El auto eléctrico que ya suma 10.000 pedidos antes de su llegada al mercado

La avanzada de las mecánicas eléctricas por sobre las nafteras en el sector de la movilidad es un hecho que no tiene vuelta atrás. En consecuencia, las automotrices deben resolver cuál es la mejor estrategia para subirse a esta ola, cómo ganar clientela y mostrar un diferencial.

En este sentido, Citroën, la marca francesa parte del grupo Stellantis, optó por apostar a la accesibilidad del producto y el público europeo respondió con un nivel de aceptación inmediato.

El producto elegido para hacer la propuesta de mercado fue el ë-C3, la cuarta generación del hatchback que en la mayoría de los países de Europa se comercializa exclusivamente en su versión eléctrica.

El ë-C3 acumuló más de 10.000 pedidos, éxito que obligó a Citroën a extender el período de preventa por más de un mes, hasta el 31 de enero de 2024. Las primeras entregas están previstas para el segundo trimestre del año.

El precio del ë-C3 arranca en 23.800 euros (sin contar los descuentos o incentivos de cada gobierno), un valor que se posiciona por debajo de los números que mostraron otros fabricantes en materia de autos eléctricos accesibles previstos para el 2024; entre ellos están el ID. 2 de Volkswagen y el R5 de Renault, que rondan los 25.000 euros.

Low cost pero que no parezca

Aunque comparte ciertas similitudes con el C3 brasileño, sobre todo de perfil y en la parte trasera, el modelo europeo se destaca por un diseño más elaborado en sus superficies y detalles más refinados y llamativos cuyo fin podría ser separarlo del concepto de auto de bajo costo que en realidad es lo que promete.

La parte frontal está inspirada en el concepto Oli, con faros distintivos en forma de C invertida y una parrilla renovada, más fina y alargada, que exhibe el hace no tanto reformateado doble Chevron de Citroën, ahora enmarcado en un óvalo.

Debajo, el paragolpes cuenta con una gran toma de aire central donde se ubican también los faros antiniebla y dos canalizadores en los extremos.

En cuanto al interior, el ë-C3 europeo muestra un salto considerable en calidad y diseño respecto de su contraparte brasileña. Presenta un tablero más vistoso, un estilo tridimensional dividido en niveles y un nuevo diseño de volante multifunción. Aunque construido mayormente con plásticos rígidos, también se mejoró la calidad percibida mediante superficies revestidas en tela.

Su equipamiento es otro punto a favor: tiene climatizador automático, sistema de frenado autónomo de emergencia, advertencia de cambio de carril involuntario, detector de fatiga, reconocimiento de señales de tránsito, seis airbags, control de velocidad crucero y limitador, freno de estacionamiento eléctrico, asistente de estacionamiento y cámara de retroceso, entre otros ítems.

Desarrollado sobre la plataforma Smart Car, una evolución de la CMP/eCMP, el ë-C3 está propulsado por un motor de 113 CV (83 kW), alimentado por un paquete de baterías de litio-hierro-fosfato (LFP) de 44 kWh de capacidad, que le permite recorrer hasta 320 kilómetros con una sola carga.

La velocidad máxima es de 135 kilómetros por hora (limitada electrónicamente) y puede acelerar de 0 a 100 km/h en alrededor de 11 segundos.

En materia de tiempos de carga, el hatchback eléctrico puede pasar del 20% al 80% en menos de 30 minutos, mediante el uso de cargadores rápidos de hasta 100 kW de potencia. Según informó la marca francesa, más adelante se sumaría al repertorio una opción más barata que ofrezca 200 kilómetros de autonomía con una carga.

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