“Puedo ser persuasivo. Muchos de sus amigos ahora tienen Teslas y los aman”, afirmó Elon Musk
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Donald Trump, el expresidente de Estados Unidos, pasó años ridiculizando los autos eléctricos, diciendo que no tienen suficiente autonomía, son demasiado caros y están hechos en China. Prometió poner fin al apoyo federal a este tipo de vehículos, una parte central de la estrategia del actual presidente Joe Biden para reducir el dióxido de carbono que está calentando el planeta.
Sin embargo, en los últimos meses, a pesar de lanzar algunas críticas, Trump empezó a decir algunas cosas buenas sobre la movilidad eléctrica, asegurando que las multitudes son partidarias de este tipo de autos.
El sábado pasado fue más allá y en una reunión en Grand Rapids, Michigan, dijo: “Estoy hablando constantemente sobre los vehículos eléctricos pero eso no significa que esté en contra de ellos. De hecho, estoy totalmente a favor”. Momentos después añadió, “Los probé y son increíbles, pero no son para todos”.
Este sutil “acercamiento” comenzó después de que Trump se reuniera en marzo con Elon Musk, el multimillonario CEO de Tesla, en Palm Beach, Florida.
Los dos hombres comenzaron a tener discusiones frecuentes sobre una variedad de temas, incluidas conversaciones sobre vehículos eléctricos, según comentarios que Musk hizo el mes pasado en una reunión de accionistas, Trump lo “llamó de la nada”. “No sé por qué lo hizo, pero lo hizo”, dijo Musk.
La primavera se convirtió en verano y Trump cambió sus ataques a la fiabilidad y valor de los vehículos eléctricos: dijo que cualquiera que quiera comprar un vehículo eléctrico debería poder hacerlo, pero que el gobierno no debería moldear el mercado de automóviles.
Consultado en la reunión de accionistas de Tesla en junio sobre el aparente cambio de Trump, Musk respondió: “Puedo ser persuasivo. Muchos de sus amigos ahora tienen Teslas y los aman. De hecho, Trump es un gran fan de la Cybertruck”.
En 2015, The Washington Post informó que la flota de vehículos personales de Trump incluía un Tesla. Como presidente, Trump una vez celebró un evento en la Casa Blanca para promover una camioneta eléctrica fabricada por Lordstown Motors, que luego se declaró en bancarrota. La cosa cambió en 2020, cuando luego de su derrota electoral, cuando Biden comenzó un esfuerzo para que los vehículos eléctricos salieran adelante, el ex presidente comenzó a atacarlos.
Ni Trump ni Musk respondieron a una solicitud de comentarios.
Ambos hombres podrían beneficiarse de esta nueva alianza
Para Trump, el apoyo entusiasta de Musk, uno de los hombres más ricos del mundo y una figura casi mítica entre los republicanos, sería útil. “Lo único relacionado con los vehículos eléctricos que les gusta a los republicanos, es que les gusta Elon,” dijo Mike Murphy, un veterano consultor republicano que promueve los vehículos eléctricos.
“Elon Musk. Amo a Elon Musk,” dijo Trump a la multitud el sábado. “¿Lo amamos? Yo lo amo.”
Para Musk, la eliminación del crédito fiscal federal de US$7500 para los compradores de vehículos eléctricos podría perjudicar a General Motors, Ford y otros competidores de Tesla. La Ley de Reducción de la Inflación de 2022 proporciona créditos fiscales de hasta $7500 para los compradores de vehículos eléctricos, pero algunos modelos de Tesla no califican debido a varios requisitos, incluidos que los vehículos no tengan componentes fabricados en China.
“Saquen los subsidios” escribió Musk en la plataforma social X este mes. “Solo ayudará a Tesla”.
Según analistas, Tesla, que tuvo una enorme ventaja en la producción y ya tiene una red de estaciones de carga, tiene más chances de seguir siendo rentable sin subsidios que los fabricantes de automóviles tradicionales como GM o Ford, han dicho los analistas.
Musk alguna vez fue un crítico agudo de Trump, renunciando a dos consejos asesores durante su mandato por su decisión de retirar a Estados Unidos del acuerdo climático de París. Sin embargo, luego del intento de asesinato del 13 de julio, respaldó su campaña para regresar a la Casa Blanca.
“Elon me respaldó el otro día”, dijo Trump en el encuentro del sábado. También mencionó que el CEO de Tesla prometió donar US$45 millones al mes a su campaña electoral.
A pesar del apoyo de la administración Biden a los vehículos eléctricos, Musk se siente menospreciado desde 2021, cuando Tesla no fue invitada a una reunión en la Casa Blanca sobre vehículos eléctricos. Al magnate no le gustó el apoyo de la administración a los fabricantes de automóviles sindicalizados de Detroit y se ofendió cuando Biden publicó un video en X en enero de 2022 en el que hablaba con Mary Barra, la presidenta y CEO de General Motors. “Iba en serio cuando dije que el futuro se iba a hacer aquí mismo en Estados Unidos,” escribió Biden. “Empresas como GM y Ford están construyendo más vehículos eléctricos aquí en casa que nunca antes.”
Cuatro meses después de los hechos, Musk todavía estaba molesto. “Esta administración ha hecho todo lo posible para marginar e ignorar a Tesla, a pesar de que hemos fabricado el doble de vehículos eléctricos que el resto de la industria estadounidense combinada”, sentenció Musk.
El futuro de los vehículos eléctricos y el curso de la transición hacia la energía limpia en Estados Unidos podría verse alterado por las elecciones de 2024.
Trump, quien ha descartado el cambio climático como un engaño, quiere expandir la perforación de petróleo y gas. Biden y la vicepresidenta Kamala Harris consideran el cambio climático una amenaza urgente y quieren alejar al país de los combustibles fósiles y hacia la energía limpia.
En respuesta a las políticas de la administración Biden, los fabricantes de autos estadounidenses invirtieron miles de millones de dólares para crear capacidad de producción de vehículos eléctricos, que representaron el 6.8% de las ventas de vehículos nuevos en Estados Unidos en mayo, según Edmunds, una empresa que revisa autos que rastrea el mercado automotriz.
En el mercado global, los fabricantes de autos estadounidenses enfrentan una fuerte competencia de BYD, la principal empresa automotriz de China fuertemente subsidiada por el gobierno del gigante asiático que produce automóviles baratos que inundaron el país y están comenzando a venderse en Europa.
“Cualquier CEO automotriz dirá que los vehículos eléctricos van a salvar la industria automotriz para que los chinos no la dominen,” dijo Murphy. “En la mente de Trump, él identifica las inversiones en vehículos eléctricos con la política de Biden y por eso la ataca”.
Cuando se habla de autos eléctricos, hay una clara división partidaria en la opinión pública.
En una encuesta del Centro de Investigación Pew en junio, el 77% de los republicanos dijo que no consideraría comprar un vehículo eléctrico y solo el 13% informó estar “muy interesado”. Mientras tanto, el 45% de los demócratas que dijeron estar “muy interesados” en que su próximo auto sea eléctrico.
“Trump está aprovechando algo en lo que los republicanos realmente creen” dijo Whit Ayres, un consultor político republicano. “Es mucho menos probable que consideren comprar un vehículo eléctrico y resienten la idea de que el gobierno vaya a venir y a subsidiar a estos demócratas que quieren comprar uno”.
Trump insiste en que el mercado automotriz de Estados Unidos nunca será completamente eléctrico. “El 100% de los autos no pueden ser eléctricos”, dijo a la multitud en Michigan el sábado. “No podemos electrificar nuestras ciudades”.
El candidato repitió la promesa familiar de poner fin al “mandato de vehículos eléctricos el primer día”, frase que usa para referirse a los límites de emisiones de gases de escape de autos de la administración Biden, para asegurar que la mayoría, no el 100%, de los nuevos autos de pasajeros y camiones ligeros vendidos en Estados Unidos sean completamente eléctricos o híbridos para 2032. No prohíbe la venta de automóviles y camiones a nafta.
Mientras la Ley de Reducción de la Inflación avanzaba en el Congreso en 2021, Musk argumentó que debería abandonarse. Dijo que los niveles de gasto del gobierno eran “insanos”.
“No necesitamos el crédito fiscal de US$7500” dijo Musk en una conferencia del Wall Street Journal. “Honestamente diría que cancelen todo este proyecto de ley. No lo aprueben”. También desestimó el dinero federal para construir estaciones de carga para vehículos eléctricos: “¿Necesitamos apoyar a las estaciones de servicio?”, preguntó retórticamente. “No”.
Tesla se benefició del dinero del gobierno en el pasado. La compañía recibió una garantía de préstamo de US$465 millones del Departamento de Energía que le permitió producir vehículos completamente eléctricos especialmente diseñados y construir una instalación en California para fabricar paquetes de baterías, motores eléctricos y otros componentes. Reembolsó el préstamo en 2013.
Musk parece no estar preocupado por la declaración de Trump de que pondría fin a las políticas diseñadas para que más personas compren vehículos eléctricos. “Todo va a estar bien”, tuiteó en X.
Sin embargo, Trump y sus aliados han promovido otras políticas que sí podrían perjudicar a Tesla.
Un ejemplo de esto es el Project 2025, un plan para una próxima administración republicana redactado por más de 100 ex asesores de Trump que pide revocar la capacidad de California para establecer sus propios estándares de emisiones. Esa capacidad, bajo una exención de la Ley de Aire Limpio, ha sustentado el objetivo de California de vender solo vehículos de cero emisiones para 2035, convirtiendo a Tesla en un jugador importante en ese mercado.
Los conservadores dijeron que creían que Musk tenía poco de qué preocuparse con una segunda administración de Trump.
“No veo el riesgo negativo desde una perspectiva comercial para Musk”, comentó James Pethokoukis, miembro senior del American Enterprise Institute, una organización de investigación de tendencia derechista en Washington. “¿Qué tan parece probable es que las acciones de la administración Trump socaven a la única empresa estadounidense que tiene éxito en la fabricación de autos eléctricos, que tiene sede en Texas, emplea a 150.000 personas y cuyo propietario es ahora un gran donante del Partido Republicano?”, preguntó Pethokoukis.
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