En una era de cruceros masivos, emerge la alternativa de viajar en veleros de 136 pasajeros, menos contaminantes, con estilo; cómo es el más grande del mundo, de más de 130 metros de eslora
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Desde el puente del barco de tres mástiles, el Sea Cloud Spirit, el capitán gritó las palabras que todos estábamos esperando: “¡Levantemos las velas!”. Después de apagar los motores, mientras maniobraba para mantener un ángulo óptimo para que sus 18 marineros subieran a los obenques y desplegaran a mano los más de cuatro metros cuadrados de velas del barco.
Como acróbatas, la tripulación trepó por los mástiles hasta las velas superiores del juanete que se elevaban a casi 60 metros sobre nosotros. El capitán del barco, Vukota Stojanovic, insistió más tarde en que nada de eso era para lucirse. “Siempre que existe la oportunidad de navegar, navegamos”, afirmó.
Durante la siguiente hora, la tripulación tiró de las cuerdas hasta que las 28 velas ondearon con el viento, impulsando el barco de 137 metros de eslora, el velero de pasajeros más grande del mundo en el que las velas se izan manualmente, hacia su primer puerto de escala, Portofino, Italia.
En un momento en que las líneas de cruceros están llenando sus barcos cada vez más gigantescos con parques acuáticos y canchas de basquet, el Sea Cloud Spirit, con capacidad para 136 pasajeros, se destaca con un diseño anticuado de clipper y cubiertas de madera.
Es el barco más nuevo de Sea Cloud Cruises, con sede en Hamburgo, y aunque es el más grande de la compañía, la empresa dijo que quería dejar espacio para que los pasajeros se conectaran con los elementos circundantes.
“Dondequiera que estés en el barco, te sientes como si estuvieras sentado en el agua”, dijo Amelia Dominick, de 71 años, una agente inmobiliaria jubilada de Colonia, Alemania, que estaba en su tercer viaje a bordo del Sea Cloud Spirit.
El barco y las cabinas
El Spirit tiene muchas comodidades y lujos, incluido un gimnasio, biblioteca, peluquería y un spa con sauna finlandesa con vista al mar. Los diseños de la cubierta son espaciosos, con rincones creados para brindar privacidad y relajación.
69 cabinas tienen ventanas que se abren al mar. Mi habitación, una suite junior en la tercera cubierta, tenía dos grandes ventanas en arco, mesas de caoba, un balcón y un cómodo sofá y sillón. El cuarto de baño de mármol era lujoso, con un lavatorio bañado en oro y una gran bañera de hidromasaje.
El diseño interior está inspirado en el Sea Cloud original, construido en 1931 para Marjorie Merriweather Post, la heredera estadounidense de General Foods Corporation, con paneles de madera brillantes y adornos dorados.
El Sea Cloud era el yate de vela privado más grande del mundo antes de que Post lo entregara a la Marina de Estados Unidos para usarlo como barco de informes meteorológicos durante la Segunda Guerra Mundial. Desde entonces, el barco de cuatro mástiles y 64 pasajeros ha sido restaurado a su antiguo esplendor y navegará por el Egeo y el Adriático este verano.
Navegación
La experiencia se sintió auténtica, incluso antes de izar las velas, con un detallado simulacro de seguridad. En la mayoría de los cruceros, el simulacro implica ver un video de seguridad y registrarse en un punto de reunión. Pero aquí, los pasajeros se pusieron sus chalecos salvavidas y recorrieron escenarios de emergencia que incluían racionar los suministros de alimentos y pescar desde el bote salvavidas.
Cada día, las velas estaban izadas, incluso durante fuertes lluvias y vientos de más de 30 nudos. Los huéspedes que quieran participar en el aparejo suelen ser invitados a hacerlo, pero las condiciones meteorológicas hacían que esta navegación fuera demasiado arriesgada.
“Fue increíble ver el trabajo de izar y arriar las velas y experimentar la fuerza del viento empujando el barco tan rápido sin los motores”, dijo Malte Rahnenfuehrer, un psicólogo de 50 años de Zurich, que viajaba con su pareja y sus dos hijos.
El capitán
Es raro que los pasajeros de cruceros vean al capitán del barco después de las bebidas de bienvenida iniciales o de la cena de gala. Pero el capitán Vukota Stojanovic estuvo omnipresente durante todo el crucero, desde zarpar hasta ser salvavidas y socializar con los huéspedes.
Originario de Montenegro, el capitán Stojanovic piloteó buques portacontenedores durante años. Cuando le pidieron que considerara dirigir el Sea Cloud original hace casi 10 dudó porque no tenía experiencia en navegación. Incluso después de aprender a manejar las cuerdas, y hay 340 cuerdas (conocidas como aparejos de trabajo) en el barco, no estaba seguro.
“Llegué a amar los viajes, los barcos, la tripulación y el estilo de vida, pero todavía sentía que pertenecía a los buques portacontenedores”, dijo. “Sería un gran ajuste, sobre todo porque tendría que afeitarme todos los días”, bromeó.
Finalmente, aceptó la oportunidad y trabajó incansablemente para aprender a navegar y operar el barco. Hoy en día, mantiene una política de “puente abierto”, que permite a los pasajeros visitar la sala de control, incluso cuando él está luchando con el viento.
“La tripulación y los pasajeros son parte de la experiencia y me gusta conocer gente y recibir sus comentarios”, dijo el capitán Stojanovic.
Ambiente
Sea Cloud Cruises aspira a adoptar un enfoque “suave”, utilizando la energía eólica para impulsar sus barcos siempre que sea posible, incluso si eso significa cambiar de rumbo para lograr condiciones climáticas óptimas.
Cuando no es posible navegar, el Spirit tiene dos motores diésel-eléctricos que funcionan con combustible diésel marino con bajo contenido de azufre. La compañía también está trabajando con puertos que tienen capacidad de energía costera para conectarse a la energía eléctrica local.
A bordo, se hace hincapié en las botellas reutilizables y las pajitas de papel, y los miembros de la tripulación separan los desechos sólidos para compactarlos y eliminarlos cuando estén en puerto.
Excursiones y actividades
Hicimos escalas en Portofino, San Remo, Italia, y St. Tropez, Francia, anclamos en alta mar y llegamos a tierra en embarcaciones auxiliares, en contraste con los grandes cruceros con sus fuertes bocinas y espesas columnas de gases de escape que salían de sus chimeneas.
Para los pasajeros que quisieran darse un chapuzón (no hay piscina), la tripulación marcó una zona en el agua con flotadores y un tobogán inflable. El agua estaba helada, pero muchos pasajeros se lanzaron desde la plataforma de natación. Los huéspedes también pueden realizar “Zodiac Safaris” alrededor del barco para verlo desde el agua.
Las excursiones abarcaron desde recorridos gastronómicos y enológicos hasta bicicletas eléctricas y viajes a la playa. En Portofino, los pasajeros tuvieron libertad para explorar los lugares de interés de forma independiente, incluida la fortaleza Castello Brown y el faro en la roca Punta del Capo.
Hubo tiempo suficiente para comer en tierra ya que el barco no zarpó hasta las 11 de la noche. Durante el verano, el Sea Cloud Spirit navegará a España, Portugal, Francia y las Azores, entre otros destinos. El 11 de noviembre partirá hacia St. Maarten en el Caribe para pasar el invierno.
Dondequiera que vaya el barco, dijo Mirell Reyes, presidenta de Sea Cloud Cruise para Norteamérica, la compañía intenta “mantenerse alejada de las multitudes y de los puertos donde los grandes cruceros escupen a 6000 pasajeros”.
The New York TimesTemas
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