Se trata de la infracción con mayor índice de mortalidad, según estudios internacionales; además, es la más frecuente en la Ciudad de Buenos Aires
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Entre el 40% y 50% de las personas manejan por encima del límite de velocidad permitido, según comentó Abdul Bachani, representante de Johns Hopkins University y experto en seguridad vial. Esa práctica, ya de por sí riesgosa en cualquier parte del mundo, representa una de cada tres muertes en países de altos ingresos y es uno de los principales problemas en la Ciudad de Buenos Aires.
Según información del Gobierno porteño, en 2022 cerca del 42% de las multas de tránsito fueron labradas por exceso de velocidad. Y si bien se está intentando trabajar en un programa de concientización y se refuerzan algunos aspectos, es todavía un tema discutido en el plano internacional.
Para tener una idea de la gravedad del exceso de velocidad está el caso de los Estados Unidos. Entre 1987 y 1988, 40 estados del país del norte decidieron aumentar la velocidad máxima de sus rutas de 89km/h a 105 km/h. Un incremento que a simple vista parece pequeño tuvo consecuencias extremadamente negativas: las muertes por siniestros viales aumentaron entre un 20% y 25%.
Por el contrario, cuando en Fortaleza, Brasil, se decidió disminuir la velocidad máxima permitida en algunas rutas, la cantidad de víctimas fatales por choques mermó significativamente.
Según estudios que se dieron a conocer en el marco de la Iniciativa Bloomberg Philanthropies para la Seguridad Vial Global a la que asistió LA NACION, cuando un vehículo (sea un auto, moto, utilitario o pesado) viaja a más de 50km/h, el riesgo de morir por una colisión es del 60%. Los riesgos aumentan cuando las condiciones climáticas son desfavorables. En casos de niebla, lluvia e incluso nieve el tiempo de reacción es menor, por lo que las posibilidades de provocar un siniestro vial son más elevadas.
“A mayor velocidad, más riesgo de lesiones graves o muerte. Esto se acentúa en caso de peatones, motociclistas y ciclistas. Cuanto más rápido manejamos, menos tiempo de reacción tenemos al estar cubriendo grandes distancias en poco tiempo”, sintetizaron expertos como Dave Cliff, de Global Road Safety Partnership.
¿Es posible evitar las muertes por choques al exceder la velocidad?
Si bien el exceso de velocidad no es la única causa de muerte en siniestros viales, sí es la principal. Con esa información en mano, grandes ciudades como Londres o París empezaron a implementar medidas para mitigar sus efectos, siendo la reducción de las velocidades máximas permitidas en todas sus arterias. La medida, que debe ir acompañada con la mejora del sistema de transporte público, tuvo resultados positivos casi inmediatos.
Se estima que apenas es necesaria una reducción del 5% de los límites de velocidad máxima para reducir en un 30% la cantidad de siniestros fatales, según un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS). En esa línea, tanto Bachani como Cliff recomendaron que en autopistas la máxima no debería superar los 100km/h; en arterias donde un vehículo puede golpear con un objeto por fuera de ella (como un árbol o señalética) no debería estar por encima de entre 75km/h y 80km/h y en las calles de convivencia (peatones, ciclistas y vehículos) no tendría que ser más de 30km/h.
Mientras tanto, en la Ciudad de Buenos Aires no se prevé una reducción generalizada de la velocidad máxima pero sí se aplican modificaciones a las velocidades permitidas en los sectores donde se desarrolla nueva infraestructura, como es el caso del Metrobús o la adhesión de nuevas ciclovías.