El Toyota Prius cambió totalmente su fisonomía estética, también mejoró la mecánica híbrida y las prestaciones para lograr consumos realmente muy bajos sin perder performance
Presentado oficialmente en 1997, el Toyota Prius es quizás el sinónimo más acabado de lo que es un auto híbrido; no por nada, es el modelo de ese tipo más vendido del mundo. Introducido en la Argentina en 2009, llegó ahora su cuarta generación –notablemente mejorada en todos los aspectos– producida en Japón en una única versión.
De silueta personal e inconfundible, es notable cómo ha evolucionado su fisonomía: ya no hay formas suaves y redondeadas sino que todo tiene un lenguaje mucho más rupturista, en el que abundan los ángulos y las aristas, y se cambió desde el diseño de las ópticas y la parrilla hasta el de las puertas.
Como todo fue pensado para mejorar la aerodinámica en busca de lograr un menor consumo, el perfil también muestra cambios notables: por ejemplo, la silueta acentuó la forma de cuña, la caída del techo se hizo más larga y paulatina, y se aumentó el volumen en la parte trasera (especialmente en la parte baja de la carrocería).
En contraste con tantos ángulos, el interior luce suave y vanguardista. Tiene espacios generosos en todas las plazas y muestra acabados y terminaciones de calidad. Lo mismo puede decirse del equipamiento, que incluye Head-up display, asientos delanteros calefaccionados, control de velocidad crucero, cámara de retroceso, cargador inalámbrico para celulares, sistema multimedia con pantalla táctil de 7’’, GPS y dos display de 4,2’’ cada uno que ofrecen una cantidad de información excepcional (historiales de consumo día por día, porcentaje de uso del motor eléctrico, evolución del proceso de carga de baterías, etc). A esto se agrega todo un completo pack de seguridad que incluye 7 airbags, frenos con ABS, EBD y asistente de frenado de emergencia (BA); controles de estabilidad y tracción, y anclajes Isofix, entre otros.
La posición de manejo es muy fácil de encontrar gracias a las numerosas regulaciones de butaca y volante, aunque puede resultar un poco baja para algunos. Un punto negativo es que la luneta, al estar dividida en dos y tener el spoiler, limita bastante la visión hacia atrás.
Uno o dos
El Prius cuenta con un motor naftero 1.8 L de cuatro cilindros en línea del ciclo Atkinson, que eroga 92 CV a 5200 rpm con un torque de 14,5 kgm a 3600 rpm, y uno eléctrico de 72 CV (53 kW) a 13.500 rpm (con un par de 16,6 kgm) para generar una potencia total de 122 CV (tiene 14 CV menos que la generación anterior). A estos se asocia una caja automática CVT de relaciones continuamente variables. Con el conjunto a pleno, alcanza los 100 km/h desde cero 12 s y consigue una velocidad máxima de 184 km/h (declarada por el fabricante).
Como en todo híbrido, los impulsores pueden funcionar tanto por separado como combinados. De hecho, cuando se arranca el vehículo –lo único que indica que está encendido es una leyenda en el tablero que dice Ready– es el eléctrico el encargado de ponerlo en marcha. Así, y si se lo conduce sin aceleraciones bruscas se puede circular exclusivamente con éste hasta alcanzar los 60 km/h. A partir de ahí comienza a actuar el de combustión.
El Prius permite cuatro modos de conducción: Normal (con los dos motores interactuando entre sí, que muestran consumos, precisamente, normales); Power (actúan los dos juntos para entregarle toda la potencia disponible y es aquí donde el gasto aumenta); Eco (regula la entrega para reducir el gasto de nafta y va intercalando el uso entre uno y otro), y EV (funciona sólo el eléctrico, y da una autonomía de unos 80 km).
Lo más destacable, claro está, son los niveles de consumo: 6,5 L/100 km a 120 km/h en ruta, y apenas 5 L/100 km en ciudad (el motor eléctrico es la estrella al moverse en el tránsito).
Suave y silencioso son los dos adjetivos que mejor definen la conducción del Prius. Además, y gracias a que se le incorporó un nuevo esquema de suspensión trasera, mejoró notablemente el confort de marcha y el comportamiento dinámico: ahora se lo nota aplomado y firme y transmite seguridad tanto en velocidad como en curvas cerradas.
Si bien tiene un precio todavía alto (US$ 38.900), el pionero tiene razones de sobra para seguir siendo un referente entre los híbridos.
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