene, de la patente del vehículo. A partir de este momento, comienza el proceso.
El primer paso oficial es que un inspector de la comuna se acerque a ver el auto en cuestión y señalice con un cartel el estado de situación. Esa señalización le informa al titular que “debe retirar el auto de la vía pública o ponerlo en condiciones en el perentorio plazo de 10 días”. Si pasado ese plazo no hubo modificaciones, se procede a la intimación del titular registral del vehículo para que retire “la unidad o sus partes” en un plazo de 15 días. En esta segunda notificación interviene la DNRPA, enviándole una cédula por correo al domicilio informado por el titular del vehículo. Si pasados los 25 días totales no hay ninguna acción, una grúa se lleva el auto.
Lo que ocurre es que muchos vecinos alegan que sus vehículos no están abandonados o, en muchos casos, eligen poner un cartel que notifique que ese auto en cuestión tiene dueño. La Ley, tal como explicaron ante la consulta de LA NACION, no permite la señalización. Es decir, por más carteles que se pongan y se aclare que esa unidad tiene dueño, si se hace la denuncia se atravesará el procedimiento explicado.
Compactación, multas y entrega voluntaria
Cuando la grúa se lleva el auto, no hay vuelta atrás. Si pasaron los 25 días, las dos notificaciones y el vehículo sigue en el mismo lugar, ya no hay reclamo que se pueda hacer. “Una vez que el auto pasa a disposición del PROCOM, el titular ya no tiene posibilidad de iniciar una solicitud de devolución”, señalaron desde el gobierno porteño.
Por otro lado, también está permitido que únicamente el titular de la unidad inicie un proceso de entrega voluntaria para la compactación de su auto. En lo que refiere a las multas, por más que el auto deje de existir, las mismas seguirán vigentes y “deberán ser resueltas en la Dirección General de Infracciones (DGAI)”. “Las mismas son imputadas al autor material o al titular registral del vehículo”, explicaron.
En resumidas cuentas, cuando aparece un auto abandonado en la calle comienza un proceso burocrático que, en el peor de los casos, culmina con el desguace y compactación de la unidad en cuestión. Es importante seguir de cerca lo que ocurre para evitar caer en el punto de no retorno, donde no hay reclamo que devuelva el vehículo a su dueño original.
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