La nueva aeronave más grande del mundo que se alimenta con helio: costó más de 250 millones de euros
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La aeronave más grande del mundo está a nada de empezar a circular por el cielo californiano: se llama Pathfinder 1, mide 124 metros de largo y casi 20 de ancho y se alimenta con gas de helio.
Sus dimensiones la convierten en un récord histórico. Es tres veces más grande que un Boeing 737, casi el doble de largo de un Airbus A380 y más largo que su principal competidor, el Airlander 10, que tiene 92 metros de largo y cuyo lanzamiento comercial está previsto para 2026 en vuelos de corto alcance dentro de España.
Cambio climático y evolución tecnológica son los dos conceptos que explican la génesis de este proyecto, que ya lleva más de 10 años de investigación, aunque gran parte de su desarrollo se mantuvo en un perfil bajo.
La empresa a cargo es LTA Research (Lighter Than Air o más ligera que el aire, en español), fundada por Sergey Brin, cofundador de Google, para producir una nueva generación de aeróstatos gigantes con el fin de proporcionar ayuda humanitaria, alimentos y suministros a las partes más remotas del mundo más rápido que los barcos y de una manera más sostenible que los aviones.
“Con estas aeronaves de próxima generación queremos mejorar la entrega de ayuda humanitaria y reducir las emisiones de carbono, al tiempo que brindamos oportunidades económicas y nuevos empleos”, señalaron desde la firma.
Cómo es el Pathfinder 1
En la construcción del Pathfinder 1 se incluyeron elementos como kevlar, fibra de carbono, nylon y celdas de combustible de hidrógeno, tecnologías completamente inimaginables para los ingenieros de dirigibles hace un siglo, pero accesibles para los desarrolladores de hoy.
La estructura de la nave es rígida. Está compuesta por 10.000 tubos reforzados con fibra de carbono y 3000 uniones de titanio, que forman un esqueleto protector alrededor de las celdas de gas. También cuenta con 13 celdas gigantes de nylon de alta resistencia (para evitar desgarros), que contienen el helio -gas noble y no inflamable, a diferencia del hidrógeno-, y un sistema de sensores láser lidar para monitorear el recorrido continuamente y detectar cualquier tipo de pérdida en las celdas de helio.
La cubierta exterior, por su parte, es una piel sintética ligera de Tedlar que es no inflamable y resistente a los rayos UV, además de bloquear la luz visible.
En su interior cuenta con cuatro timones y 12 motores eléctricos que le permiten despegar y aterrizar verticalmente (eVTOL), que pueden propulsarlo a 65 nudos (más de 120 kilómetros por hora). Tiene además 24 baterías, dos generadores diésel de 150 kv y una góndola para 14 pasajeros.
Entre sus capacidades de aeronavegación, el Pathfinder 1 puede soportar vientos de hasta 128km/h y transportar hasta 200 toneladas de carga, casi diez veces la cantidad que puede transportar un Boeing 737; y recorrer una distancia máxima de 4500 kilómetros.
Las prestaciones sumadas al hecho de que no requiere de una pista de aterrizaje ni demasiada infraestructura para maniobrar (por el despegue y aterrizaje vertical) hacen que su rol en el transporte de insumos sea prometedor. Desde LTA Research hacen énfasis en la potencial utilidad del Pathfinder, por ejemplo, en el caso de una catástrofe natural.
“Si las pistas de aterrizaje, las rutas y los puertos están dañados o destruidos, nuestros aerostatos podrían, de todas maneras, entregar lo que necesitan las comunidades. Si las torres de telefonía celular quedaran fuera de servicio, los aerostatos pueden mantenerse en el aire y proporcionar el servicio”, aseguraron desde la compañía estadounidense.
El video de la agencia de comunicación Bloomberg cuentan cómo LTA Research mantuvo el proyecto del Pathfinder 1 en “secreto” hasta hace poco.
Listos para volar
Quizás el punto más novedoso del proyecto de LTA Research es que fue oficialmente autorizado por el gobierno, a través de un certificado especial de aeronavegabilidad emitido por la Administración Federal de Aviación (FFA por sus siglas en inglés).
Dicha documentación permite que el dirigible empiece las pruebas de vuelo en dos lugares: Moffett Field, un aeropuerto civil-militar de la NASA que actualmente es gestionado por Google; y dentro de los límites del espacio aéreo del aeropuerto vecino de Palo Alto, a una altura de hasta de 460 metros.
El comienzo de las pruebas para testear la viabilidad de la nave está previsto antes de que finalice el 2023. En una etapa inicial, serán 50 vuelos de prueba.
De acuerdo con Bloomberg, más de US$250 millones se invirtieron en el desarrollo del Pathfinder 1.
Desde LTA Research están convencidos de que Pathfinder 1 es solo el comienzo de una nueva y más potente generación de naves que puedan complementar, ampliar y acelerar la respuesta humanitaria a todo tipo de desastres para “salvar más vidas”.