Esta versión base de la exitosa pickup tiene todo lo justo y necesario para ser utilizada en flotas
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La Toyota Hilux tiene bien ganada su reputación de referente de las pickups medianas locales. ¿En qué se basa esta afirmación? En algo que es inobjetable: desde hace más de dos décadas no solo es la más comprada dentro del segmento, sino que supo ser durante añares la más vendida del mercado general, un dato que no es menor si se tiene en cuenta que generalmente ese lugar lo ocupan los autos chicos de entrada de gama.
Versatilidad de usos, precio competitivo (al ser considerado vehículo de trabajo no tributa impuestos internos), fácil disponibilidad (aunque últimamente haya que esperar algunos meses para hacerse con una 0km), robustez y fiabilidad son algunos de los puntos que juegan a favor de esta camioneta producida en Zárate, además de contar con un portafolio de casi veinte versiones que incluyen distintas mecánicas y equipamientos, como para contentar a todos los usuarios. Probamos la doble cabina DX, una de las variantes más básicas y que apunta a quienes busquen una camioneta para trabajar.
- Largo: 5,325 m
- Ancho: 1,8 m
- Alto: 1,815 m
- Distancia entre ejes: 3,085 m
- Despeje: 214 mm
- Capacidad del tanque: 80 L
- Capacidad de carga: 1 tn
- Peso (máximo) en orden de marcha: 2085 kg
- Neumáticos: 225/70 R17″
Las chatas de trabajo deben cumplir varios requisitos: equipamiento básico (no son para pasear), pocos accesorios (suelen romperse cuando se las golpea) bajo consumo (fundamental, porque están muchas horas en funcionamiento constante), mantenimiento simple (más si se trata de un vehículo de flota) y, fundamentalmente, durabilidad y solidez (para estirar el tiempo de reposición); resumiendo: deben ser prácticamente indestructibles. Todo eso es lo que ofrece esta Hilux DX.
Por eso, la estética es bien simple y llana: no hay apliques, ni cromados, ni llantas de aleación de diseño, ni barras en el techo o en la caja; apenas se ven algunos detalles en negro en las manijas de las puertas, espejos, parrilla y toma de aire. Lo cual está muy bien, pues la idea es que pueda castigarse sin temor a romper accesorios.
El interior es igualmente espartano y predominan los plásticos duros (algo lógico) y la falta de chiches. Pero, en contraposición, ofrece múltiples espacios de guarda de variados tamaños (un punto fundamental), terminaciones correctas y tapizados en tela. Lo que sí suma algunos elementos de confort, como control de velocidad crucero, cierre centralizado con mando a distancia, levanta cristales eléctricos, toma de 12 V, volante con control de audio y teléfono y pantalla táctil de 8″ con compatibilidad para Android Auto y Apple CarPlay mediante USB y Bluetooth.
Por otra parte, la posición de manejo es fácil de encontrar (se regula la dirección en altura y profundidad) y el espacio en la cabina es correcto para que viajen cuatro adultos sin problema (los de atrás tienen el lugar justo y la desventaja de que los asientos son muy rectos).
Eso sí, en cuando a seguridad es bastante completa: 6 airbags, frenos con ABS y EBD, controles de tracción activo y estabilidad, asistente y luces de frenado de emergencia, control de balanceo de tráiler, asistente de arranque en pendientes y anclajes Isofix, entre otros.
Fiable y rendidor
En este caso equipa el motor diésel de 4 cilindros en línea con turbocompresor de geometría variable e intercooler de 2.4 L de cilindrada e inyección directa electrónica Common-Rail, que entrega 150 CV a 3400 rpm y 41 kgm de par entre 1600 y 2000 rpm, que se anexa a una caja manual de 6 marchas. La tracción es 4x4 con reductor electrónico.
El impulsor es el menos potente de los que equipan las Hilux, pero en este caso cumple con creces la misión para la que fue pensada: tiene la potencia y el torque justos y necesarios, con muchísima fuerza en la parte baja del tacómetro y luego una entrega bien progresiva y lineal. O sea, nunca dejará de responder y cuando se lo necesite (el arranque con mucha carga o cuando se rebaja para un sobrepaso) no va a defraudar. Además, lo acompaña la muy bien relacionada transmisión manual, con dos primeas marchas bien cortas y una sexta larguísima que permite que cuando se conduce en ruta no trabaje forzado nunca (a 120 km/h marcha a poco menos de 2000 rpm). En síntesis, es un conjunto que puede durar años y años sin problemas.
Obviamente, no hay que esperar grandes prestaciones, pero sí muy acordes para este tipo de vehículos: acelera de 0 a 100 km/h en 13,5 s, recupera de 80 a 120 km/h en 10 s y alcanza una velocidad máxima de 177 km/h. Pero no defrauda en nada en cuanto a los consumos, ya que demanda unos 8L/100 km en ruta a 120 km/h y 9,5 L/100 km en uso urbano.
- Motor: turbodiésel
- Cilindros: 4 en línea
- Cilindrada: 2393 cc
- Compresión: 15.6:1
- Válvulas: 16
- Potencia: 150 CV a 3400 rpm
- Par: 41 kgm entre 1600 y 2000 rpm
- Caja: manual de 6 marchas
- Tracción: 4x4
En cuanto al confort de marcha, es un poco ruidosa (no demasiado) cuando se la maneja en ruta y es bastante saltarina especialmente en las plazas traseras debido a la configuración de las suspensiones (pensadas para meterles carga en la caja).
El comportamiento dinámico es muy bueno en ciudad y también en ruta a velocidad regular, pero resulta un tanto inestable cuando se la lleva fuerte, en parte por el tamaño de las ruedas (225/70 R17″) y también porque es bastante alta y angosta, con lo cual hay que llevarla con mucha atención y pulso firme.
Esta Hilux DX tiene un precio sugerido al público de $7.965.000.
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