Hay ausencia de control mientras mueren 7000 personas por año
Que vivimos inmersos en un tránsito caótico y violento no es novedad. Que somos transgresores, irrespetuosos y que no nos gusta que nos controlen, tampoco. Pero, ¿podemos quedarnos resignados en esa triste realidad? Evidentemente no. Sin embargo, los últimos hechos de tránsito como el protagonizado por ese par de irresponsables que se filmaron haciendo todo tipo de transgresiones en las calles de la ciudad ponen en tela de juicio las acciones desarrolladas por el Estado en esta materia. La pelota pasa de mano en mano, nadie se hace cargo y todo se convierte en un show de excusas. “No podemos multar de oficio”; “no tenemos las filmaciones de nuestras cámaras”, etcétera. Lo único cierto es que sigue creciendo la sensación de impunidad.
Cabría preguntarse si en el tema de implementar soluciones en el área de la seguridad vial las autoridades nacionales, provinciales y municipales, no saben, no quieren o no pueden. Los hechos marcan que no se registran avances salvo en algunas cuestiones de infraestructura. Mientras tanto, hay funcionarios ocupados en querer hacer notar que hacen algo, pero es un algo que no sirve para nada. Ejemplos hay de sobra.
Por otro lado, los que estamos en el tema de la seguridad vial vemos pasmados cómo se contratan a instituciones extranjeras, se hacen reuniones para discutir cualquier cosa o se organizan eventos intrascendentes en lugar de aplicar soluciones rápidas y sencillas a los problemas reales. Debe entenderse que se mueren más de 7000 personas por año mientras seguimos sin hacer nada. Es un tema del que se habla por arriba y que roza lo farandulezco cuando hay algún hecho que despierta la curiosidad del público; pero cuando eso desaparece no nos preocupan los más de 20 muertos anónimos diarios.
Las autoridades que deben tomar este toro por las astas parecen perdidas o directamente ausentes y como es sabido en un ambiente anárquico cada uno hace lo que se le antoja.