La posibilidad de usar dólares propios para importar autos de más de US$25.000 está acelerando la entrada de unidades de lujo, dice Hugo Belcastro, presidente de CIDOA; “2023 terminará en niveles prepandemia”, prevé
- 4 minutos de lectura'
Si las automotrices radicadas en el país sufren hace por lo menos dos años restricciones y demoras para la importación de modelos brasileños y de otros orígenes, los importadores que no cuentan con una fábrica local enfrentan una situación mucho más delicada y precaria. Las limitaciones para el acceso a dólares oficiales para importar unidades pusieron a muchas marcas entre la espada y la pared durante 2022, y el porcentaje de los autos extranjeros patentados cayó al 34% del total (incluidas las unidades que importan las terminales locales), con una contracción de las marcas del segmento de lujo y las de origen asiático.
Pero las trabas comenzaron a abrirse a partir de octubre del año pasado, cuando el Ministerio de Economía reemplazó el anterior esquema que regulaba las importaciones (SIMI) por el Sistema de Importaciones de la República Argentina (SIRA). Dentro del nuevo régimen, se incluyó una cláusula por la que bregaron los importadores de autos: la posibilidad de que el sector de automóviles de lujo pudiera ingresar unidades al país utilizando dólares propios y no dependiendo de las divisas oficiales que va liberando a cuentagotas el Banco Central.
El nuevo esquema establece que para toda unidad de un valor superior a US$25.000 FOB (free on board), es el propio importador (o su cliente) el que puede hacer uso de sus dólares propios para pagar la importación, sin recurrir a las reservas de la autoridad monetaria.
En diálogo con LA NACION, Hugo Belcastro, presidente de la Cámara de Importadores de Autos (CIDOA) y representante en el país de las marcas BAIC, Alfa Romeo, Ferrari e Isuzu, reveló que, ahora, la demora para la aprobación de una SIRA si el pago es con dólares propios es de “entre una y dos semanas”. En contraste, hay que tener en cuenta que el sistema SIRA libera los plazos para pagos de importaciones con una demora de hasta 180 días.
La implementación de la SIRA, aseguró Belcastro, fue favorable para el mercado de autos de lujo e híper lujo. “Antes era una operatoria muy inadecuada para estas marcas. Estuvieron 12 meses sin recibir permisos de importación. Ahora pueden traer mercadería usando dólares propios, sin que el Central les dé nada y encima no compiten con los de producción nacional”, resaltó.
A partir de que es autorizada la SIRA con los dólares propios, los plazos para el acceso a la unidad importada dependen de cada proveedor en el exterior, pero para tomar un parámetro la llegada en barco de un auto suele demorar unos dos meses, agregó Belcastro.
Con estas condiciones, los importadores prevén que “2023 termine en números prepandemia”, calculó el empresario. “El mercado crece. La oferta y la demanda está pareja. Enero - febrero 2023 está 7% arriba que enero - febrero 2022″, sintetizó.
Un ejemplo visible (siempre dentro de su escala) es lo que ocurre con la marca de lujo alemana Porsche. Al cierre de los primeros dos meses del año pasado había patentado apenas dos unidades, contra las seis que anotó este 2023, según las estadísticas de la Asociación de Concesionarios (Acara).
La china BAIC (manejada por el propio Belcastro) pasó de 18 unidades patentadas en los dos primeros meses de 2022 a 38 este año.
En este contexto, las marcas se animan a planear lanzamientos. Alfa Romeo, que patentó 10 unidades en estos dos primeros meses del año, evalúa traer para fin de este año el Tonale, su SUV híbrido enchufable recientemente presentado en Europa. Sin embargo, no hay precisiones por el momento ya que debe definirse el precio antes de establecer la modalidad de importación (si será con dólares propios o se apelará a una importación vía divisas oficiales). “Allá [en Europa] está 40.000 euros. Acá estamos negociando el precio, hay que ver en el cuarto trimestre cómo está el dólar oficial”, remató Belcastro.