La limpieza del interior del auto es fundamental para mantener un buen estándar de vida y hasta Brad Pitt lo dice; cuáles son los siete pasos caseros para que el habitáculo quede impecable y como nuevo
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La limpieza es importante. La personal, para empezar, y la de los lugares que habitamos para seguir. Y, si se habla de espacios frecuentados, el interior del auto es uno de los escenarios en los que uno pasa gran parte del tiempo vivido, sobre todo si se hace referencia a una rutina formada por manejar para ir y volver del trabajo.
Además de ser clave para una conducción más cómoda, segura y placentera, la higiene del interior del auto es un reflejo de la personalidad y estilo de vida. Mantener el estándar de higiene del auto alto es una muestra de respeto hacia uno mismo y hacia todo aquel que uno tenga o quiera llevar en su interior.
Lo dijo Brad Pitt, pero lo piensan varios: “Mi auto es mi santuario, mi lugar de reflexión. Mantenerlo en buen estado es una manera de mantener la calma en mi vida agitada”. En este sentido, estos son los siete pasos a seguir para mantener impecable el interior del auto, más allá de llevarlo a un lavadero con frecuencia.
1. Sacudir y limpiar las alfombras
Para lograr una limpieza interior de vehículos profunda es crucial sacar las alfombras, sacudir y limpiar la suciedad que acumulan, que puede ser mucha y, aunque en cierto punto depende de los hábitos y estilo de vida del conductor, lo que uno lleva a las alfombras a través de los zapatos está un poco fuera del control personal. Por eso, sacar seguido y limpiar las alfombras del auto (y no solo cuando se lo lleva a lavar) nunca viene mal. Si son de plástico, se pueden manguerear. Si son de material, se pueden aspirar.
2. Aspirar todo
La aspiradora, como saben muchos es una aliada crucial en la limpieza doméstica, pero también en la del habitáculo sobre ruedas. Utilizando las boquillas adecuadas se pueden limpiar todas las superficies, desde el piso, a las paredes, asientos y techo, y acceder a sus irregularidades y huecos. Para perfeccionar la tarea hay que mover los asientos para acceder a esos lugares donde un lavado rápido no siempre llega.
3. Limpiar las superficies
Las superficies son una de las cosas más visibles ni bien uno se sube al auto, y también una de las cosas más propensas a ensuciarse rápidamente. Las superficies más comunes son la del tablero, el volante, la palanca de cambios, y los paneles interiores de las puertas y, si bien limpiarlas no es complicado, es necesario adquirir el hábito de limpiarlas con frecuencia. Idealmente una vez por semana, o cada 15 días.
La parte de cómo limpiarlas es fácil y para mejorar su desinfección se puede usar un truco casero: agarrar un paño, idealmente de microfibra, y humedecerlo con una mezcla de vinagre, agua y, si se quiere, algunas gotas de un aceite esencial, como el de lavanda, para agregar fragancia y propiedades antibacterianas. El vinagre rebajado es muy útil para sacar manchas de los plásticos y mejorar la apariencia de los cristales.
4. Limpiar las ventanas del lado de adentro
Limpiar las ventanas del lado de adentro del auto es clave para que la visibilidad no solo para el conductor, sino también para los pasajeros que disfrutan, o toleran, el camino, sea buena. Todas las ventanas deberían ser limpiadas: laterales, trasera, delantera y, si aplica, techo corredizo.
Para este paso también aplican las reglas del primer paso: aumentar la frecuencia de higiene, usar un paño de microfibra y un buen limpiador. Eso sí, hay que tener especial atención a que el producto elegido no tenga dentro de su fórmula amoníaco, ya que es dañino para los vidrios.
5. Ocuparse de los asientos
Muchos conductores se acostumbran a darle importancia al tipo, estilo y material de los asientos en el momento de la compra, y se olvidan de la importancia de su mantenimiento con el pasar del tiempo. Los asientos son el elemento del auto que determina, básicamente, si es cómodo o no, pero además define su personalidad. Por eso, mantenerlos en buen estado es fundamental.
Vale la pena aclarar que antes de llevar a cabo este paso es necesario tomarse el tiempo de aspirar. Para el caso de los tapizados de cuero (o réplica), se puede usar un cepillo suave y, de nuevo, cualquier limpiador simple sin componentes agresivos. Para los asientos de tela se puede usar una mezcla de agua tibia y jabón neutro y, con un paño húmedo, limpiar las manchas o áreas sucias. Después, enjuagar con agua limpia y pasar el mismo paño para sacar los residuos.
6. Ventilar
El penúltimo paso consiste en una acción básica que los carentes de sentido común subestiman: ventilar. Abrir las puertas y ventanas del auto para ventilar el interior del auto es casi tan fundamental como todo lo demás. Que circule el aire es indispensable para refrescar, limpiar y -literalmente- oxigenar. Conviene hacerlo durante un día soleado, sobre todo si es el momento en el que se va a llevar a cabo la labor de limpiar.
7. Personalizar el aroma
El último paso es simple y quizás sea el más placentero, por tratarse del escalón final: aromatizar. Darle al auto una impronta a través del olor es fundamental. No todos se percatan de la falta de olor, pero no hay persona que no se dé cuenta de que en el auto hay un buen olor. En este sentido, los aceites esenciales son la respuesta, porque con solo unas pocas gotas del producto se logra una presencia aromática efectiva y natural. Buenas opciones son el aceite esencial de lavanda, jazmín, limón, canela o eucalipto. Una alternativa incluso más rústica que también puede usarse para potenciar el truco del aceite esencial, es poner en distintos puntos del auto pétalos de flores de lavanda, que con el tiempo empiezan a desprender su olor.
LA NACIONTemas
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