En algunos distritos, los modelos con motor eléctrico como asistente del tradicional no pagan patente; cuánto baja el consumo de combustible
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Una de las cosas fundamentales al momento de comprar un auto es contemplar los costos de mantenimiento. A la gran suma de dinero que hay que desembolsar para adquirirlo, habrá que agregarle patente, nafta, garage e incluso un service periódico para empezar a hablar. Es por eso que la decisión de qué modelo comprar está atada a cuánto dinero costará mantenerlo. Sin embargo, en este período de transición que vive la movilidad mundial, existe una alternativa que por lo menos en algunas regiones de la Argentina resulta atendible: el auto híbrido.
Como premisa básica hay que saber qué es y cómo funciona un vehículo híbrido. Contrario a lo que muchos creen, no busca ser cero emisiones y dejar atrás al combustible sino hacer más eficiente su uso. “El híbrido de uso urbano permite duplicar la autonomía. El objetivo no es que funcione a electricidad sino ahorrar combustible para que el uso sea más eficiente”, sintetizó Diego Prado, director de Asuntos Corporativos de Toyota en diálogo con LA NACION. La marca japonesa lidera la oferta de autos híbridos en el mercado local, con cuatro modelos (Corolla, Corolla Cross, Rav 4 y Prius). En el primer semestre, logró una participación de mercado del 84% en las ventas de este tipo de vehículos, según cifras de la propia automotriz.
¿Qué quiere decir que el uso será más eficiente? En pocas palabras, que habrá que cargar menos nafta por viaje. La tecnología híbrida hace el switch entre modo eléctrico y a combustión y reduce el uso de combustible, por lo que hace más eficiente el total del tanque y consume menos. Es decir, menos plata que hay que poner por mes. A su vez, a diferencia de otras tecnologías -como los híbridos enchufables- no es necesario cargar el auto con electricidad porque el “freno regenerativo” alimenta la batería mientras el vehículo está en marcha.
En números concretos, un híbrido como el Toyota Corolla tiene un consumo mixto de 4,3 litros cada 100km mientras que el naftero usa 6,6 litros, según la automotriz. En ciclo urbano, la diferencia es mayor: 3,9 litros cada 100km contra 8,9 del naftero.
Tomando como referencia el precio de la nafta premium ($147,3 el litro, en el caso de YPF) y un uso mensual promedio de 1000 kilómetros en el mes, el gasto de combustible para esos 1000 kilómetros asciende a $13.109 en el caso del modelo a combustión y a $5744 en el del híbrido.
Por otro lado están los incentivos fiscales. En la Ciudad de Buenos Aires, La Plata, ciudad de Neuquén, San Juan, Tierra del Fuego, Mendoza, Río Grande, Santa Fe y Río Negro, los autos híbridos y eléctricos están exentos del pago de patente y en Chubut, Ushuaia y San Luis tienen un descuento de entre el 25 y 75% en este arancel. En contraposición, todo auto a nafta debe pagar un 5% del valor total del vehículo en concepto de patente por año, monto que no se contempla para rodados con estas características.
El ahorro está a la vista y la tendencia a comprar vehículos electrificados continúa en aumento. Sin ir más lejos, en el reporte de SIOMAA de la Asociación de Concesionarios de Automotores de la República Argentina (ACARA), en el primer semestre de 2022 se patentaron 3453 autos electrificados, un 28,7% más que en 2021. Y, si bien Toyota sigue liderando el mercado, Ford, DS y Coradir -la empresa argentina que produce al Tito, dan pelea por el posicionamiento.
Párrafo a parte, los seguros. Por el momento, y tras las consultas hechas por LA NACION a La Caja y Seguros SURA, no existe una póliza diferencial para vehículos electrificados. Sin embargo, aseguraron de esta última que “están trabajando en un proyecto de observación para construir, durante 2023, una propuesta de valor diferencial”.