El piloto brasileño, que corrió 19 temporadas en la Fórmula 1, llega al Súper TC2000 para competir con Toyota; humilde y cordial, viene de superar un momento difícil en su vida
Desafío y aprendizaje. Las palabras utilizadas por Rubens Barrichello en su incorporación para esta temporada al equipo Toyota Gazoo Racing Argentina para correr en el Campeonato Argentino de Súper TC2000.
El Automóvil Club Argentino fue escenario, el pasado lunes, del rutilante anuncio, dado que el paulista de 47 años posee el récord de ser el piloto con más Grandes Premios disputados en la Fórmula 1. Desde su debut en Kyalami, Sudáfrica, el 14 de marzo de 1993 con Jordan (hoy Racing Point), hasta el adiós en Interlagos, el 27 de noviembre de 2011 (con Williams), acumuló 323 GG.PP. en 19 temporadas, cifra que recién podría superar este año Kimi Raikkonen, quien acumula 313.
"Correr en la Argentina estaba en la lista de mis cosas pendientes. Desde la época en la que venía a disputar el GP de Fórmula 1 me gusta el país. En su momento no había tiempo de conocerlo, pero ahora lo tendré. Además, estaré al lado de pilotos importantísimos, en una categoría muy disputada. Es una chance única y estoy orgulloso de ser parte de Toyota. Ojalá pueda permanecer aquí por muchos años", expresa Rubinho con mucha alegría, esa que transmite con la permanente sonrisa en su rostro. Luego de superar un ACV (leve) y tras someterse a una cirugía para retirar un tumor benigno en el cuello, todo en los primeros meses de 2018, se prometió disfrutar de cada día de su vida.
El brasileño participará junto con Matías Rossi, Julián Santero y Mariano Altuna, que continúan en la escuadra que dirige Darío Ramonda. Además, Barrichello compartirá muchos fines de semana en esta temporada con Rossi, que hará su presentación en el Stock Car de Brasil en la misma estructura de la que es parte Rubens, el Full Time Sports. "Con Matías tendremos un intercambio de información importante, porque yo tengo muchas cosas por conocer aquí y él en Brasil. Creo que será divertido para todo el conjunto. Siempre digo que para mí lo más importante es que la relación se torne como una familia porque estaremos como 24 o 25 fines de semana juntos y es mejor llevarse bien. Me produce mucho gusto trabajar con él; es un monstruo del automovilismo argentino", relata quien en 2002 y 2004 fue subcampeón mundial de F1, categoría en la que venció en 11 ocasiones y subió al podio en 68.
Además, para Barrichello también será el estreno con autos de tracción delantera. "Es todo un desafío, una situación más para aprender. Es un orgullo porque es como empezar de cero, pero a los 47 años. El automovilismo me gusta tanto que enseguida me pongo a trabajar para aprender. Espero hacerlo lo más pronto posible para ser rápidamente competitivo. Del auto sé que este año tendrá más carga aerodinámica; respecto de Brasil, tiene otro tipo de neumático. Ya me hablaron un poquito de todo entre los pilotos y los técnicos, de todos aprendo, pero lo más importante ahora es hablar menos y conducir más", agrega Rubinho.
Los años en Ferrari
Tras pasar por los equipos Jordan y Stewart, Barrichello pasó a Ferrari, en 2000, siendo compañero de equipo de Michael Schumacher en el lustro dorado tanto para el alemán como para la casa italiana. En total compartieron 104 GG.PP. "Disfruté todos los años en Ferrari. La relación con Michael tuvo momentos óptimos y otros no tanto… Pero me divertí mucho en esa etapa; de todo aprendí", reflexiona el brasileño. En ese período, Schumacher logró 5 de sus 7 coronas en la F1. Pero también quedaron situaciones como el GP de Austria de 2002, cuando desde el box le pidieron a Rubinho, quien lideraba, que dejara ganar al teutón, lo que se produjo sobre la bandera de cuadros, provocando el rechazo masivo.
Un padre orgulloso
En 2017, como parte del programa de TV de Brasil Acelerados, Rubens protagonizó un emotivo momento con su hijo mayor, Eduardo. Sentado en la butaca derecha de su auto, Barrichello no pudo contener las lágrimas mientras Dudu (19 años) aceleraba su Chevrolet Cruze en el autódromo Velo Città. "Nunca había sentido tanta emoción", reconoce el exF1. "Es una inmensa alegría certificar que tienen un apego muy grande por mi carrera deportiva. Me ven como un ejemplo. Ellos me observan todos los días ir a entrenar en el gimnasio y manejar un auto de competición por gusto. Lo mejor en la vida es hacer las cosas por gusto. A mis hijos (Eduardo y Fernando, de 15 años) les enseño todos los días que lo que vale es intentar siempre. Mi familia está contenta de que venga a correr aquí; ellos se alegran cuando me ven disfrutar. Para mí es muy valioso su apoyo. Me hace muy bien", concluye el paulista.