Los autos dan señales de que algo anda mal a través de los ruidos que pueden aparecer en la carrocería y el motor; estos son los cinco que ningún conductor debería ignorar
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Los autos, por ahora, no hablan, aunque decir esto signifique desilusionar a los fanáticos del Rayo McQueen y a todos aquellos que esperan encontrar vida en los bienes materiales. Sin embargo, sí se comunican ¿Cómo? A través de ruidos y señales que, interpretadas correctamente, pueden servir como una alerta al conductor para indicarle que algo anda mal.
Con un oído entrenado, detectar un ruido a tiempo y llevarlo al mecánico para una revisión puede evitar una reparación más grave y cara, una falla en el funcionamiento del vehículo y, en el peor escenario, riesgos al volante. En este sentido, estos son algunos de los más comunes y potencialmente peligrosos.
1. Clics metálicos
Los golpeteos o clics metálicos en un auto son multicausales y va a depender de dónde provengan su significado. Si vienen del motor, por ejemplo, pueden indicar problemas en los componentes, como los pistones, bielas, válvulas o bujías. También podría indicar que falta aceite. Si el ruido desaparece tras un par de minutos no vale la pena preocuparse de más (siempre que el nivel de aceite sea el adecuado), pero si persiste, hay que llevarlo al mecánico para evaluar si hay un desgaste.
Si el origen del cliqueo metálico proviene del sistema de escape podría querer decir que hay tubos de escape sueltos o soportes dañados. Puede venir también de la suspensión, por desgaste de amortiguadores o resortes; o del volante, caso en el cual podría indicar problemas en el sistema de dirección, como juntas universales desgastadas o componentes sueltos.
2. Chirridos al frenar
Otro de los ruidos típicos que tienen que ser atendidos son los chirridos al frenar, ya que normalmente son un indicador de un problema en el sistema de frenos y este es uno de los elementos cuyo estado impecable es primordial para garantizar un nivel de seguridad.
La causa más común de este ruido suele ser el desgaste de las pastillas de freno. Las pastillas están diseñadas con un material que se desgasta gradualmente con el tiempo; cuando el desgaste es profundo, el metal de las pastillas entra en contacto con el disco de freno (tambor en el caso de frenos de tambor), y se genera una fricción que genera un chirrido agudo y penetrante al aplicar los frenos. De hecho, las pastillas de freno suelen estar equipadas con indicadores de desgaste que emiten este ruido a modo de advertencia. En este caso, a menudo se necesita rectificar o reemplazar los discos de freno.
Otra posibilidad es que los frenos estén mojados, después de manejar bajo la lluvia o pasar por charcos de agua y que estén generando un chirrido que debería cesar una vez que se seque completamente.
La suciedad -acumulación de polvo y otros residuos- también puede ser un motivo del ruido. Para resolver este escenario basta limpiar y lubricar adecuadamente las partes del sistema de frenos. Las pastillas de freno de baja calidad, por su parte, también pueden estar generando ruidos, ya que pueden estar promoviendo un rendimiento menos eficiente y, por ende, un mayor desgaste.
En casos menos comunes pero posibles cabe la chance de que haya un calibrador de freno atascado, un cilindro maestro defectuoso o problemas con el sistema antibloqueo de frenos (ABS). Estos problemas requieren una atención especial inmediata.
3. Zumbidos en las ruedas
Los zumbidos en los neumáticos son otra alerta a la que es fundamental prestar atención a tiempo. Entre los motivos más comunes está el desgaste irregular de los neumáticos. Esto pasa cuando los neumáticos no están alineados adecuadamente o están desgastados de manera desigual. En este caso, los ruidos son más comunes a altas velocidades. Rotar las ruedas y y mantener la alineación adecuada puede ayudar a prevenir este problema.
Por otro lado, cuando la banda de rodadura de las llantas es insuficiente también se pueden producir zumbidos; o cuando los rodamientos de las ruedas están dañados, ya que estos garantizan que los neumáticos giren suavemente. En caso de que este sea el caso va a ser necesario reemplazar los rodamientos de las ruedas de inmediato. Cabe, también, la posibilidad de que haya un cuerpo extraño -como un clavo o una piedra- atrapado en alguno o ambos neumáticos.
4. Silbidos en el motor
Los silbidos del motor en un auto pueden ser un signo de varios problemas potenciales en el sistema de admisión de aire o en el motor mismo. Suelen ser causados por la entrada de aire no deseado o la fuga de aire en lugares donde no debería ocurrir. La ubicación del silbido en el motor puede proporcionar pistas importantes sobre la causa subyacente del problema.
Puede pasar que haya una fuga, cuando las mangueras, tubos, juntas o conexiones del sistema de admisión de aire están habilitando una entrada adicional de aire en el motor, lo que genera un silbido característico. Esto puede afectar negativamente la mezcla aire-combustible y el rendimiento del motor.
Otra posibilidad es una fuga en el sistema de vacío. El mencionado sistema controla varios componentes como la válvula de control de aire ocioso, la válvula de recirculación de gases de escape (EGR) y otros. Las fugas en este sistema pueden causar silbidos y problemas en el funcionamiento del motor.
También puede tratarse de un problema en la junta del colector de admisión o escape. Las juntas entre el colector de admisión y el colector de escape pueden dañarse con el tiempo, lo que permite la entrada de aire y la generación de ruidos de silbido. Esto también puede causar problemas en la mezcla de aire y combustible.
5. Ruidos vibrantes al girar el volante
Los ruidos vibrantes al girar el volante son otro indicador de que algo anda mal y, normalmente, van a estar ligados a la dirección asistida, las juntas universales o el sistema de suspensión.
En la primera opción puede ser que haya una bomba de dirección asistida defectuosa o una fuga en el sistema, o que haya un problema en la dirección misma, en la columna de dirección o en el conjunto de la dirección. Estos problemas deben abordarse de inmediato, ya que pueden afectar la capacidad de controlar el vehículo.
Puede ser también que las juntas universales estén dañadas, en un auto con tracción a cuatro ruedas (4WD) o tracción delantera, y que las juntas universales dañadas en el sistema de transmisión estén generando ruidos y vibraciones raras al girar el volante.
La tercera posibilidad es que haya un problema en la suspensión y que los componentes -desde amortiguadores, resortes o brazos de control- estén desgastados y estén trasladando las vibraciones al volante.
LA NACION