Durante el lanzamiento de la pick-up Oroch, Pablo Sibilla, presidente y director general de la automotriz francesa, analizó la situación de la industria; los lanzamientos de la marca el año próximo
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Mendoza (Enviado especial).- Los últimos meses fueron de movimiento en el mundo Renault. Entre novedades y celebraciones, la automotriz francesa presentó en la provincia de Mendoza la nueva Oroch, con identidad propia y varias sorpresas para seguir pisando fuerte en el segmento de pickups compactas. En el marco del lanzamiento, Pablo Sibilla, presidente y director general de Renault Argentina, dialogó con LA NACION y dejó su visión respecto a lo que viene puertas adentro y al duro contexto que atraviesa la industria a nivel mundial.
Con este producto en mano, las metas están trazadas. Para 2022, Renault proyecta comercializar 500 unidades de la nueva Oroch y, en términos de un año completo, alcanzar las 2000. Sin embargo, de ser otro el contexto, asegura Sibilla, “probablemente venderíamos más”. En la Argentina mucho se habla de trabas a las importaciones, faltante de productos y dólares y es en ese mundo en el que se mueven el total de las empresas internacionales. Medidas para paliar las consecuencias de esto hay muchas y ninguna es, a ciencia cierta, una receta infalible; en el caso de las automotrices, por ejemplo, la estrategia se centra en la selección de autos comercializables.
“Nosotros decidimos suspender el lanzamiento de otros vehículos como fue el Kwid porque podíamos ofrecer vehículos sustitutos a los clientes y dedicar los dólares para importar otros modelos que no podemos reemplazar de ninguna forma como puede ser una Duster u Oroch”, explicó el número uno. La ventaja de Renault, afirmó, es que es “la única marca que tiene una gama tan amplia de vehículos fabricados en la Argentina”, por lo que pueden evitar algunas de las tantas problemáticas importadoras. “Como toda marca, tenés una cierta cantidad de cupo [para importaciones] que negociás con el Gobierno y decidís qué querés traer y qué no. Son decisiones duras pero hay que tomarlas”, completó.
Eso provoca un vuelco, claro está. Y además de modificar las prioridades importadoras, también están las productivas. Los vehículos de producción local deben tener el volumen suficiente para que el stock que se pierde por no poder ingresar autos no golpee a la empresa. La premisa, según Sibilla: “¿Cómo hago para optimizar mi cartera con el escenario dado y los dólares disponibles?”. Además de lo mencionado, la fabricación nacional se vuelve prioridad y en eso Renault encontró buenos resultados. “Este año vamos a hacer 78.000 autos, un 65% más que el año pasado. Tomamos un segundo turno hace muy poquito que lo hubiéramos hecho antes pero no teníamos clara la disponibilidad de semiconductores”, explicó Sibilla.
No obstante, ese escenario también tiene su complejidad. “[El tema] cubiertas está problemático para pickups. Neumáticos, componentes y semiconductores también. La cadena logística está muy compleja y se sigue día a día. A veces hay microparadas de medio día, dos horas. Es uno de los períodos más estresantes para nuestros trabajadores industriales”, advirtió. Por otro lado, en lo que refiere a unidades importadas paradas en la Aduana (que no fueron autorizadas a ingresar por el Gobierno), Sibilla reconoció no tener demasiadas trabadas en puerto. “Debemos tener 1000 para ingresar”, calculó.
“Para exportar no hay muchas paradas pero es importante contar que cuando vino la pandemia y el mercado mundial se paró completamente, las navieras anularon las rutas que quizás eran menos rentables y los barcos que hacían esas rutas y eran viejos los scarpearon (desguazaron). Entonces, cuando volvió el mercado otra vez faltaban barcos. Querés exportar y te cuesta conseguir el espacio. Me pasa de tener autos parados en el puerto porque el barco que pasó no tenía lugar y pude sacar solo el 60%”, añadió también.
Los planes de Renault de cara al futuro
Sibilla se mostró muy emocionado por los trabajos que Renault prepara en materia de diseño. “La marca va en ese sentido: más vehículos del segmento C, más enriquecidos, con más diseño tecnológico y buenos vehículos. En los próximos dos, tres años se verán cosas súper lindas, los diseños que se van a ver son realmente muy lindos y van a ver en la marca un cambio muy sustancial en lo que es diseño exterior”, sintetizó.
En términos concretos, para 2023 hay varios planes en carpeta y en la Argentina se podrían ver Mégane E-Tech, Kwid E-Tech, Kangoo E-Tech y Arkana E-Tech además de la vuelta del Kwid en todas sus versiones. “Es un auto que queremos, el restyling quedó muy lindo y volverá. Cuando haya más disponibilidad de dólares volverá”, explicó.
Mientras tanto, la apuesta está en la fábrica Santa Isabel, en la provincia de Córdoba, cuya finalidad es que “se convierta en un polo de vehículos utilitarios”. “Es una ambición que tenemos, después tendremos que seguir trabajando con los proyectos que se alinean con la casa matriz. Hace poco estuvo José Vicente de los Mozos, delegado del CEO para América Latina, y confirmó esa tendencia. Estamos trabajando bien en ese sentido. Me siento cómodo de decir que vamos bien encaminados”, concluyó.
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