Las causas de la gran cantidad de siniestros viales en el país
En los últimos días vimos como en solo cinco siniestros perdieron la vida 43 personas. Y es la punta del iceberg, porque en realidad mueren alrededor de veinte personas por día en accidentes viales. Para cambiar esta realidad, triste por cierto, debemos ver qué estamos haciendo mal para luego encontrar soluciones. El punto es que hacemos casi todo mal y es difícil encontrar la punta del ovillo. ¿Cuáles son los problemas principales para entender por qué estamos como estamos? 1) No tenemos estadísticas oficiales sobre siniestralidad; 2) casi no hay educación vial y concientizamos mal; 3) los controles son muy escasos y de mala calidad; casi todos estáticos cuando necesitamos dinámicos; 4) para la mayoría de los municipios y las provincias la seguridad vial no es un tema urgente ni demandado por la ciudadanía; 5) obtener una licencia de conducir sigue siendo casi un trámite administrativo; 6) se puede cometer cualquier tipo de infracción delante de la policía sin que se inmute; 7) menos del 20% de los motociclistas usa casco y algo más del 50% tiene registro; 8) la infraestructura vial es muy pobre. Hay solo 3800 km de autopistas en todo el país; 9) según las automotrices, la seguridad está en el puesto 5 o 6 de los atributos demandados por los usuarios; 10) el parque automotor está atrasado entre 10 y 13 años en materia de seguridad respecto de los países más desarrollados. 11) las penas por cometer delitos viales son muy laxas y tenemos esa sensación de omnipotencia mezclada con impunidad; 12) no respetamos las más mínimas normas viales ni conocemos la ley de tránsito.
Podría seguir, pero esto alcanza para entender que si hacemos casi todo mal el resultado nunca será bueno. Falta voluntad política para generar los cambios necesarios y gente idónea que los implemente en todos los niveles. Repitiendo el mismo proceso solo obtendremos el mismo mal resultado. Más de 7000 muertes por año demandan otro enfoque a un problema que se lleva casi el triple de vidas que la inseguridad.
El autor es presidente del Observatorio Vial Latinoamericano (Ovilam)