La revolución está ocurriendo aquí y ahora; los cinco cambios que veremos en nuestras calles my pronto, empezando por los camiones y utilitarios eléctricos, los “mild hybrid” y los autos usados “reconvertidos”
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En nuestro encuentro anterior hablamos acerca de algunas de las perspectivas más importantes a mediano y largo plazo que se plantean en la industria de la movilidad. Siempre es importante hacer un análisis reflexivo del futuro, y esta sección toca el tema a menudo. Sin embargo, a la hora de pensar el contexto local o regional, muchas veces tenemos la sensación de que los cambios son lejanos y en algunos casos prácticamente imposibles, sea por la carencia de recursos, factores culturales o territoriales, o simplemente por el contraste con las noticias que llegan permanentemente desde países centrales.
Sin embargo, la revolución en movilidad está ocurriendo aquí y ahora, decenas de personas de los sectores público y privado están trabajando para tomar el pulso de un movimiento global que también repercute de este lado del mundo. En particular el objetivo de esta columna es rescatar cinco acontecimientos que en verdad están muy próximos de ocurrir en nuestras calles en un futuro muy cercano. En el especial de movilidad del pasado 21 de septiembre adelantamos los títulos de esta columna, y ahora cumplimos la promesa de desarrollarlos con mayor detalle.
Comerciales híbridos y eléctricos
Las formas de la incorporación masiva de vehículos electrificados, en particular los 100% eléctricos no va a tener la forma de autos particulares en nuestras casas, al menos no en los próximos tres o cuatro años. Incluso con la mayor disponibilidad de vehículos de las categorías L6/L7, como Sero y Tito, los volúmenes de ambos modelos definitivamente no pueden compararse con ninguno de los principales 25 o incluso 50 del ranking local de ventas, en especial porque las condiciones económicas de su amortización lo impiden, por una menor disponibilidad de unidades, y por su limitada autonomía fuera del circuito urbano.
Allí es donde aparecen los comerciales: tanto las fábricas como las grandes empresas ven una posibilidad concreta de mejorar no solo su perfil ambiental sino fundamentalmente sus costos operativos con la inclusión de vehículos electrificados a sus flotas. Sea en la forma de furgones 100% eléctricos, pequeños camiones urbanos, o unidades incluso más ambiciosas, los primeros vehículos de tamaño completo totalmente eléctricos fabricados en el Mercosur pertenecerán a ese segmento.
Es más, los primeros vehículos híbridos de grandes fabricantes en nuestro país serán pickups medianas, “la especialidad de la casa” por la cantidad de terminales nacionales que las producen, que en la mayoría de los casos ya dejan entender que sus próximas generaciones incluirán opciones híbridas.
Híbridos suaves
Y en muchos de esos casos, las hibridaciones tendrán la forma conocida como “suave”, traducción del inglés mild hybrid: se trata de la asistencia de un pequeño motor auxiliar en los arranques que aparte es capaz de acumular energía en las frenadas (a diferencia del sistema start/stop sobre el que representa una evolución). Si bien los ahorros que prometen tanto en consumos como emisiones resultan modestas al lado de híbridos convencionales, enchufables y por supuesto eléctricos puros, resultan suficientes para ser beneficiados por las normativas de exenciones impositivas, razón por la cual hoy existen muchas versiones en este formato disponibles para marcas premium, en particular las alemanas. Si bien resulta desconocido para la mayoría del público, es muy probable que si ve un vehículo de alta gama teutón por la calle con patente AE o AF esa unidad no esté pagando impuesto a los automotores en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Sin embargo, esta tecnología no es patrimonio exclusivo de los vehículos más lujosos: se trata de una tecnología realmente sencilla de incorporar desde fábrica, por lo que en un período no mayor a un par de años serán muchas las marcas que lo ofrezcan en su próxima generación de motores a combustión. Seguramente la masividad traerá un replanteo de las normativas fiscales vigentes, lo cual ha ocurrido en la mayoría de los países donde creció el volumen de esta solución tecnológica.
Retrofit OEM
Si bien la expectativa de nuevos lanzamientos eléctricos tiene cada vez más de realidad, lo cierto es que existen personas que han decidido no esperar y convertir sus automóviles en eléctricos, desde clásicos de la nostalgia como Fiat 600 o Volkswagen Escarabajo (quizá el modelo más popular) hasta todo terrenos o utilitarios, son cada vez más los talleres que realizan conversiones artesanales de muy buen rendimiento.
Sin embargo, estas conversiones resultan por el momento sofisticadas y costosas, fundamentalmente por el nivel de intervención que requieren sobre el vehículo original, más parecido a un trasplante que a una prótesis o cirugía estética, por decirlo en términos médicos: hay mucho que reemplazar, crear partes a medida, combatir el rechazo de la electrónica a las partes nuevas.
Los fabricantes de automóviles, conocidos como OEM por sus siglas en inglés, han tomado nota de esta posibilidad y se encuentran desarrollando soluciones como equipo original, con el diferencial a su favor de su capacidad de ingeniería e industrial y conocimiento total de los elementos a reemplazar o complementar. De esta manera ya está ocurriendo sobre todo en Europa y es muy posible que veamos en un futuro cercano, la posibilidad de realizar un recambio en un concesionario oficial a un precio relativamente accesible del conjunto motor por un sistema eléctrico para las categorías o familias más populares de vehículos tanto utilitarios como pequeños sedanes. Nuevamente es muy posible que la oferta comience por los primeros, por su potencial de amortización, pero también que se extienda para aquellos destinados al transporte público, como taxis y remises.
Taxis y buses eléctricos
Y esta es, justamente, la otra categoría con mayor potencial de electrificación en el corto plazo. Tanto los vehículos particulares con chofer, que recorren a diario entre 150 y 400 kilómetros como los buses con su capacidad de reemplazo de unidades sobre un recorrido constante, tienen un potencial de electrificación mucho más grande que los vehículos particulares, con períodos de amortización razonable, ventajas notables en emisiones urbanas e incluso mejor rendimiento y comodidad para los pasajeros.
Para que este fenómeno ocurra resulta fundamental que se den tanto oportunidades tecnológicas (contar con vehículos o conversiones accesibles) como fundamentalmente financieras, acompañar el proceso de transformación si no es con subsidios al menos con la posibilidad de ir acompañando el repago de la solución con créditos accesibles, algo que suena un poco lejano en el actual contexto macroeconómico pero que hay que ir preparando para estar listos a la ocurrencia de una oportunidad.
Reciclado de monopatines (y otros eléctricos)
Finalmente, otra demanda importante aparece en el horizonte: la necesidad de atender al ciclo completo de vida de la enorme cantidad de vehículos eléctricos que se han comercializado en nuestro país. No son autos la gran mayoría sino monopatines, hoverboards, motos eléctricas, bicicletas y sus combinaciones, a veces impulsados por baterías de plomo y otras con las más eficientes pero también riesgosas (tal cual probó la reciente tragedia de Recoleta) baterías de litio.
En este caso debemos estar preparados para hacerlo de la manera más inteligente posible: hoy existen cientos de unidades descartadas o arrumbadas por fallos en sus sistemas de almacenamiento que podrían ser reparadas, reusadas o recicladas, y no es saludable meter ningún problema debajo de la alfombra. Este en particular no resulta la excepción
Una normativa bien pensada y estímulos desde el sector público a atender la responsabilidad extendida de los fabricantes es una condición necesaria para que en lo eléctrico sigan destacándose sus virtudes sobre sus costos o desafíos.
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