El hatchback con aires de crossover llega en su segunda generación, con muchos cambios estéticos, gran equipamiento de confort y seguridad y una mecánica más potente y eficiente
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Si hay algo que siempre caracterizó a DS es el haber sido una marca disruptiva. Lo era cuando operaba como la división de lujo de Citroën y lo siguió siendo al independizarse en 2014 y comenzó a replantear todos sus autos y darle una vuelta de tuerca más al diseño y la personalización, siempre en busca rescatar el savoir-faire francés. Y lo logra con creces, ya que todos sus modelos ostentan una personalidad y un estilo únicos que difícilmente pasen inadvertidos.
En la Argentina, la compañía cuenta con una cartera compuesta por el SUV DS 7, el imponente sedán DS 9 y el hatchback del segmento C DS 4, cuya segunda generación se lanzó en agosto del año último y que vino a reemplazar al DS 4 Crossback que se comercializó desde 2016 (con interrupciones en la oferta) y que llega importado de Alemania en dos niveles de equipamiento: Performance Line y Trocadero, que probamos.
Y lo primero que hay que decir es que comparado con el anterior no tiene nada que ver; es que amén de moderno, se lo ve compacto, elegante y atlético, un combo que es irresistible.
- Largo: 4,40 m
- Ancho: 1,83 m
- Alto: 1,47 m
- Distancia entre ejes: 2,675 m
- Capacidad del baúl: 430/1240 L
- Capacidad del tanque: 52 L
- Peso: 1420 kg
- Neumáticos: 225/55 R18″
Vayamos por partes: primero, las medidas ahora son 4,40 m de largo (aumentó 12 cm), 1,83 m de ancho (el mayor del segmento) 1,47 m de alto y 2,675 de distancia entre ejes. En el frente estrena una parrilla grande y alta con la grilla tridimensional en negro brillante; un nuevo conjunto óptico compuesto por ópticas más delgados y modernos (los faros son proyectores matriciales y direccionales en LED); las luces diurnas en forma de zigzag (llamadas DS Wings) compuestas por dos tiras de LED; un capot con nervaduras, y varios apliques en cromado, todo lo cual le otorga cierta elegancia y músculo.
La silueta tipo fastback se mantiene, pero se ve mucho más estilizada y atlética que la anterior (no es tan redondeada). Esto está dado en parte por la longitud y también por la caída de techo, que es menos abrupta y remata en un alerón integrado al pilar C, que es más ancho. Lateralmente también abundan los bordes y los pliegues y sobresalen las llantas de 18″ con neumáticos 225/55 y las manijas de apertura que quedan escondidas en las puertas cuando el auto se pone en marcha. Asimismo, las suspensiones fueron completamente replanteadas para que la carrocería quede un poco más elevada con lo cual ganó un poco más de despeje (estilo SUV).
Finalmente, en la parte trasera sobresale la luneta inclinada, las aletas y la flamante firma luminosa con un efecto de escamas grabadas con láser.
Obviamente, el interior fue replanteado para darle fluidez y presenta una concepción más ergonómica en la que los elementos están más integrados por función. El espacio adelante es abundante pero atrás es escaso para las piernas, la posición de manejo es muy buena y fácil de encontrar, la calidad de materiales y terminaciones es magnífica, y cuenta con detalles salientes, como la salida del aire acondicionado invisible; los tapizados en cuero en los paneles; las cómodas butacas envolventes; la pantalla táctil principal de 10′' desde la que se comanda el sistema multimedia compatible con Android Auto y Apple CarPlay; el Smart Touch, que es otra pantalla más pequeña ubicada en la consola central y sobre la selectora (el E-Toggle, con forma de joystick) y sirve para comandar las funciones pre registradas por el conductor mediante gestos sin necesidad de alejar demasiado las manos y la vista, y el Extended Head-Up Display, que a través de una tecnología inmersiva, la información se proyecta directamente sobre el camino como si estuvieran cuatro metros delante del parabrisas en una diagonal de 21″. Este sirve para compensar el tablero digital, pequeño y de difícil configuración.
La oferta de componentes de confort se complementa con climatizador bizona, encendido automático de luces, techo panorámico con cortina manual, sensor de lluvia, cargador inductivo para smartphones, sensores de estacionamiento delanteros y traseros, cámara de retroceso, butacas delanteras calefaccionadas y más.
Le calza perfecto
Cuando fue presentado desde DS hicieron hincapié en que este modelo apunta a gozar de la conducción. Y por eso se optó por una mecánica que estuviera a la altura de la propuesta: el motor PureTech naftero con turbo de 4 cilindros en línea, 16 válvulas, que genera 215 CV a 5500 rpm y 30,6 kgm de par a partir de las 2000 rpm, asociado a una transmisión automática de 8 marchas de excelentes relaciones que llevan la potencia al eje delantero.
- Motor: turbonaftero
- Cilindrada: 1598 cc
- Cilindros: 4 en línea
- Válvulas: 16
- Potencia: 215 CV a 5500 rpm
- Par: 30,6 kgm a 2000 rpm
- Caja: automática de 8 marchas
- Tracción: delantera
- Dirección: asistida eléctricamente
Tanto el impulsor como la caja se complementan a la perfección, con una entrega de potencia progresiva, una gran reacción ante la demanda del pedal y una serie de cambios que pasan muy rápidamente y a las vueltas precisas, todo pensado para que manejar sea un verdadero placer y no haya que preocuparse al llevarlo en ruta (sobra energía al momento de hacer sobrepasos) y sea ágil y versátil en ciudad (el régimen es realmente bajo y se comporta como una seda). De nuevo, no hay que buscarle un perfil deportivo sino uno de deleite.
Además, está óptimamente insonorizado y las suspensiones cumplen con la misión de no transmitir las imperfecciones del terreno al habitáculo, pese al talón bajo de las ruedas.
Los números son muy buenos para un vehículo de estas características: acelera de 0 a 100 km/h en 8,7 s, la elasticidad en el 80-120 km/h es de 6,3 s y alcanza una velocidad máxima de 220 km/h. El consumo promedio está en el orden de los 9 L/100 km.
Posee una completa batería en lo que hace a seguridad, aspecto en el que agrega frenos ABS y repartidor electrónico de frenado con ayuda al frenado de urgencia (entre 0 y 140 km/h), controles de estabilidad y tracción, 6 airbags, anclajes Isofix y detector de presión de neumáticos. A esto suma ayudas a la conducción semiautónoma de nivel 2 gracias al el DS Drive Assist que incluye limitador y control crucero adaptativo con regulador de velocidad y Start-Stop, asistente al cambio involuntario de carril, sensor de punto ciego, alerta de tránsito trasero, sistema de visión 360° con cuatro cámaras y volante equipado con un sensor de pretensión para saber si quien está al volante está activo.
El precio sugerido al público es de US$75.700, un valor lógico si se considera que apunta a competir con los entrada de gama de las automotrices premium.
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