Una iniciativa internacional busca impulsar cambios culturales y que el tema sea tomado como una política de estado; qué sucedió en las ciudades en que se implementó; qué pasa en la Argentina
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Los cambios culturales demandan tiempo. Sin embargo, hay iniciativas que logran hacerlo en plazos cortos y con buenos resultados. Una de ellas es la que lleva adelante Bloomberg Philantropies por la Seguridad Vial Mundial (BIGRS), que viene realizando un profundo trabajo en 30 ciudades de 15 países apoyando a los gobiernos para implementar mejores prácticas en lo que hace a seguridad vial.
La iniciativa apoya a las ciudades en el marco de un programa global para desarrollar y poner en marcha las acciones basadas en evidencia que reducen las muertes y lesiones graves en el tránsito de manera práctica desde cuatro enfoques: 1) control y fiscalización de las normas de tránsito relativas a los factores de riesgo (como el exceso de la velocidad y el consumo de alcohol al volante); 2) campañas de comunicación para el cambio de comportamiento; 3) mejoras en el diseño urbano y la infraestructura para la movilidad, y 4) monitoreo, uso de datos y evaluación sobre las tendencias de la siniestralidad vial. En el país, las ciudades de Córdoba y Buenos Aires forman parte de esta red y sus cambios pueden influenciar en positivo a las demás urbes.
Yendo a los datos concretos, la seguridad vial es un problema de salud pública, ya que los siniestros viales evitables producen cada día en el mundo 3700 fallecimientos y millones de personas con heridas o discapacidades. “Las lesiones de tránsito son la principal causa de muerte de personas de entre 5 y 29 años, la mayoría están en países de ingresos bajos y medios. Estos siniestros afectan a quienes los sufren y a toda la sociedad, y generan una importante carga en los sistemas de salud, aumentando costos y tensionando su funcionamiento. Sin dudas, los siniestros viales impactan de forma negativa en el desarrollo social y económico de nuestras sociedades”, afirmó la representante de la Organización Panamericana de la Salud y Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS) en Argentina, Eva Jané Llopis.
Jané Llopis explicó que en la región más de 150 mil personas mueren al año por esta causa, de los cuales casi la mitad son peatones, motociclistas y ciclistas. Y en el mundo 9 de cada 10 personas que mueren por esta causa lo hacen en países de ingresos bajos y medios. “Esto muestra la gravedad de la situación en las Américas y nos recuerda la necesidad de abordar este tema de forma urgente”, dijo.
Aunque naciones como Suecia, los Países Bajos y España han implementado estrategias efectivas y en la región, de 2010 a 2019 Trinidad y Tobago redujo un 51% el número de víctimas fatales, Brasil un 29% y Canadá un 20%, “ningún país ha concluido sus esfuerzos, pero existen experiencias de éxito para aprender. Los retos son muchos y es necesario asumirlos teniendo en cuenta las particularidades de cada país y de cada contexto. Las acciones preventivas efectivas son conocidas y están descriptas en el plan mundial para el segundo decenio de acción para la seguridad vial impulsado por la OPS y OMS, pero las prioridades en la implementación deben ser definidas por cada país”.
Jané Llopis afirmó que para abordar estos problemas es necesario una mirada sistémica, que piense a la movilidad desde la interrelación de lo ambiental, la seguridad, la sostenibilidad y la salud. “Un ejemplo concreto: la reducción de la velocidad a 30 km/h impacta directamente en la gravedad de los siniestros viales y en las emisiones de gases que se producen; además, promueve el uso de otros medios de transporte como la bicicleta o la caminata y el rediseño de las ciudades para incorporar a estos usuarios de manera segura en el tránsito”. Especificó, además, que “desde la OPS/OMS promovemos esta mirada innovadora sobre la movilidad y la seguridad vial en la Argentina, acompañando a las autoridades para pensar en conjunto políticas que transformen el espacio público en el que todos nos movemos día a día”.
Respecto de nuestro país, comentó que el Gobierno Nacional reconoce el importante rol que tienen las ciudades para acelerar las transformaciones necesarias y que las ciudades de Buenos Aires y Córdoba son parte de esta iniciativa, que esperan extender a otras en los próximos años.
Justamente, Ezequiel Dantas, asesor técnico regional de datos de Vital Strategies, especificó que la tasa de mortalidad por accidentes de tránsito en nuestro país (11 por cada 100.000 habitantes) es aproximadamente el doble que la de la Unión Europea y similar a la de Chile y Colombia.
Indicó que desde 2018 las muertes por accidentes de tránsito se han reducido gracias a un plan nacional de seguridad vial que incluye acciones para crear infraestructuras más seguras, una mayor capacidad de aplicación de la ley y una comunicación estratégica clara, y apuntó que “a través de nuestra asociación dentro de la Iniciativa Bloomberg Philanthropies para la Seguridad Vial Global, nuestro equipo ha tenido en los últimos dos años una fuerte colaboración con el Observatorio de Seguridad Vial en la Ciudad de Buenos Aires para trabajar en esta dirección. Y para mantener estos esfuerzos los datos son importantes y de mayor calidad para fundamentar las políticas e intervenciones destinadas a salvar vidas”. Sobre la ciudad de Córdoba agregó que trabajan intensamente para mejorar sus bases de datos y disponer de una base más sólida para tomar decisiones operativas y políticas en materia de seguridad vial.
En cuanto a la región, Dantas señaló que existe un riesgo compartido: el exceso de velocidad. “Es un factor clave de las muertes en las carreteras de todo el mundo. La velocidad influye en la probabilidad de un accidente como en la gravedad de sus consecuencias. En América Latina las muertes de motociclistas han aumentado en muchos países por una combinación de altas velocidades y falta de protección. Además, superar los límites de velocidad también pone en riesgo a los peatones y los ciclistas”.
Casos testigos
La ciudad de Fortaleza, en Brasil, es un caso de éxito: “En 2014 inició un plan de acción para promover la movilidad sostenible, centrándose en la promoción de la bicicleta y el transporte público y luego en los desplazamientos a pie”, comentó Dante Rosado, coordinador regional de la Iniciativa de Seguridad Vial de Vital Strategies y responsable de la gestión de BIGRS para Brasil.
En 2015 llegó BIGRS a la ciudad y la seguridad vial se ubicó como premisa principal en sus proyectos. Conectó a Fortaleza con otras ciudades para compartir buenas prácticas y formó a técnicos locales con las mejores prácticas internacionales.
Así hoy, esa ciudad es considerada un caso de testigo en materia de seguridad vial “porque la ciudad creó un enfoque sistemático para promoverla junto con la movilidad urbana basado en las mejores prácticas innovadoras, apoyadas por la voluntad política y el liderazgo, integrando a varias partes interesadas y buscando asociaciones locales e internacionales. Para este éxito hubo otros factores clave: el uso de la estrategia de proyectos piloto y provisionales; los planes de comunicación (antes y después de la ejecución del proyecto), y la adopción de soluciones exitosas de seguridad vial adaptadas al contexto local y los esfuerzos de creación de capacitaciones”, describió Rosado. Y precisó: “El principal resultado de este proceso fue la reducción continua de las muertes y lesiones por accidentes de tráfico. En 2014 la ciudad registró 377 muertes de tránsito, y en 2021, 184. En 2021 la ciudad registró 6,8 por cada 100.000 habitantes”.
Para alcanzar esto Rosado explicó que “la voluntad y el liderazgo políticos locales fueron elementos significativos. El gobierno municipal desarrolló y aplicó un enfoque sistemático. Un paso esencial fue involucrar e influir en el alcalde, los secretarios y parte de los técnicos para que entendieran que prevenir las muertes en las calles de la ciudad es uno de los logros más destacados de la gestión pública y que la omisión no es una opción. Todo eso contribuyó a explicar el impacto de los problemas de seguridad vial y a cambiar la mentalidad sobre la prioridad de las personas en los entornos urbanos en lugar de los vehículos”.
Otro caso testigo es Bogotá, Colombia, que tiene una política de seguridad vial con enfoque de “Visión Cero” que busca armonizar el límite máximo de velocidad en los corredores arteriales, comerciales, residenciales y escolares. “Desde octubre de 2018 al 30 de abril de 2022 se han salvado más de 190 vidas en los corredores donde se implementó la medida de reducción de límites de velocidad a 50 km/h. Post pandemia en Bogotá se incrementaron las cifras de fatalidades en siniestros: al 8 de junio del actual se registraban 230 muertes, cifra similar a la de 2018. Esto nos hizo repensar medidas adicionales y en 2022 con implementaciones de señalización hemos intervenido 269 instituciones educativas y 1700 medidas de pacificación de tráfico. Según un análisis interno, los siniestros graves se redujeron en un 86% en los 30 días posteriores a la implementación”, dijo el secretario de Movilidad de Bogotá, Felipe Ramírez.
Un elemento técnico adoptado en esta ciudad han sido las cámaras salvavidas, una estrategia integral que incluyó “decisión política, control y comunicación. Se instalaron 40 puntos críticos en materia de siniestralidad vial y entraron en operación con campañas de comunicación y pedagogía entre octubre de 2019 y mayo de 2020. Luego, se habilitaron 72 cámaras más en 92 puntos autorizados y en esas zonas se redujo un 48,3% los siniestros viales, y se registraron 57,4% menos de siniestros con víctimas (personas lesionadas y fatales)”, detalló Ramírez. Pero lamentó que “un fallo de la Corte impidió que usemos todas las herramientas que brindaba esa tecnología como detectar dentro del vehículo si la persona usaba el celular o el cinturón de seguridad”.
Un sondeo realizado sobre las cámaras salvavidas a infractores por exceso de velocidad, identificó que tres de cada cuatro piensan que es probable o muy probable ser detectado por una cámara salvavidas, dato que toman como una oportunidad de cambio de cultura frente al exceso de velocidad. Y según la Encuesta de Percepción de Riesgo Vial de 2019, para el 29% de las personas las calles son hoy más seguras para ciclistas y peatones que en 2015.
Finalmente, hoy trabajan en la Estrategia de Conciencia Vial sobre los pilares de infraestructura segura con intervenciones físicas en zonas de alta siniestralidad vial, priorizando la movilidad de usuarios más vulnerables. También, en la disuasión de conductas de riesgo mediante la estrategia de “controles salvavidas” (reducción de carriles en vías arteriales en horarios críticos); comunicaciones, pedagogía, cultura y comportamiento (es decir, fomentar la conciencia sobre riesgos de movilidad), y promover los buenos comportamientos en la vía. “Ahora, buscamos sensibilizar a los usuarios viales en el segundo semestre de 2022″, concluyó Ramírez.