Dos coleccionistas consiguieron un auto por una ganga y luego descubrieron que se trataba de una pieza exclusiva y muy cara; la historia que los volvió millonarios
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Hay gente que sabe reconocer una oportunidad de negocio cuando la ve y otros solo tienen suerte. Vaya uno a saber qué nombre tiene esta historia pero el resultado es fantástico. Los coleccionistas de autos clásicos buscan joyas perdidas y cuando se topan con una exclusiva y rara, deben desembolsar grandes sumas de dinero para hacerse con ella. Sin embargo, no fue este el caso porque los dueños de esta extraña Ferrari la pagaron no más de US$2000 y la vendieron por más de US$18 millones.
La historia de este auto, recogida por El País de Madrid, se remonta a 1962 cuando fue fabricado para una exposición en el Salón Internacional del Automóvil de Nueva York. Tan solo se construyeron 37 unidades de esta Ferrari 250 GT SWB California Spider descapotable. Un auto que nació para ser exclusivo gracias a su color Azzurro Metallizzato (azul metalizado) y unas características mecánicas que lo diferenciaban de los demás modelos de la gama.
Se construyó, se expuso y cautivó a todos los presentes en aquel evento de principios de la década del 60. A tal punto que uno de ellos decidió comprarlo. Se trataba de una persona con mucha plata que residía en la parte más tranquila de Hollywood. Manejó el auto durante ocho años hasta que en 1970 sufrió un grave accidente que dañó casi por completo al auto. Y lo guardó. Durante mucho tiempo escondió el maltrecho auto hasta que llegó a oídos de Charles Betz y Fred Peters la existencia de este modelo.
Tras una corta pero ansiosa negociación, consiguieron comprárselo a su dueño, roto y todo, por US$2000. Evidentemente, el propietario quería sacarse de encima el auto porque en ninguna parte del mundo se vendería uno de los pocos 37 que existen por una suma tan baja. Llámese oportunidad o suerte, sucedió. Y después de hacer las tareas de reparación y mantenimiento correspondientes, la Ferrari volvió a las calles.
Tiempo después, en pleno 2023, el vehículo se incluyó en una subasta organizada por Gooding & Company, una subastadora de alto prestigio que se dedica a actuaciones de lujo. Los ojos se posaron sobre esta Ferrari de la misma manera que lo hicieron en Nueva York en 1962 y tras un reñido ida y vuelta, fue vendida por US$18.045.000. El nombre del nuevo propietario no fue dado a conocer pero ya se encontró con su impresionante vehículo, restaurado casi a la perfección y en impecables condiciones.
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