La nueva pickup compacta del óvalo tiene argumentos de sobra para destacarse en su segmento: confort superlativo, gran equipamiento y una mecánica poderosa y confiable
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Hace algunos años, y siguiendo la tendencia global, Ford tomó la decisión estratégica de dejar de producir autos (formato cada vez con menor demanda) para volcarse de lleno a los SUV y las camionetas. Y en nuestro país viene llevando su estrategia al pie de la letra: primero discontinuó varios sedanes y hatchback (Focus, Fiesta, Ka y hace dos semanas se despidió el Mondeo); luego sumó dos nuevos SUV (Territory y Bronco), y en noviembre del año último lanzó la pickup compacta Maverick, modelo global que fue presentado a nivel mundial apenas unos meses antes de su llegada a nuestro país y que inmediatamente se convirtió en un éxito rotundo (en los Estados Unidos agotó todas la unidades puestas a la venta y ya tiene comprometida toda la producción hasta 2023).
La Maverick se suma a la gama de pickups como la más chica, detrás de la Ranger y la F-150 (en sus distintas variantes), y viene a competir en un segmento en crecimiento en el cual por ahora hay dos rivales: la Fiat Toro y la Renault Duster Oroch. Fabricada en la planta de Hermosillo, en México, se ofrece en dos versiones: XLT 4x2 y Lariat 4x4, que fue la que probamos.
Como digna miembro de la familia de la raza fuerte, tiene un diseño que lleva claramente el impronta Ford: es robusta y voluminosa. La personalidad está dada por la imponente trompa que se extiende tan abajo que parece que toca el piso. En el frontal resalta también la parrilla en negro mate cruzada por una barra transversal cromada que se mete en las ópticas con forma de C, y se completa con la parte inferior negra donde se ubican los dos ganchos de rescate y la toma de aire central.
La abundancia de líneas rectas produce que la silueta sea casi rectangular y que no se encuentren detalles estridentes: es simple y sobria y con algunos apliques negros en la base, mientras que los espejos y hasta las manijas de las puertas son del mismo color que la carrocería. Quizás lo más llamativo sean las llantas de aluminio con acabado en negro brillante de 17″ que en este caso calzan neumáticos 225/65 del tipo All-Terrain.
La caja de carga, revestida en plástico de calidad, no está como en casi todas las demás pickups separada de la cabina, sino que se integra como un todo y eso la hace resaltar. Además de su buen tamaño (1,382 m de largo por 1,354 m de ancho y 51,6 cm de alto), admite hasta 613 kg. En Ford la denominan Flexbed y con eso quieren resaltar la versatilidad para llevar elementos pesados o voluminosos; por eso, cuenta con ganchos de sujeción, dos espacios portaobjetos e iluminación cenital.
En la parte trasera las luces están bien a los costados del portón y posee otro gancho para remolque (hasta 500 kg) en el centro.
- Largo: 5,072 m
- Ancho: 1,979 m
- Alto: 1,745 m
- Distancia entre ejes: 3,076 m
- Despeje: 218 mm
- Ángulo ataque: 21,6°
- Ángulo salida: 21,2°
- Capacidad del tanque: 64 L
- Capacidad de carga: 613 kg
- Capacidad tracción: 499 kg
- Peso: 1748 kg
- Neumáticos: 225/65 R17″
En síntesis: sin alardes ni estridencias, derrocha presencia y carácter y ofrece un diseño muy particular que es imposible que pase inadvertido.
Comparte plataforma con el Bronco Sport por lo que sus medidas son amplias (de hecho, es la de mayores dimensiones entre las compactas): 5,072 m de largo, 1,979 m de ancho sin espejos, 1,745 m de alto y 3,076 m de distancia entre ejes. Esta amplitud se traduce en un muy buen espacio interior, donde 4 adultos pueden viajar con extrema comodidad. A la destacada calidad de materiales y terminaciones del interior (no hay lujos, es una pickup) adiciona una buena cantidad de espacios de guarda, incluidas las cajas porta objetos ubicadas debajo del asiento trasero recubiertas en plástico y estancas. Además, hay una ventanita de apertura y cierre eléctrico en la luneta trasera que permite acceder a la caja desde el habitáculo.
La posición de manejo es óptima y se encuentra fácilmente debido a que la butaca es de regulación eléctrica. En cuanto al equipamiento, incluye climatizador automático bizona, encendido automático de luces altas, computadora de viaje con pantalla digital de 6.5″, luz de ambiente, sistema de infotaintment Sync 2.5 con pantalla táctil de 8″ compatible con Apple CarPlay & Android Auto, varios puertos USB y USB-C, entrada de 12 V, cámara de retroceso y control de velocidad crucero, entre otros.
La dotación de seguridad activa y pasiva es muy buena (7 airbags, anclajes Isofix, frenos con ABS y EBD, controles de estabilidad y tracción, asistente de arranque en pendiente, control electrónico de descenso, entre otros) y agrega el paquete Ford Co-Pilot 360 de ayudas a la conducción que incluye control automático de luces altas asistente de precolisión con detección de peatones y frenado automático de emergencia.
Casi por encima de todas
Hay algo importante a destacar de esta Maverick: no solo es la camioneta más potente del segmento, sino que, inclusive, supera ampliamente a la mayoría de las medianas. Y ese es un plus que sirve para ponerse varios escalones por encima del resto.
Esto se debe a que equipa el conocido y confiable motor turbonaftero EcoBoost 2.0 L de 4 cilindros en línea, 16 v e inyección directa de combustible, que entrega 253 CV a 5500 rpm y 39 kgm a 3000 rpm; o sea, además de tener una potencia excepcional para un vehículo de este porte y peso (1748 kg) tiene una entrega de torque muy generosa y progresiva, que hacen que siempre responda con eficacia. Lo acompaña una transmisión automática de 8 marchas que si bien no es de las más rápidas está muy bien relacionada y se acopla a la perfección con el impulsor. Esta se comanda con un dial en el que aparece la letra L; y no se trata de una baja, sino que bloquea la caja para que el impulsor trabaje siempre en un cambio bajo (útil para una trepada con carga, por ejemplo).
Los números confirman lo anterior y muestran una performance superlativa: necesita 7,2 s para acelerar de 0 a 100 km/h, 5,8 para recuperar de 80 a 120 km/h y alcanza una velocidad máxima de 177 km/h (limitada de fábrica).
Este Ecoboost es reconocido por ser muy eficiente en ruta (a 130 km/h trabaja a apenas arriba de las 2000 rpm), con consumos que rondan los 9,5 L/100 km; pero, en contraposición, en ciudad es un tanto gastador: demanda unos 14 L/100.
Las suspensiones independientes, la trocha ancha, la larga distancia entre ejes y la dirección precisa y rápida hacen que ofrezca un comportamiento dinámico sobresaliente. De hecho, transmite la sensación de estar manejando un sedán en lugar de una chata: aplomada, estable y con un gran agarre en curvas.
El confort de marcha es igual de sobresaliente: es muy silenciosa, sortea los desperfectos del camino sin ningún problema y no traslada las vibraciones o golpes a la cabina.
- Motor: turbonaftero
- Cilindros: 4 en línea
- Cilindrada: 1999 cc
- Válvulas: 16
- Potencia: 253 CV a 5500 rpm
- Par: 39 kgm a 3000 rpm
- Caja: automática de 8 marchas
- Tracción: integral AWD
- Dirección: asistida eléctricamente
Si bien cuenta con tracción integral permanente (AWD) con cinco modos de manejo (Normal, Remolcar/Arrastrar, Resbaladizo, Arena y Barro) su desempeño fuera de los caminos se ve afectado por el poco despeje (218 mm), los modestos ángulos de ataque (21,6°) y salida (22,5°) y la gran distancia entre ejes (puede provocar que la camioneta se cuelgue de panza si no se tiene cuidado al encarar desniveles). Pero más allá de eso, es muy bueno en ripio, arena, tierra y barro no demasiado profundo. Además, agrega con el paquete FX4, que es una serie de elementos pensados para el off-road: plásticos en la parte baja de la carrocería, protectores de metal de la parte mecánica y las ya mencionadas ruedas todoterreno y ganchos de remolque.
Notables prestaciones, mucho equipamiento y gran confort de marcha. La Maverick, sin duda, tiene todo como para convertirse en la referente del segmento.
El precio sugerido al público es de $6.275.000.
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