Plantas paradas, incertidumbre de precios y ventas paralizadas fueron los condimentos de un complejo enero; tras la publicación de un nuevo DNU, empieza a clarificarse el camino
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Enero fue un mes atípico para la industria automotriz. Las terminales aguardaban que durante los primeros días del año se dieran a conocer los nuevos montos del impuesto interno a los autos, también conocido como impuesto al lujo, pero el rumor de la eliminación de su primer escala y la falta de comunicación oficial generaron complicaciones en el mercado.
Hasta hoy y transcurridos 25 días del primer mes del año, ninguna automotriz había publicado los precios actualizados de sus autos. Las únicas unidades que quedaron exentas de esta incertidumbre fueron los utilitarios, dado que no tributan este gravamen por considerarse vehículos de trabajo.
“El mercado estaba totalmente paralizado porque con la escala anterior quedaban prácticamente todos los autos dentro del impuesto al lujo. Nosotros vendimos utilitarios y concretamos ventas anteriores, pero nada más”, comentaron desde una de las automotrices más importantes del país a LA NACION.
Finalmente y a través de un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) publicado en el Boletín Oficial, el presidente Javier Milei decidió duplicar la base mínima imponible del impuesto a vehículos de lujo. De esta manera, empiezan a tributar este gravamen aquellos vehículos cuyo precio salido de fábrica sea de $19.826.151, algo que equivale, aproximadamente, a $28.000.000 al público dado que al monto que se informa hay que incorporarle otros impuestos, como el 21% de IVA y la comisión del concesionario, que ronda el 14%.
A la espera de actualizaciones
“Hasta el día de ayer, los autos que valieran de $10 millones para arriba, ya tributaban la primera escala de este impuesto”, explicó el tributarista Sebastián Domínguez. Luego de la devaluación del pasado diciembre, ningún auto 0km quedó por debajo de los $11 millones, siendo alcanzados por este gravamen incluso los vehículos de gama baja.
Eso provocó un freno casi total de las operaciones de venta de autos durante enero. Sin referencia de valores, las concesionarias se centraron en la concreción de operaciones ya comenzadas o la venta de utilitarios.
Con los nuevos números, sin embargo, no se eliminó la primera escala como se especulaba, sino que se elevó su valor. Ahora son muchos más los modelos que quedarán por fuera del tributo, permitiendo mayor holgadez en las listas de precios.
El impuesto al lujo prevé dos escalas: una que grava en un 20% a los autos cuyo precio recién salido de fábrica sea el antes mencionado y otra que grava en un 35% a los que superen los $36.602.126 bajo las mismas condiciones. “La alícuota del 20% en realidad representa una alícuota efectiva del 25% y la del 35% equivale a un 53,85%”, clarificó Domínguez.
“Ahora, muchos autos de gama baja o media van a quedar exceptuados”, completó. Si bien al momento de publicación de este artículo no hay listas de precios oficiales comunicadas, se prevé que autos como el Toyota Yaris, Chevrolet Joy, Volkswagen Polo Track y Peugeot 208 queden por fuera del impuesto, entre otros.
“Estas novedades están en línea con lo esperado, sirven para acomodar el mercado”, comentaron desde una terminal ante la consulta de este medio.
Un mercado paralizado
A la incertidumbre provocada por la falta de actualización de las escalas del impuesto hubo que agregarle un freno en la actividad de las plantas productivas de cuatro automotrices. Si bien estas detenciones son normales en épocas de vacaciones, lo que ocurrió -y ocurre- en esta oportunidad es que no hay una fecha prevista de reinicio.
Esto se debe a que las cuatro marcas se enfrentan a una falta de autopartes e insumos importados por parte de los proveedores, con quienes todavía tienen deudas generadas en 2023 como consecuencia del cepo total al acceso de divisas que dispuso el entonces ministro de Economía Sergio Massa.
Hoy, con el cambio de gobierno, rige la flexibilización del régimen de importaciones y liberación de dólares del Banco Central, pero el sector, incluidas terminales y autopartistas, acarrea una deuda que supera los US$7000 millones, acorde a la información compartida por la Asociación de Fabricantes de Automotores (Adefa).
De momento, no hay novedades en torno al reinicio de la actividad productiva, pero sí se prevé que con estas nuevas escalas del tributo empiecen a reanudarse las operaciones de venta al público y que la oferta se acomode “un poco” en relación a la demanda. “Tuvimos consultas, hay interés y listas de espera”, se sinceró una marca. “Enero fue un mes desafiante, pero dentro de todo hubo algo de movimiento”, remarcaron desde otra terminal.
Precios más baratos para los clientes
En resumidas cuentas, esta información oficial es una buena noticia para el reinicio de las ventas. No obstante, todavía quedan problemas por solucionar. Por un lado, las terminales deben hacerle frente a la dificultad para importar insumos y resolver la deuda con los proveedores.
Por el otro, las concesionarias podrían estar frente a un momento de venta a pérdida. “Las agencias tienen stock que compraron con las escalas viejas y ahora van a vender con los precios nuevos, lo que puede provocar que terminen vendiendo a pérdida”, le explicó Domínguez a LA NACION. “Sobre el stock se aplica el impuesto interno anterior; sobre lo que se compre a partir de ahora, la escala nueva”, completó.
Mientras tanto, los consumidores empezarán a ver precios de autos más baratos tanto en listas como en concesionarias gracias a la suba de la primera escala. “Habrá que ver cómo se desenvuelve el mercado. Esto implica una baja de los precios al consumidor, pero hay que ver si las agencias pueden asumir esa pérdida total o parcialmente”, cerró el tributarista.