La cafeína se usa para mitigar la somnolencia, pero podría tener efectos perjudiciales; qué dicen los estudios científicos sobre el tema
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Son varias las organizaciones regionales e internacionales que ya hablaron de cómo la fatiga y la somnolencia son factores concurrentes de la siniestralidad vial, y de por qué priorizar una buena calidad de sueño es una medida necesaria para todos aquellos que prevén agarrar el volante.
Desde la European Transport Safety Council (ETSC) en el viejo continente, a la National Highway Traffic Safety Administration (NHTSA) en Estados Unidos, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y al Observatorio Vial del gobierno argentino, son múltiples los estudios que prueban que la fatiga implica un factor de riesgo al momento de la conducción de un vehículo, por producir alteraciones en los niveles de conciencia y de percepción.
Esta premisa explica la normalidad de consumir cafeína al volante, la sustancia psicoactiva más consumida en el mundo, disponible no solo en el café y utilizada para mitigar la somnolencia y mejorar el rendimiento.
Un estudio de Psychopharmacology, llevado a cabo en Países Bajos y publicado en 2012 probó que, con una taza de café (80 mg de cafeína), los conductores minimizaron los efectos negativos del sueño al volante y mejoraron la calidad de conducción subjetiva: redujeron la desviación estándar en la longitud de desplazamiento, la desviaciación estándar de la velocidad, el esfuerzo mental y la somnolencia subjetiva, en las primeras dos horas de manejo luego de consumirlo.
Sin embargo, las opiniones al respecto no son unánimes, y hay algunas instituciones que desaconsejan tomarlo por los efectos que puede tener, y los riesgos que logra disimular.
Efecto rebote y peor calidad de sueño
El argumento principal en el que se basan aquellos que no defienden la cafeína al volante es el llamado efecto rebote, o caída post cafeína.
Según datos de la Dirección General de Tráfico (DGT) española, el efecto del café es de tiempo reducido, de manera que solo enmascara el sueño y la fatiga, no los resuelve. Así, cuando se termina la breve cuota de energía y atención reaparece el agotamiento, repentinamente y en algunos casos de forma más aguda.
El organismo español recomienda no tomar más de dos tazas de café durante el viaje.
También se argumenta que la cafeína interfiere con la capacidad de una persona para conciliar el sueño y dormir bien.
Un estudio publicado por Sleep Medicine Reviews en Elsevier en 2017 en el que se exploraron sistemáticamente informes epidemiológicos y ensayos controlados aleatorizados sobre si el café y la cafeína tienen efectos perjudiciales sobre el sueño, concluyó que la cafeína generalmente prolongó la latencia del sueño, redujo el tiempo total de sueño y la eficiencia del sueño, y empeoró la calidad del sueño percibida, con un mayor estado de vigilia y un mayor número de despertares.
Peores hábitos y conducción más agresiva
Por otro lado, en un estudio publicado por Safety Science en Elsevier en el 2020, en el que se analizaron los efectos de la cafeína al volante en los camioneros, se observó que los consumidores de alta cafeína tienden a dormir menos, sufrir más somnolencia diurna excesiva, un mayor riesgo de apnea obstructiva del sueño, y suelen estar más relacionados con comportamientos de salud negativos como fumar, consumir alcohol, seguir dietas deficientes y hacer poco ejercicio.
Para el sondeo se compararon 1653 conductores consumidores de baja cantidad de cafeína (una bebida con cafeína por día) con 1354 consumidores de alta cantidad de cafeína (más de cinco bebidas con cafeína por día).
También se monitorearon los accidentes de tráfico y las violaciones de conducción relacionadas con los participantes durante un máximo de tres años. Los consumidores de alta cafeína informaron más accidentes y peores indicadores de seguridad en la conducción que los consumidores de baja cafeína.
Las emociones negativas, la conducción agresiva de acuerdo con el Dula Dangerous Driving Index (DDDI, un índice utilizado para medir la propensión a comportamientos de conducción peligrosos), y los accidentes anteriores fueron más comunes en los consumidores de altas dosis de cafeína.
La conclusión del estudio fue que, si bien la cafeína es una medida efectiva para contrarrestar la somnolencia en los conductores de manera inmediata, cuando se abusa de las dosis no hay beneficios y sí hay evidencias de que hay más accidentes y peores indicadores de seguridad en la conducción.
En síntesis, la fatiga y la somnolencia son preocupaciones importantes en la agenda de la seguridad vial, respaldadas por múltiples estudios y organizaciones. Aunque la cafeína puede contrarrestarlos temporalmente, los contras que supone esta sustancia psicoactiva en la calidad del sueño y en los comportamientos al volante podrían ser más duraderos que los pros de ingerirlo a diario para garantizar una atención rápida.
Dicho esto, el foco, coinciden los distintos resultados, debería estar puesto en promover y priorizar un descanso adecuado.
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