General Motors, Volkswagen, Renault y Nissan tomaron la decisión de prolongar la inactividad de sus plantas que habían iniciado a fines de diciembre por vacaciones
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Es un arranque de año complejo e incierto para el sector automotor. El volantazo del nuevo gobierno libertario -que aunque muchos creían posible, pocos garantizaban como cierto- llegó con varias reformas que todavía no dejan en claro cuáles van a ser las reglas del juego del sector.
Es que pese a la flexibilización del régimen de importaciones y las primeras liberaciones de dólares por parte del Banco Central, las automotrices siguen en jaque. Todas acumulan deudas generadas durante todo el 2023 que, según datos de la Asociación de Fabricantes Automotores (ADEFA), superan los US$7000 millones (incluyendo terminales y autopartistas); y varias empresas del exterior ya anunciaron que no brindarán nuevos insumos hasta que estas se cancelen.
Así, varias plantas automotores que habían entrado en períodos de receso productivo por vacaciones de fin de año, decidieron postergar el reinicio de sus actividades productivas por falta de abastecimiento de piezas e insumos importados. Es el caso de General Motors, Volkswagen, Renault y Nissan, que entre ayer y hoy comunicaron el retraso de sus reinicios productivos, en algunos casos por tiempo indefinido.
Lejos de ser impensado, este es un escenario que, en el sector, se veía venir. A lo largo de todo el año pasado fueron múltiples las interrupciones de las plantas automotores, con motivo del corte de suministro por parte de proveedores internacionales negados a seguir mandando suministros por el incumplimiento de pagos por importaciones realizadas.
General Motors: pausa de +2 semanas
General Motors fue la primera en confirmar la postergación del reinicio de su actividad en la planta. El personal de la planta de la automotriz radicada en Alvear, Santa Fe, había entrado en vacaciones a fin de año y tenía previsto retomar el lunes 29 de enero. Sin embargo, fuentes de la empresa confirmaron que debido a las dificultades de pagos a proveedores en el exterior, definieron prolongar su inactividad por un período de dos semanas. Es decir, hasta el 12 de febrero.
“La industria automotriz de Argentina es esencialmente exportadora. Entre el 60 y 70% de la producción se vende al exterior. Si no podemos cumplir con los compromisos se pone en riesgo la fuente de abastecimiento del país”, enfatizaron desde la empresa.
El terreno de la pausa prolongada no es desconocido para General Motors que, en octubre del año pasado, tuvo parada durante tres semanas su fábrica por el mismo motivo. Al reanudar operaciones, en la sede santafesina se producirá exclusivamente el SUV Chevrolet Tracker, ya que a fin de año se comunicó la discontinuación del Chevrolet Cruze.
Incertidumbre y desconfianza ante el Bopreal
En la misma situación está Volkswagen, que anunció el retraso del reinicio de su producción en la planta, en donde la fecha de retorno prevista era, también, el 29 de enero. En este caso, el reinicio de la línea productiva se reactivaría dentro de aproximadamente un mes, a fines de febrero o principios de marzo, todavía indefinido.
El motivo es el mismo: deuda acumulada con proveedores del exterior que exigen una cancelación inmediata de la deuda para seguir abasteciendo y no aceptan treguas intermedias, como es el Bono para la Reconstrucción de una Argentina Libre (Bopreal), propuesto por el gobierno de Javier Milei, para que las empresas salden sus deudas con el exterior, con un plazo máximo de vencimiento previsto para el 31 de octubre de 2027.
En un diálogo con el medio, desde Volkswagen explicaron que, durante febrero se trabajará exclusivamente con el circulante de unidades que quedó sin terminar al cerrarse la planta por el receso colectivo a fin de año. Una vez concretada la vuelta, la planta retomará su esquema productivo de dos turnos para la fabricación de los modelos Taos y Amarok.
De todas formas, desde la automotriz no descartan sumarse al plan del Bopreal pero, por ahora, tampoco firmaron. En el caso de no adherir a este, la alternativa, indican, es que la deuda la pague la Casa Matriz en Alemania, o alguna filial de otro lado, cosa que, por el contexto del ajedrez actual del mundo, es complicado.
Tres plantas en pausa
A último momento se sumó al retraso del reinicio de actividades la Planta de Santa Isabel, Córdoba, en donde Renault y Nissan producen las pick-up Alaskan y Frontier, además de toda la línea de autos de la marca francesa como Sandero, Stepway Logan, y los populares utilitarios Kangoo. En este caso, la reactivación de actividades productivas post-receso colectivo era el próximo lunes 22 de enero.
Pero,desde la automotriz hablan de una pausa indefinida pero lógica. “No volvemos porque no sabemos cuando van a volver a ingresar los insumos y no tenemos ningún tipo de previsibilidad como para establecer una fecha”, aclararon.
La firma del rombo tampoco descarta la opción de adherir al Bopreal, y asegura que el diálogo para definir próximos pasos está en pleno curso con la Casa Matriz en Francia. “Están involucradas todas las áreas en el tema. Queremos que la pausa sea la menor cantidad de tiempo, en la medida de lo posible”, insistieron.
Por el momento, la única terminal que sí se suscribió al programa del Bopreal propuesto por el gobierno es Toyota, que, aunque no reveló qué porcentaje de la colocación compró en la subasta realizada por el Banco Central, se estima se trata del 90%.
Desde la automotriz nipona aseguran que el único motivo por el que aceptaron la opción del Bopreal fue porque era la única opción real en la mira. “Toyota decidió confiar en la propuesta del Bopreal bajo la idea de que no había otra alternativa”, expresaron en un diálogo con LA NACION.
Al panorama del retraso del reinicio de las líneas productivas en las terminales automotores se suma la cuestión de la pausa de los precios en el mercado de los 0km por la indefinición sobre el impuesto al lujo por parte del gobierno.
Tras el último ajuste de diciembre, este estableció que todos los 0km de más de $14.700.000 (en su precio de venta al público) deben pagar un gravamen del 20% y que todos los 0km por arriba de $27.000.000 deben pagar un gravamen del 35%, las automotrices siguen sin publicar listas de precios. En el sector esperan una respuesta en lo que queda de la semana, aunque nadie cuenta con eso, porque en el país nada es garantía.
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