Ofrece un gran habitáculo, tecnología y confort, a lo que suma una mecánica moderna y eficiente, de notables prestaciones y capacidades dinámicas
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El Volkswagen T-Cross logró en 2020 una meta que muchos otros modelos intentaron, pero no lograron: destronar de la cúspide de ventas al precursor de los B-SUV, el Ford EcoSport, luego de más de una década de reinado.
Sin embargo, nada peor que clavarse una astilla del mismo palo. Cuando se lanzó el Nivus a fines de 2020, con su silueta coupé y motor 1.0 turbo, el T-Cross, aunque en un escalón superior en cuanto a dimensiones, quedó un poco descolocado con su veterano propulsor MSI 1.6 L aspirado de 110 CV. Ante esto, a mediados del año pasado, las versiones Comfortline y Highline (no así la entrada de gama Trendline) del T-Cross recibieron dicha planta motriz de 3 cilindros con turbocompresor, denominada 200 TSI (por el torque o par expresado en Nm).
Aunque ya lo habíamos probado con anterioridad, el verano dio la posibilidad de realizar un test de mayor kilometraje y poner a este Volkswagen T-Cross 200 TSI fuera de la ciudad, quizás el hábitat más común para este tipo de vehículos B-SUV con tracción simple, pensados para la movilidad familiar urbana y viajar sobre asfalto.
El cambio de motor, que todos reclamábamos, le cayó de perlas al T-Cross en cuanto a rendimiento y eficiencia; pero, como un alto directivo de VW sentenció “hay que ver si el público está dispuesto a pagarlo”. Aquí abrimos un paréntesis para analizar la performance de los B-SUV de VW en 2021. Por un lado, hubo una “canibalización” de parte del Nivus sobre el T-Cross; de hecho, compiten en el mismo segmento y si bien la estética del T-Cross es bonita, también es conservadora y familiar, mientras que la del Nivus es muy atractiva para los que buscan un SUV más deportivo. También hay que tener en cuenta la falta de stock que aqueja a todas las terminales con los vehículos provenientes del exterior (el T-Cross proviene de Brasil), que distorsionó el mercado, y la abundante oferta de modelos en el segmento. De todas formas, en 2021 se patentaron 5434 unidades de Nivus y 4403 de T-Cross, una caída del 55% respecto de las 9779 que lo pusieron en la cima de todos los SUV en 2020.
Eso sí, para viajar, el hermano más pequeño (Nivus) no tiene el amplio habitáculo del T-Cross, en el que cuatro adultos pueden acomodarse con mucho confort tanto para las piernas como en altura, además de disponer de salidas de aire propias, dos puertos USB y hasta un práctico revistero colgante. El conductor y los ocupantes disfrutan además de la tecnología del sistema multimedia VW Play, que estrenó el Nivus, pero que se incorporó al T-Cross en esta versión Highline 200 TSI. De fácil e intuitivo manejo, la interfaz es similar a la de un smartphone con íconos para acceder a las apps y funciones; no tiene navegaor nativo, pero ofrece Waze, además de conexión vía Apple CarPlay (inalámbrica) y Android Auto, con cable al USB bajo la pantalla de 10 pulgadas. Cuenta además con el tablero 100% digital Active Info Display que es una maravilla: configurable, pleno de información y fácil de leer; un lujo.
Dimensiones y capacidades
- Largo: 4,199 m
- Ancho: 1,76 m
- Alto: 1,568 m
- Distancia entre ejes: 2,651 m
- Capacidad del baúl: 373 / 420 L
- Capacidad del tanque: 52 L
- Peso: 1265 kg
Los puntos débiles para los viajes son dos: el compartimiento de carga no es muy grande, tiene 373 L con el piso del baúl plano, pero que se expanden a 420 L si se utiliza un pliegue que hace bajar una parte del mismo a costa de un formato irregular. El otro es el auxilio temporal 195/65 R15 (calza 205/55 R17), aunque hoy este tipo de neumático temporal está generalizado.
El conjunto mecánico está compuesto por el mencionado motor tricilíndrico 1.0 L turbonaftero que entrega una potencia de 116 CV a 5500 rpm y un torque de 200 Nm (20,4 kgm) desde las 2000 rpm hasta las 3500, asociado a una caja de velocidades automática Tiptronic (con convertido de par) de seis velocidades muy eficaz en su funcionamiento y con tendencia a ir en cambios altos, lo que baja el consumo (en D6 a solo 2500 rpm se viaja a 130 km/h). Si hace falta tener algo más de reacción, se puede bajar uno o más cambios con las levas en el volante (también con la palanca, con la que puede ponerse además en modo Sport). El conjunto se muestra siempre ágil y de rápida respuesta, tal como lo indican los 10,63 segundos que necesita para acelerar de 0 a 100 km/h, los 17,54 s para la milla (0-400 m) y los 7,92 s para recuperar de 80 a 120 km/h. También son muy buenos los registros de consumo en ruta a 100 km/h (5,8 L/100 km), 130 km/h (7,2 L/100 km) y urbano (9,7 L/100 km).
Mecánica
- Motor: naftero turbo
- Cilindros: 3 en línea
- Cilindrada (cc): 999
- Compresión: 10,5:1
- Válvulas: 12
- Potencia: 116 CV a 5500 rpm
- Par (kgm/rpm): 20,4/2000
- Caja: automática Tiptronic de 6 marchas
- Tracción: delantera
Tiene un destacado comportamiento dinámico: franco, estable y aplomado en todo tipo de maniobras, donde sobresalen tanto las suspensiones como la excelente dirección eléctrica; por si fuese poco, absorbe muy bien las imperfecciones, ofreciendo un muy buen confort de marcha. Los frenos (discos en las 4 ruedas) son casi como los de un deportivo: se detiene de 100 km/h a 0 en 37,7 m. Extraordinario.
Cuenta con el equipamiento de seguridad estándar: control de estabilidad y tracción, asistente de arranque en pendiente, control de velocidad de crucero normal, pero no dispone de ningún ADAS (asistentes a la conducción), como sí tiene su “hermano-rival” Nivus. Eso sí, equipa seis airbags, anclajes Isofix y una excelente combinación de cámara de retroceso con guías dinámicas y sensores delanteros y traseros con esquema del vehículo cenital para maniobras de estacionamiento. El precio de lista es de $5.458.850.
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