Carlos Palacios, el futbolista chileno que es la obsesión de Juan Román Riquelme y se convertirá en el primer refuerzo de Boca para 2025

La gestión de Juan Román Riquelme en Boca, primero como vicepresidente segundo y, luego, desde este año, como presidente, se ha caracterizado en lo futbolístico -entre otras decisiones- en perseguir ciertas obsesiones hasta concretarlas. Este miércoles se empezará a culminar otra de ellas: el chileno Carlos Palacios llegará esta noche a Buenos Aires y mañana, si los exámenes médicos brindan parámetros normales, se convertirá en el primer refuerzo para 2025, justo en el marco del día del hincha xeneize, e iría el sábado a la Bombonera para ver el partido ante Independiente.

“Cualquiera quiere llegar al mejor equipo de Sudamérica”, aseguró Palacios rodeado de periodistas, mientras estaba a punto de tomarse el vuelo de Santiago de Chile para Buenos Aires. Y agregó: “Feliz, feliz. Voy a hacerme los exámenes. Después podremos hablar las cosas de la mejor manera, yo creo”, se excusó ante la prensa.

Es un anhelo de hace varios mercados de pases. Al mismo tiempo, es un sueño de vida por parte del jugador. Casi una prioridad, esta vez había un filtro algo más difícil que superar por parte del dirigente y su Consejo de Fútbol: Fernando Gago, el entrenador que eligieron hace pocos meses y el cual ostenta una forma de trabajo en la que evidencia querer tener injerencia para decidir los refuerzos. Pese a esto, le pusieron el nombre sobre la mesa y, muy conforme, dio el visto bueno de su arribo. Por eso, la directiva desembolsará casi U$S 5.000.000.

Carlos Alonso Enrique Palacios Núñez nació el 20 de julio del 2000 (24 años) en Renca, una comuna perteneciente a Santiago. Boca fue el equipo fuera de su tierra que más lo desveló. De hecho, en medio de este revuelo azul y oro, empezaron a filtrarse perlas de su pasado: una foto junto a Agustín Orion (arquero boquense de 2011 a 2016) en una de las excursiones coperas del club en Chile. Y las cosas que tiene el destino hicieron que, en ciertos puntos de su momentáneo recorrido, protagonistas de la entidad de la Ribera le aparecieran y fueran clave.

A los 12 años llegó a Unión Española, su primera experiencia. Se formó y allí produjo su debut, en febrero de 2018: nada menos que Martín Palermo, el máximo goleador en la historia xeneize y el entrenador de aquel tiempo, le dio la posibilidad en la primera categoría. Tras tres temporadas en las que su crecimiento fue notorio (le valió, al mismo tiempo, una sorpresiva convocatoria a la Copa América 2021), el fútbol brasileño se interesó, aunque fue todo para el olvido.

Primero, Internacional, de Porto Alegre, se arrimó tímido y pidió una cesión de un año, pero aun haciéndolo participar alternadamente y con puñados de minutos, creyeron conveniente comprar su ficha. Algo debía tener esa “Joya”, su apodo de hace años. Sin embargo, a los pocos meses, se arrepintieron y lo transfirieron a Vasco da Gama. Parecía una nueva posibilidad, pero llegar a un club que estaba en la Serie B –incluso- no facilitó apariciones más frecuentes: participó de 59 encuentros entre ambos clubes, pero acumuló un total de 2.323 minutos (contra 5.310), apenas un gol y cuatro asistencias.

Boca es todo un desafío, entonces. Ir al extranjero y lucirse como lo hace en Chile es una cuenta pendiente para Palacios. Es que, a comienzos de 2023 (apenas seis meses después), Colo Colo fue a rescatarlo, aunque con la misma modalidad de, primero, analizarlo: un préstamo de un año que, finalmente, se transformó en la compra de una parte de su pase para ser socios junto a los cariocas. Se soltó. En 2023 tuvo más minutos que en su año y medio en Brasil y recuperó el nivel: trece tantos y cinco pases para el gol, con el adicional de ser campeón de la Copa chilena.

Para comenzar este año se encontró con un nuevo entrenador: Jorge Almirón, poco después de perder la final de la Copa Libertadores en Boca, le dio más protagonismo, fue su figura y potenció lo que venía insinuando. Convirtió en 13 ocasiones y asistió en otras once en 42 compromisos. Juntos, en el último noviembre, metieron un doblete: el campeonato local y la Supercopa de Chile ante Huachipato.

Podría fastidiarse por perderlo, pero el entrenador lo contuvo siempre y entiende la lógica de que parta, en este caso, a un club semejante. Incluso, dio la seguridad de que le va a ir bien: “Tiene mucho talento, mejoró muchísimo en lo físico. Está más completo. No tengo ninguna duda de que, si va, es jugador para Boca”, aseguró en ESPN tras consagrarse con los colocolinos.

En todo este tiempo (y más), los llamados de Riquelme al teléfono de Palacios fueron continuos. Del otro lado, la admiración de escucharlo: “Creo que mi ídolo máximo es Román. Siempre, hasta el día de hoy, miro videos de él. Su forma de ocupar el cuerpo, cómo se perfilaba y su carácter, aunque creo que en eso somos diferentes: yo soy más tranquilo y él, más impulsivo. Trato de replicar cosas que él hacía”, había confesado en 2020, cuando aún pertenecía a Unión Española. Y Riquelme no paró de seguirlo hasta tentarlo.

De hecho, el atacante se aferró a las consultas de los medios enterados del intercambio constante para simpáticamente pegarles a los que dudan de sus condiciones: “Que le pregunten por qué me ve, así responde él. Porque acá dicen que no saben qué me ve, qué me encuentra. Estoy feliz de que el último ‘1o’ me llame para conversar”.

Así como es un personaje algo carismático que juega con esa sonrisa reluciente y hace tendencia, por ejemplo, una frase con la que el Mundo Boca juega desde que su incorporación era un fuerte rumor (“¿Te pusiste nerviosa?”, le dijo en zona mixta a una periodista que tartamudeó al cruzar miradas), también tiene su lado polémico: en su espalda carga con una denuncia y la posterior detención, además de un accionar reciente que lo sacó del seleccionado de su país.

En noviembre de 2022 protagonizó un hecho violento al pelearse con su ya entonces expareja, que lo denunció inmediatamente por amenazas de muerte y deudas en la cuota alimentaria. Fue detenido y liberado a las pocas horas, en las que aprovechó para dejar un mensaje en sus redes sociales: “Quiero dejar claro que nunca agredí a la madre de mis hijos. Todo fue un malentendido y está claro que soy totalmente inocente. Nunca he dejado de cumplir mis deberes como padre”.

La selección chilena, en una medida nada comparativa, también sufrió su rebeldía. El equipo de Ricardo Gareca debía viajar a Colombia para las Eliminatorias de octubre, tras caer de local ante Bolivia, cuando –de repente- Palacios acudió “problemas personales” sin demasiados detalles para dejar el seleccionado. Sin timidez ni temor a las críticas, se hizo ver en el stream de Arturo Vidal para, justamente, mirar el partido de “La Roja”. ¿Desde dónde? Una de las habitaciones de la concentración de Colo Colo. El pedido de postergar un partido clave para el “Cacique” (debido a los duelos internacionales) no progresó y, en efecto, el delantero prefirió jugar con su equipo.

Incluso, tiene un relato de tristeza futbolística que quedó en el camino. “Con 15 años tuve un profe que no le agradaba mi estilo de juego. A veces me dejaba en el banco o directamente no me citaba. Pensé en dejar de jugar al fútbol o hacerlo solamente en mi barrio. Fue muy importante el apoyo de mi familia, me ayudaron a estar tranquilo”. Con un pasado, evidentemente, algo irresponsable: “Andaba haciendo cosas que no debía, es verdad. No pensaba tanto en el fútbol, fui aprendiendo y empecé a creer”.

Un futbolista indescifrable. En sus maneras de ser, así también como cuando encara en la zona ofensiva. El hincha de Boca, igualmente, empezó a comprarlo hace tiempo. De hecho, en la recién finalizada Copa Libertadores le tocó jugar los cuartos de final ante River, en la que fue el jugador más sobresaliente de su equipo en toda la serie, al punto de hacer el único gol del global que lo terminó eliminando (1-2). Su tanto logrado en el Monumental, de Chile, significó el empate en el primer partido. Los fanáticos xeneizes usaron aquella frase a la periodista para chicanear a los riverplatenses, casi anunciándoles quién se pondría la camiseta de Boca este verano.

Ese momento ya está por cumplirse. Riquelme tiene el refuerzo al que tanto tentó y Palacios pondrá en marcha su sueño de portar la camiseta azul y oro con su máximo ídolo como presidente.

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