La sofisticada reinterpretación de la “renoleta”, un modelo muy querido por los argentinos, fue la presentación más resonante del Salón de París; detalles y capacidades de este eléctrico que integra la ofensiva E-Tech retro junto a R5 y Twingo
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París.- La historia es patrimonio. Las páginas escritas a lo largo del tiempo simbolizan un valor que se atesora. Las hay con mayor o menor nivel de gloria, pero dentro de la industria automotriz todos los que son considerados hitos están unidos por un vector en común: el haber sabido llegar al público, el de algún modo haberse ganado un lugar en el corazón.
La potencia, el diseño, ambos a la vez o alguna otra particularidad, pueden ser el motivo de ese reconocimiento capaz de trascender épocas y generaciones. Y vaya si la casa del rombo tiene un listado como para completar una vitrina y de las grandes. El Renault 4 es uno de los anotados en esa nómina, porque se convirtió en un ícono de la movilidad a partir de una silueta simpática, una mecánica simple, un tamaño que garantizaba funcionalidad (chico y práctico), económico para usar y barato de mantener.
Su recorrido industrial y comercial en nuestro país quedó grabado en piedra en los anales de la compañía y entre los casos más particulares que cosechó a nivel internacional: se fabricó en la planta de Santa Isabel (Córdoba) entre 1963 y 1987. Ostenta el título de haber sido el segundo modelo del rombo producido en la planta argentina, después del Dauphine-Gordini. Fueron 25 años ininterrumpidos y más de 157 mil unidades las que salieron entre todas sus versiones, tanto Sedán (aunque con 5 puertas fue el primer hatch del mercado) como Furgoneta.
La pick up se incorporó ya sobre el final y llegaba desde Uruguay en régimen CKD para ser ensamblada acá. El auto fue un éxito en Europa y en Argentina. Ahora, de la mano del slogan “Liberté 4ever” (“libertad por siempre”) volvió a escena, en medio del impulso de esta “operación nostalgia” iniciada con el Renault 5 y con quien comparte la configuración totalmente eléctrica.
El ícono está de regreso, claro que no en el sentido literal, sino en una visión moderna y con el plus del “cero emisiones”, pero respetando el concepto de funcionalidad y un valor simbólico innegociable: el nombre. Por todo esto, es sin dudas la estrella resonante de esta 90 edición del “Mondial de l’Auto” que se celebra en la ciudad luz entre el 14 al 20 de octubre en el gigantesco centro de exposiciones de la Puerta de Versalles, y donde la casa del rombo es prácticamente la dueña.
Todo un E-Tech con aires retro
El original R4 está entre los autos más vendidos del mundo: logró comercializar ocho millones de unidades en más de 100 países en un lapso de 30 años. Ese notable desempeñó le valió una muy merecida evocación dentro de una de las facetas que integran el plan Renaulution que la compañía lleva adelante. ¿Y cómo es que vuelve? Luego de su aparición en Paris 2022 en su faceta de concept llamado 4ever Trophy, finalmente se materializa en modo 100% eléctrico, sofisticado y acorde a los tiempos actuales, pero sin apararse de los conceptos que antaño lo catapultaron a la fama: la versatilidad y la simpatía.
Técnicamente es un crossover del segmento B que, con 4,14 metros largo -un poco más grande que el R5 que mide 3,92 m-, fue desarrollado sobre la plataforma AmpR Small (a partir de una alianza con la firma especialista Ampere) y que tiene al espacio interior como uno de sus pilares. Este modelo, que se producirá en la planta francesa de Maubeuge (al norte de Francia), se comercializará en Europa en breve, seguramente a partir de 2025.
Vanguardista con aires del ayer
En materia estética se aprecia una sintonía con el antiguo 4 en sutiles detalles como la parrilla horizontal, realzada por un contorno luminoso de LED y que enmarca a las ópticas, también circulares y ubicadas en los extremos. Se trata del primer modelo de Renault que exhibe el logo iluminado en el centro del frontal. En los laterales resaltan los tres pliegues rectos que recorren las puertas y que traen a la memoria las molduras protectoras del legendario 4.
La pendiente del techo también tiene un aire al remate del antiguo modelo. Tanto el spoiler por encima de la luneta, como las protecciones plásticas que recorren todos los bajos, le dan un aspecto entre deportivo y campero. En la parte trasera resalta un generoso “4″ en tono satinado sobre la tapa del baúl, según la marca “destinado a evocar el carácter atemporal del modelo”. Las luces de ese sector se inspiran en las ópticas verticales del original, aunque modernizadas para adaptarse a las tendencias estéticas actuales y reforzando así su personalidad.
Sin apartar la vista de la zona posterior, se advierte que antes del pilar C conserva la famosa ventanilla lateral en forma de trapezoidal, lo que, además de extender la superficie acristalada lateral, se constituye como uno de los elementos emblemáticos heredados de su ancestro. De su antecesor prototipo dejó de lado tanto el enorme despeje como las sendas protecciones de las partes inferiores. Quizás o, mejor dicho, seguramente, al momento de su llegada a los concesionarios, habrá una opción con techo corredizo de lona, más asociada con esa idea de aventura y vida al aire libre que la marca busca enfatizar, y que en este salón mostró en el concept “Fl4wer Power” con esa configuración.
Netamente eléctrico
Inicialmente sale al ruedo con dos niveles de potencia: 120 y 150 CV. Dos variantes de batería: 40 y 52 kWh. Y dos autonomías: 300 y 400 kilómetros. Más adelante podría sumarse una versión menos potente. Los rendimientos declarados son más que suficientes para un tipo de uso urbano, interurbano o recorridos de media distancia, algo lógico si se tiene en cuenta que los kilometrajes entre ciudades europeas son más acotados que los nuestros. La carga, en tanto, es de las denominadas “bidireccionales”, ya sea para recargar sus baterías o utilizar el Renault 4 como fuente de energía. La tracción, por ahora, será al eje delantero.
El espacio bien aprovechado es lo primero que se advierte una vez las puertas abiertas, además del diseño moderno y minimalista, con una buena dosis de digitalización repartida entre el instrumental y el multimedia. Tiene un volante multifunción con un particular formato aplanado, tanto de su parte superior como inferior, y presenta un interesante mix de materiales combinados que le aportan un toque desestructurado y juvenil al ambiente. Por su buena distancia entre ejes de más de 2,6 metros, logra una muy razonable habitabilidad, con plazas traseras cómodas y una altura al techo más que correcta, mientras que el baúl puede considerarse generoso con sus 420 litros.
Un rescate emocional
Lo que queda en claro es que, tanto con el R5 como con este nuevo modelo y con el Twingo –que debería estar listo para producción en 2026- la marca demuestra que está enfocada en cumplir con la estrategia Renaulution que, entre uno de sus ejes, propone un volver a las raíces. Si hasta el mismísimo presidente Emmanuel Macron se detuvo un buen rato para recorrerlo con la mirada y con gestos de aprobación en su visita a la muestra mientras promediaba la jornada para la prensa, itinerario que arrancó por el stand del rombo.
El R4 es el mimado del grupo francés para esta edición, y está casi listo para lucirse en los showrooms de los concesionarios europeos. Y claro, el entusiasmo empieza a escalar ante una posible proyección transatlántica para dejar en el aire un inevitable interrogante: ¿vendrá para estos pagos? “Se está analizando”, comentó a la prensa de Latinoamérica Bruno Vanel, vicepresidente de Renault Group, ya que el objetivo es sumar más exponentes a la gama E-Tech (en el mercado local ya están Megane, Kangoo y Kwid) para completar el porftolio de los productos entre origen nacional y regional.
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