En la compra de un auto usado el kilometraje es un factor clave; cómo saber cuál es un buen número y cómo detectar cifras sospechosas
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En el mercado de los autos usados el kilometraje es una de las primeras variables en las que un cliente interesado se fija para decidir qué vehículo quiere comprar. ¿Por qué? El kilometraje puede ser un indicador importante del estado general del auto y de su vida útil restante. Un alto kilometraje sugiere un mayor desgaste del motor, tren delantero, embrague y frenos, entre otras piezas claves en la mecánica de cada rodado, y una mayor probabilidad de que este requiera arreglos en el futuro.
Eso y que mientras más kilómetros tenga encima menor el valor de reventa. “Para la mayoría de las personas el auto suele ser uno de los bienes más caros que compra en su vida, y existe también un riesgo patrimonial muy alto”, indicó Jaime Macaya, CEO de Kavak, agencia especializada en la compra y venta de autos usados, en un diálogo con LA NACION.
Entonces: ¿cómo diferenciar un buen kilometraje de uno malo? A continuación cinco consejos que pueden funcionar como guía a la hora de evaluar los dígitos del odómetro de un auto usado.
1. “Menos es más”
La premisa inicial es que cuantos menos kilómetros tenga encima, más duradero, y por ende más confiable, va a ser el auto. Aunque existen otros factores que inciden en el estado general de la unidad como la marca, el año de fabricación del modelo y el mantenimiento que se le hizo a lo largo de su vida útil, entre otros, el número que marca el odómetro es un dato que tiene mucho peso en la sumatoria total.
Para tener una referencia, el kilometraje anual promedio de un argentino se ubica en el rango de los 12.000 y 15.000 kilómetros y el ciclo de vida útil de un auto promedio es de entre 300.000 y 500.000 kilómetros. Este número varía y depende del mantenimiento que reciba el auto, entre otras variables relacionadas con el uso dado.
Desde Kavak consideran que mientras un auto esté por abajo de los 100.000 kilómetros es una buena opción. “Teniendo en cuenta que un auto es una máquina compleja con miles de piezas, un rango de cero a 100.000 kilómetros con los services indicados por fábrica hechos en tiempo y forma, es, a priori, un rango en el que los diferentes vehículos (sea cual sea el segmento y terminal que lo fabricó) no deberían tener inconvenientes mayores, más que la sustitución de piezas de mantenimiento”, señala Mariano Segarra, GM de Kavak Argentina.
2. Mientras más viejo el modelo más importante el kilometraje
Otro punto a tener en cuenta es que, cuanto más viejo el auto, más definitoria es la cifra que marca el odómetro. Entonces: si la fecha de fabricación del modelo es, por ejemplo, 2018 y el auto recibió el mantenimiento necesario, aunque su kilometraje sea alto, lo más probable es que su estado general sea bueno y que dure varios años más. Si, en cambio, se trata de un modelo antiguo, un kilometraje por arriba de los 100.000 es casi una garantía de que, más temprano que tarde, van a haber problemas con la mecánica.
Así y todo, si hay un modelo con fecha de fabricación de un par de años más que el ideal buscado, pero está en buen estado, tuvo un mantenimiento constante, y no sufrió choques, es probable que se hable de una opción que conviene frente a modelos más nuevos pero que no pueden dar las mismas garantías.
3. Mantenimiento mata kilometraje, a veces
Otra recomendación de los expertos que trabajan en el rubro de los usados es que, a la hora de elegir entre dos modelos similares cuya diferencia de kilometraje es de entre 10.000 y 20.000 kilómetros, es fundamental prestar atención al mantenimiento que recibió el vehículo, y pedir el registro del historial que pueda dar constancia de este. Cualquier taller o concesionaria tiene que conceder esta documentación, y es una buena forma de demostrarle al vendedor que se va a realizar un análisis riguroso. A través de estos papeles, por ejemplo, se puede demostrar si el auto conservó su carrocería original, o si tuvo que cambiarla porque chocó.
Por ejemplo, si las opciones son un auto con 60.000 kilómetros pero sin constancia de haber pasado por un service, o un auto con 80.000 kilómetros encima pero un historial detallado de los arreglos y cambios que tuvo, conviene optar por la segunda oferta.
En el otro extremo, si las alternativas son un auto con 40.000 kilómetros contra uno de 200.000 kilómetros, independientemente del mantenimiento realizado, lo más seguro es ir por la primera opción.
4. Corroborar que no haya un “maquillaje” del kilometraje
Otra advertencia que es útil recibir a la hora de comprar un auto de segunda mano es que en la Argentina, aunque no de manera exclusiva, existe la práctica de “maquillar” el kilometraje real de los vehículos en venta. Modificar los dígitos del odómetro para aparentar que se trata de un vehículo mucho más nuevo, y más caro. Por esto, siempre es recomendable solicitar una inspección mecánica antes de realizar una compra. “Las trampas pueden ser tantas como la creatividad de la persona. Las más comunes suelen ser la adulteración del kilometraje del auto, la falsificación de papeles o el “maquillaje” de daños estructurales del auto”, explica Macaya.
La técnica de los llamados “manipuladores del kilometraje” consiste en, a través de un escáner, modificar la cifra del odómetro. Los avances tecnológicos de los autos en los últimos años volvieron más difícil que en el pasado esta práctica, pero se sigue haciendo con el instrumental adecuado. Además de ser un engaño en sí mismo, esta alteración puede desencadenar otros problemas a futuro. El cambio de la correa de distribución de un auto, para dar un ejemplo concreto, se calcula a partir del kilometraje.
¿Cómo saber si maquillaron el kilometraje de un auto usado? En líneas generales, el consejo es buscar coherencia entre el estado del auto y la cantidad de kilómetros declarados. Los años de vida y uso de un auto se notan principalmente en el estado en el que se encuentran el tablero, volante, pedales, tapicería y llantas del vehículo. Por ende, si el kilometraje vendido es bajo, pero alguna o varias de estas partes denotan mucha trayectoria, es posible que haya habido una manipulación del odómetro de por medio.
Los neumáticos son otro elemento que juega un rol clave: si el vendedor asegura que el kilometraje es de menos de 40.000 kilómetros, el auto debería conservar los originales. Entonces, el atributo de tener llantas nuevas podría ser a su vez una pista para levantar sospechas. Un auto con bajo kilometraje tampoco debería mostrar signos de desgaste en el volante, pomo de la palanca de cambios o guiños.
5. Desconfiar del uso excesivo y no subestimar el desuso
Por otro lado, al evaluar el kilometraje de un usado, también sirve entender la diferencia entre un auto que tuvo un uso particular, o para trabajos que requieren de mucho tiempo al volante (por ejemplo los de taxista, conductor particular o visitador médico). Si la unidad corresponde a la segunda categoría significa que estuvo más expuesto a todas las posibles eventualidades del entorno vial y que, en consecuencia, hay más probabilidades de que requiera de reparaciones en el futuro. Una forma de saber si un auto tuvo un uso excesivo es si el número del kilometraje total dividido la cantidad de años de uso, dan un resultado muy superior a 15.000 kilómetros anuales.
En el otro extremo está el desuso. Cuando un auto se mantuvo “muy estacionado”, y casi ni se le dio uso, no es ridículo ponderar la posibilidad de que tenga problemas con piezas como los neumáticos, los retenes y las juntas. Esto se debe a que son componentes de goma que con el uso suelen prolongar su vida útil, y sin uso más el paso del tiempo pierden su eficacia. Aunque no es infalible y estos casos son los menos, una señal de alerta para identificar un auto en desuso es cuando el kilometraje es muy bajo y el precio tiene la apariencia de ser una ganga.
En definitiva, el del kilometraje es un número crucial a la hora de evaluar el estado general de un auto usado, pero para entender más en profundidad si conviene o no, es necesario mirarlo en relación con otras variables como el mantenimiento, historial del vehículo, uso que se le dio y año de fabricación.
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