En el marco de la Exposición Mundial de Shanghai, General Motors mostró su prototipo EN-V, biplaza con el nuevo ADN de la próxima generación de autos
SHANGHAI.- Aquí, en la Argentina, quizá por estar en las antípodas de esta increíble ciudad (un babel cosmopolita con una economía arrolladora), no logramos medir la gigantesca dimensión de lo que fue la Expo Mundial 2010.
Con 70 millones de visitantes desde el 1° de mayo, en que se abrieron las puertas de sus magníficos pabellones, hasta el 31 de octubre en que se cerraron, la Expo fue un espacio en el que la mayoría de los países, corporaciones y empresas de diversos rubros mostró sus productos, su idiosincrasia y, en especial, su visión del futuro.
Precisamente, General Motors y su socio chino, Shanghai Automotive Industry Corp. (en China todas las empresas extranjeras deben tener un partner local para producir y operar comercialmente), contaron en la Expo Mundial con un colosal pabellón donde la principal atracción fue el espectáculo Rumbo al 2030, que mezcló una película que muestra el Shanghai de 2030 (una visión de la sociedad y el transporte en esta ciudad de 18 millones de habitantes), magnificada por las butacas móviles del auditorio, y una coreografía en vivo entre bailarines y el EN-V (también protagonista del film), vehículo experimental que, para GM, puede ser una solución a la movilidad en las grandes ciudades.
La visión focalizada en 2030 no es casual. Para esa época se calcula que el 60% de la población mundial vivirá en áreas urbanas, lo que significa un 10% más que en la actualidad, Es más, en 20 años, el 80% de la riqueza estará concentrado en las ciudades.
El problema de las megaciudades es que las congestiones de tránsito crecen con el incremento de la población.
El EN-V es, según el Dr. Chris Borroni-Bird, director de Vehículos Concept de Avanzada de General Motors, algo así como la reinvención del automóvil. Y lo define como una convergencia de las nuevas tecnologías de la industria automotriz. Así, el prototipo EN-V contiene, según GM, el nuevo ADN de los automóviles: energía por electricidad o hidrógeno (en lugar del petróleo), potenciados con motores eléctricos (por los propulsores de combustión interna), controles electrónicos (en reemplazo de los manuales), conectado con el resto de los vehículos (contra el auto autónomo de hoy), conducción autónoma total o parcial (hoy depende todo del conductor), vehículo para usos específicos.
Con estos conceptos, el EN-V se basa en una plataforma (skateboard) controlada en forma electrónica que contiene hardware de propulsión y de chasis.
Los motores son eléctricos y producen la propulsión, el frenado y la dirección. Entregan un notable torque máximo de 440 Nm (44,9 kgm) y una potencia de 18 kW (24,5 CV). El EN-V pesa 500 kg y alcanza una velocidad máxima de 50 km/h. La autonomía es de 50 kilómetros.
Manejarlo resultó muy divertido y fácil. El volante (tipo avión) concentra aquellas funciones. Con un leve empujón hacia adelante, el EN-V acelera rápidamente y hacia atrás frena, por lo que hay que tomarle el ritmo para no acelerar o desacelerar bruscamente. El movimiento hacia los costados permite girar con ambas ruedas fijas, porque la plataforma tiene un sistema de cadenas sinfín, similar a las orugas de un tanque.
Pero el EN-V no depende del conductor, puede manejarse en forma remota y, además, establecer un vínculo electrónico con otros EN-V para formar una columna de marcha y también para evitar el choque en un cruce.
En pocas palabras, el futuro nos está alcanzando rápidamente.
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